Un cuerpo rodeado de reticencias y obst¨¢culos

Fuentes del departamento de Interior del Gobierno vasco, citadas el 12 de septiembre de 1981 por el diario Deia, informaban entonces -es decir, poco despu¨¦s de la publicaci¨®n de la lista oficial de candidatos a agentes de la polic¨ªa aut¨®noma- que "algo m¨¢s del 2% de los aspirantes tienen antecedentes penales, circunstancia que no en todos los casos resulta excluyente, ya que ello depende de cu¨¢les fueron dichos antecedentes, del car¨¢cter de los hechos atribuidos y de la fecha de los mismos".La lista entonces publicada se compon¨ªa de 1.171 nombres. Tan s¨®lo nueve solicitudes hab¨ªan sido directamente rechazadas. Los aspirantes se ver¨ªan reducidos a setecientos tras las pruebas de aptitud fisica y los ex¨¢menes realizados durante el oto?o de dicho a?o. Por entonces, las desconfianzas mutuas alcanzaban un momento cr¨ªtico: el Gobierno vasco hab¨ªa denunciado p¨²blicamente tener constancia de que en la lista de oficiales del Ej¨¦rcito candidatos a ocupar los cuatro puestos de mandos militares de la Polic¨ªa Aut¨®noma faltaban los expedientes de al menos dos comandantes y un capit¨¢n del arma de Infanter¨ªa.

El ministro Ros¨®n reconoceri¨¢ poco despu¨¦s la existencia de tales candidaturas no remitidas. Una vaga alusi¨®n a "necesidades del servicio" sirvi¨® de momento para explicar la irregularidad. Dos de los oficiales cuyo expediente hab¨ªa sido reclamado figurar¨ªan entre los cuatro mandos que Garaikoetxea designar¨ªa poco despu¨¦s. El 30 de noviembre aparecer¨ªan en el Bolet¨ªn Oficial los nombramientos de los comandantes D¨ªaz Arcocha y De Pablo Loizaga, del capit¨¢n de Infanter¨ªa Garcia Oteiza y del comandante de Aviaci¨®n Ignacio Urruticoechea.

Unas explosivas declaraciones de este ¨²ltimo, reproducidas en Punto y Hora, y en las que se vert¨ªan juicios relativamente favorables para ETA, provocar¨ªan otra crisis. Se supo que en el expediente remitido al Gobierno vasco se hab¨ªan obviado deliberadamente detalles como que hab¨ªa estado sometido a observaci¨®n psiqui¨¢trica.

Iniciados los cursos del primer contingente de la Polic¨ªa aut¨®noma en febrero de 1982, una agria pol¨¦mica enfrentar¨ªa poco despu¨¦s al director de la academia de Arkaute, Juan Porres, con el presidente de la representaci¨®n del Estado en la Junta Mixta de Seguridad, Fernando Jim¨¦nez. Este ¨²ltimo hizo unas declaraciones en las que negaba a la Polic¨ªa Aut¨®noma competencias en materia antiterrorista. Jim¨¦nez pon¨ªa tambi¨¦n en cuesti¨®n la facultad del Gobierno aut¨®nomo para crear unidades especiales de la polic¨ªa vasca y denunciaba lo que consideraba "excesivo desequilibrio entre mandos militares y civiles entre los instructores de la academia de Arkaute". Porres respondi¨® citando el texto literal del art¨ªculo 17 del Estatudo de Autonom¨ªa, que no contempla otra excepci¨®n a las competencias de la polic¨ªa vasca en materia de orden p¨²blico que "los servicios policiales extra y supracomunitarios".

Nuevos conflictos m¨¢s o menos artificiales, como el suscitado por los textos de geograf¨ªa estudiados en la academia, o el surgido a ra¨ªz de la adquisici¨®n de motos alemanas para los futuros polic¨ªas vascos de tr¨¢fico, han prolongado hasta pr¨¢cticamente ahora mismo el clima de desconfianza.