El Inmobanco le estrope¨® al Madrid su torneo
El Inmobanco frustr¨® la fiesta navide?a que se prepar¨® el Real Madrid en su pabell¨®n. Lo hizo con intensidad, coraje e inteligencia, virtudes estas que no tuvo el cuadro madridista, que fracas¨® abrumadoramente. 98-94 se?al¨® el marcador al final, triunfo muy meritorio, con ribetes de epopeya del Inmobanco por cuanto adem¨¢s soport¨® con valor la responsabilidad de ir por delante en el marcador durante todo el encuentro. Indio D¨ªaz y Del Corral salieron de la cancha como h¨¦roes. El Real Madrid comenz¨® a fracasar por los rebotes y, al final, fue incluso incapaz de aprovechar la salida de tres titulares del cuadro rival. La victoria del m¨¢s d¨¦bil result¨® emotiva y ha rentabilizado en algo un trofeo navide?o que se presum¨ªa aburrido.Fue un exitazo el encuentro que realizaron Indio D¨ªaz y Del Corral, quienes cargaron en todo momento con la responsabilidad de perforar el aro madridista con tal constancia en algunos momentos, que su porcentaje de efectividad result¨® casi perfecto. No hubo quien los parase o Lolo S¨¢inz no supo imaginar la soluci¨®n.
Pero, lo cierto es que, a parte de estas dos individualidades, el Real Madrid comenz¨® a derrumbarse por los rebotes, tanto defensivos como ofensivos, que estuvieron siempre en manos del equipo contrario. Romay y Fernando Mart¨ªn actuaron tan despistados que los balones m¨¢s que, pasar resbalaban por sus manos. Galvin y Beltr¨¢n dominaron los tableros con enorme eficacia. Luego, los citados Indio D¨ªaz y Del Corral se encargaron de apuntarse, y hasta repartirse los tantos. Finalmente, Vicente Gil puso la guinda con su movilidad y su liderazgo.
Ya en los primeros seis minutos, el conjunto que dirige Pinedo alcanz¨® un 16-10 favorable que el p¨²blico recibi¨® con ciertos aplausos, porque los m¨¢s forofos pensaban que la venganza madridista sena cruel. Sin embargo, no hubo tal. A pesar de que Mart¨ªn funcionaba en ataque y de que el conjunto madridista se acercaba a dos y tres puntos de su rival, el Inmobanco manten¨ªa el tipo. Brabender no hac¨ªa da?o, parec¨ªa dormido y Dalipagic y Delibasic encestaban con alguna frecuencia pero no prestaban apoyo defensivo.
La intensidad, la emoci¨®n y hasta el drama ocuparon amplias escenas de la segunda parte. Intensidad porque el Madrid no pudo dar la vuelta al marcador cuando lo intent¨®, emoci¨®n porque el tiempo se acababa y drama cuando el Inmobanco comenz¨® a ser tr¨¢gicamente castigado por faltas personales. Hubo momentos en que el Madrid se coloc¨® a un solo punto, pero Indio D¨ªaz y Del Corral, otra vez espl¨¦ndidos, daban aliento a sus compa?eros con canastas acertadas. Fernando Martin qued¨¦ anulado por Beltr¨¢n y solo Rullan , en disparos a media distancia, manten¨ªa vivo el marcador de su equipo.
A falta de siete minutos empez¨® el drama. Indio D¨ªaz fue apartado de la cancha con cinco personales. Treinta segundos antes, se hab¨ªa ido el norteamericano Galvin, excelente en rebote, y medio minuto despu¨¦s, Beltr¨¢n. Tres titulares en el banquillo y el p¨²blico pidiendo una muerte s¨²bita para los torturadores del Inmobanco. Sin embargo, Rull¨¢n y Romay salen tambi¨¦n de la cancha. Dos minutos finales de gran emoci¨®n, pero justa y ¨¦tica victoria final del Inmobanco.
F¨¢cil para el Marlboro
Poco vistoso fue, en contraste, el partido que disputaron Malboro y Tenis Club, con victoria esperada de los estadounidenses por 91-78, 48-36 en el descanso. Con m¨¢s discreci¨®n que espectacularidad, norteamericanos y brasile?os se limitaron a entretener, respetando las diferencias entre ambos equipos. Es decir, que emoci¨®n en el marcador nunca hubo porque el Malboro adquiri¨® pronto doce puntos de diferencia. Los americanos mostraron poca conjunci¨®n, porque son un equipo de retales.
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