El presidente Reagan incrementa la ayuda militar en detrimento de la econ¨®mica
El presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha conseguido, cuando ha cumplido la mitad de su mandato, incrementar la ayuda militar bilateral de Estados Unidos a sus aliados estrat¨¦gicos, en detrimento de la ayuda econ¨®mica a los pa¨ªses pobres.
Antes de irse de vacaciones la semana pasada, el Congreso puso a disposici¨®n del presidente la cantidad de 9.200 millones de d¨®lares ( 1.150.000 millones de pesetas) de cr¨¦ditos para la ayuda bilateral para el a?o fiscal 1982-1983.De esta cantidad, 5.200 millones de d¨®lares (650.000 millones de pesetas) est¨¢n destinados a la ayuda militar y un poco menos de 4.000 millones de d¨®lares (500.000 millones de pesetas) para el desarrollo econ¨®mico.
Estos presupuestos corresponden aproximadamente a los solicitados por el Gobierno. La Administraci¨®n del presidente Ronald Reagan hab¨ªa solicitado que los cr¨¦ditos para la ayuda militar aumentaran en 1.200 millones de d¨®lares ( 150.000 millones de pesetas) y que aquellos de car¨¢cter econ¨®mico permanecieran pr¨¢cticamente al mismo nivel que el a?o anterior.
La Administraci¨®n Reagan sostiene que el desequilibrio en el reparto de la ayuda es m¨¢s aparente que real, porque no toma en cuenta la contribuci¨®n estadounidense de m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares (375.000 millones de pesetas) a las organizaciones internacionales de ayuda al desarrollo, como el Banco Mundial y sus numerosas filiales.
La mitad de la ayuda bilateral de Estados Unidos al extranjero es recibida por los otros dos pa¨ªses firmantes del acuerdo de paz de Camp David, Israel y Egipto, que recibir¨¢n respectivamente el a?o pr¨®ximo 2.500 y 2.000 millones de d¨®lares (312.500 millones de pesetas y 250.000 millones de pesetas, respectivamente). El Congreso ha incluso incrementado en 300 millones de d¨®lares (37.500 millones de pesgtas) la ayuda al Estado hebreo inicialmente solicitada por la Administraci¨®n.
A su llegada al poder hace dos a?os, Reagan y el entonces secretario de Estado, Alexander Haig, explicaron que la ayuda bilateral deb¨ªa convertirse en un instrumento m¨¢s eficaz de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos.
Estrategia anticomunista
La mayor parte de los cr¨¦ditos, dijeron al presentar el primer presupuesto de ayuda al exterior, tendr¨¢ que ser destinado a los pa¨ªses que respaldan la estrategia anticomunista de Estados Unidos, y a apoyar a la empresa privada en el Tercer Mundo en vez de fomentar experiencias socialistas.Esto es exactamente lo que ha ocurrido, a pesar de los intentos de algunos parlamentarios liberales por retrasar las cosas. Estos se esforzaron en vano por mantener el equilibrio aproximado que prevaleci¨®, hasta la llegada al poder de Ronald Reagan, entre la ayuda militar a los aliados y la ayuda al desarrollo a los pa¨ªses pobres.
Al margen de Israel y Egipto, los cr¨¦ditos para la compra de armas est¨¢n sobre todo destinados a pa¨ªses que otorgan a Estados Unidos bases o facilidades militares, como Espa?a y Turqu¨ªa, que reciben cada una cuatrocientos millones de d¨®lares (50.000 millones de pesetas), Marruecos, al que est¨¢n destinados 100 millones de d¨®lares (12.500 millones de pesetas) y noventa millones de d¨®lares para Portugal (11.250 millones de d¨®lares).
Ayuda complementaria
El peso de los criterios estrat¨¦gicos es aun mayor si se considera que los dos tercios de la ayuda econ¨®mica -2.700 millones de d¨®lares (337.500 millones de pesetas) sobre un total de 4.000 millones (500.000 millones de pesetas) est¨¢n consagrados a lo que la Administraci¨®n norteamericana llama "la ayuda a la seguridad". Se trata de contribuciones financieras directas al presupuesto de los pa¨ªses estrechamente vinculados a la estrategia norteamericana.Por este motivo, Israel y Egipto, los dos pilares de la pol¨ªtica estadounidense en Oriente Pr¨®ximo, se reparten mitad mitad unos 1.500 millones de d¨®lares (187.500 millones de pesetas) que no deber¨¢n devolver.
El escaso entusiasmo de la Administraci¨®n Reagan para ayudar econ¨®micamente a los pa¨ªses pobres queda puesto de relieve por las crecientes dificultades de Estados Unidos para incrementar, como estaba previsto, su contribuci¨®n a la International Developpement Agency (IDA), filial del Banco Mundial que efect¨²a pr¨¦stamos con intereses reducidos a los pa¨ªses m¨¢s pobres.
El entonces presidente Jimmy Carter prometi¨® en 1979 que Washington pondr¨ªa 3.200 millones de d¨®lares (400.000 millones de pesetas) a disposici¨®n del IDA en tres a?os, desde 1981 a 1983. Pero los setecientos millones de d¨®lares (87.500 millones de pesetas) concedidos por el Congreso a la IDA la semana pasada s¨®lo elevan a 1.900 millones de d¨®lares (237.500 millones de pesetas) la cantidad entregada por tres a?os.
Enmienda liberal
Los congresistas liberales han conseguido un peque?o consuelo acad¨¦mico al conseguir que se adopte una enmienda que estipula que el 50% de los 1.300 millones de d¨®lares (162.500 millones de pesetas) de ayuda econ¨®mica no vinculada a la seguridad sean entregados a aquellos pa¨ªses que son verdaderamente pobres.El Gobierno Reagan se esforz¨® en vano en obtener que el Congreso rechazase dicha cl¨¢usula que considera como un serio obst¨¢culo a su libertad de acci¨®n. Pero su redacci¨®n es los suficientemente vaga e imprecisa como para que no le suponga demasiados problemas cuando trata de aplicar su pol¨ªtica "realista" de ayuda al extranjero.
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