El espa?ol Jos¨¦ Sebasti¨¢n Laboa, nuevo nuncio apost¨®lico en Panam¨¢
El papa Juan Pablo II ha nombrado al espa?ol Jos¨¦ Sebasti¨¢n Laboa nuevo nuncio apost¨®lico en Panam¨¢, en sustituci¨®n de monse?or Blasco Francisco Collaso. El Papa le consagrar¨¢ personalmente obispo, con rango de arzobispo, el pr¨®ximo 6 de enero, en San Pedro de Roma. Y la nunciatura del vasco Laboa ser¨¢ la residencia en Panam¨¢ del Papa durante su primer viaje intercontinental a Am¨¦rica Central, a mediados de febrero.
Este viaje va a ser uno de los m¨¢s delicados de Juan Palo II, y el nuevo nuncio en Panam¨¢ no podr¨¢ dejar de tener en ¨¦l un papel importante y significativo. Quien no conoce a monse?or Laboa en los c¨ªrculos eclesiales se pregunta qui¨¦n es el espa?ol a quien Juan Pablo II ha querido nombrar nuncio en v¨ªsperas de su llegada a la zona caliente de Am¨¦rica Central.Laboa ha sido siempre un personaje muy particular dentro del mundo religioso espa?ol de la curia romana. Y extra?aba que la Iglesia no acabara de reconocer las innegables dotes humanas de este hombre, a quien nadie puede negarle cualidades no siempre evidentes en otros eclesi¨¢sticos que acaban haciendo carrera.
Un hombre sencillo y de acci¨®n
El nuevo nuncio en Panam¨¢ posee una incre¨ªble capacidad para fomentar reconciliaci¨®n. No es un intelectual, en el sentido cl¨¢sico de la palabra, ni tampoco quiso serlo nunca. Es un hombre de acci¨®n, pero de una acci¨®n que se podr¨ªa llamar pacificadora.Es -como el sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, el arzobispo espa?ol Eduardo Mart¨ªnez Som¨¢lo, que tanta mano ha tenido en este nombramiento-, lo que en Espa?a se llama un hombre campechano, un religioso sencillo, alegre, poco amigo de dramatizar las cosas, amante del deporte, de la amistad y de fa esperanza que caracteriz¨® el estilo de pontificado de Juan XXIII, en cuyo c¨®nclave particip¨® Laboa, que era entonces el secretario particular del cardenal Caetano Cicognani.
Fue Laboa quien llev¨® a Espa?a a Juan XXIII cuando era s¨®lo cardenal. Y hay que reconocer que el nuevo arzobispo espa?ol nunca ha perdido, en el modo de ejercer su trabajo por la Iglesia, el timbre de la pastoral abierta y castiza de Roncalli. Se distingui¨®, sobre todo en Roma, por la sinceridad con la que se empe?¨® en los tiempos dif¨ªciles de la reforma lit¨²rgica para limar asperezas en quienes no quer¨ªan aceptarla.
Pero ha sido ¨²ltimamente con el cardenal brasile?o Angelo Rossi, prefecto de Propaganda Fide, con quien Laboa se ha revelado un diplom¨¢tico abierto y dialogante con las realidades de las j¨®venes iglesias del Tercer Mundo.
Alegr¨ªa en la Embajada espa?ola
A sus 58 a?os, con mucha experiencia a la espalda, olvidando sus amarguras de ayer y con el espaldarazo que le ha dado justamente el papa Wojtyla, Laboa tendr¨¢ ahora una ocasi¨®n unica para desplegar toda su botencia lidad y esp¨ªritu conciliador en la delicada tarea de ser nuncio en Centroam¨¦rica.En la Embajada espa?ola ante la Santa Sede, presidida por Puig de la Bellacasa, la alegr¨ªa ayer era manifiesta, y se afirmaba que el nombramiento de un espa?ol en un puesto hoy tan delicado e importante es la mejor demostraci¨®n de que la Secretar¨ªa de Estado del papa Wojtyla reconoce hoy a Espa?a un papel de primer orden en el di¨¢logo con los problemas candentes de Am¨¦nca Latina. Una regi¨®n donde, como en pocos lugares del mundo, se conectan explosivamente exigencias religiosas, sociales y pol¨ªticas de primer orden.
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