Musical doblado
Han elegido a John Huston para dirigir esta versi¨®n cinematogr¨¢fica de la comedia musical Annie, que tanto ¨¦xito obtuvo en sus representaciones por el mundo. Pero se trata de una ilustraci¨®n obediente y no de una obra que pueda incluirse entre los t¨ªtulos geniales del gran director. Huston se ha limitado a colocar la c¨¢mara donde su buen hacer le indica, pero no a interpretar el texto ni a dar su versi¨®n sobre la historia de esa ni?a hu¨¦rfana que invent¨® para el comic el dibujante norteamericano Harold Gray en 1924.La pel¨ªcula recoge, como es l¨®gico, s¨®lo parte de las aventuras de la ni?a p¨ªcara, de rizos rubios y fuerte car¨¢cter, que, acompa?ada siempre de su fiel perro Sandy, pasa del negro orfanato donde la depositaron sus desconocidos padres a la fastuosa mansi¨®n del millonario que financia el orfelinato. Ser¨¢ all¨ª donde Annie siembre la alegr¨ªa y cambie el rudo talante del hombre rico por el de un ser humano con capacidad para fijarse en la personalidad de los que le rodean. Los deseos de Annie por encontrar a sus padres leg¨ªtimos posibilitar¨¢n luego nuevas situaciones, algunas c¨®micas, otras melodram¨¢ticas: un poco de cada cosa.
Annie
Director: John Huston. Gui¨®n: Carol Sobieski. Folograf¨ªa: Richard Moore. Coreograf¨ªa: Arlene Phillips. Int¨¦rpretes: Aylen Queen, Albert Finney, Carol Burnett, Bernardette Peters. Comedia musical Norteamericana, 1982.Local de estreno: Palacio de la M¨²sica
Annie es un lujo. Colabora incluso en el plan econ¨®mico del presidente Theodor Roosevelt convenciendo al millonario para que lo financie. Hasta inventa el eslogan del New Deal haciendo que Roosevelt y su esposa entonen la cancioncilla optimista que sacar¨¢ al pa¨ªs de la depresi¨®n. Con Annie no hay grandes problemas. La pel¨ªcula cita brevemente la realidad de los pobres atormentados por el hambre, pero concreta sus secuencias en la espl¨¦ndida mansi¨®n del poderos¨ªsimo millonario.
Sus sue?os se realizan. Si quiere ir al cine, un local entero se pondr¨¢ a su servicio, aunque sea para ver una pel¨ªcula (Margarita Gautier, 1934), que se rod¨® cuatro a?os despu¨¦s de la fecha en que Annie se sit¨²a. Si quiere favorecer a sus amigas hu¨¦rfanas, todas cantar¨¢n felices la bondad del rico convertido a bueno; incluso la p¨¦rfida y borracha institutriz del orfanato (espl¨¦ndida Carol Burnett) ser¨¢ protegida por la nobleza de Annie.
Toda la felicidad de la pel¨ªcula muestra la fuerte inversi¨®n econ¨®mica que, dicen, ha arruinado a los productores. No se han escatimado decorados ni m¨²sicos, bailarines ni fuegos artificiales; tampoco en Espa?a se han ahorrado dinero los que decidieron doblar completamente la pel¨ªcula al castellano, es decir, incluyendo sus canciones. El posible talento de los protagonistas originales ha quedado as¨ª sepultado por las voces de quienes interpretaron en nuestros teatros la versi¨®n de Alonso Mill¨¢n. Ya se cometi¨® semejante atentado en MyFair lady y West side story; fueron m¨¢s rentables, a pesar de ello, las proyecciones subtituladas.
Probablemente sea Annie una pel¨ªcula dedicada especialmente al p¨²blico infantil y ello exija el doblaje ¨ªntegro. Los adultos amantes del musical se ver¨¢n, en cambio, defraudados.
Todos, sin embargo, podr¨¢n apreciar el esfuerzo de producci¨®n: la pel¨ªcula es brillante, contiene n¨²meros musicales de cierta belleza y un reparto de nombres eficaces: a la ya citada Carol Burnett hay que a?adir a Albert Finney en el papel de millonario: son actores que no fallan.
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