Goethe, modelo para el escultor Andreu Alfaro
El artista prepara cuarenta piezas sobre la vida y la obra del escritor alem¨¢n
A sus 53 a?os, Andreu Alfaro centra sus esfuerzos en una serie de obras que integrar¨¢n una gran exposici¨®n sobre un tema monogr¨¢fico: Goethe. El escritor alem¨¢n, modelo del artista que simbolizar la s¨ªntesis de contrarios, la expresion l¨²cida de la dial¨¦ctica, es el ideal del escultor valenciano que, por otra parte y al mismo tiempo, se adentra en los misterios de la piedra, material que hasta hace poco tiempo apenas hab¨ªa trabajado. Alfaro se emplea pausadamente en una gran colecci¨®n de esculturas que ser¨¢ su exposici¨®n Goethe."Empec¨¦ a trabajar esculturas relacionadas con la vida y la obra de Goethe", precisa Alfaro, "en 1980, y no s¨¦ si har¨¦ la exposici¨®n en 1983 ¨® 1984. Hasta ahora tengo bastantes cosas acabadas -unas veinte- y espero llegar a las cuarenta obras en total. En este momento hay muchas que tengo ya dibujadas". En cuanto a los tama?os, son de lo m¨¢s variado, desde piezas de entre ochenta y noventa cent¨ªmetros hasta los dos metros de altura. incluso pienso hacer alguna m¨¢s grande, pero depender¨¢ de cu¨¢ndo vaya a ser la exposici¨®n".
El escultor tiene la intenci¨®n de no poner a la venta ninguna de las obras hasta que no est¨¦ completa la serie y se realice la exposici¨®n monogr¨¢fica. De entre ellas, ya se ha expuesto en Madrid la titulada Saturm und drang (Tormenta y rel¨¢mpago), que no est¨¢ en venta.
"Hay propuestas para celebrar esta exposici¨®n en Alemania", se?ala, "pero tampoco tiene que ser all¨ª necesariamente. Podr¨ªa ser en Alemania y en 1983, si para entonces la tengo acabada. No veo que sea necesario hacerla en ese pa¨ªs".
Desaf¨ªo personal
En cuanto al trabajo en piedra, Andreu Alfaro afirma que no guarda una relaci¨®n directa con el tema de Goethe, aunque sea coincidente en el tiempo. Ser¨ªa "una especie de desaf¨ªo personal", y adem¨¢s "hay una cosa sensual y hasta un cierto misterio en el trabajo de la materia que me interesa". Se trata ya de otro problema paralelo al de la admiraci¨®n por Goethe, el inter¨¦s por Bernini y tambi¨¦n por Miguel Angel. En la exposici¨®n de Goethe no habr¨¢ m¨¢s de cinco o seis obras en piedra, que en este momento son s¨®lo proyectos en yeso. "A partir de enero empezaremos con la piedra", dice.Por ahora, Alfaro ha esculpido en m¨¢rmol rosa de Portugal, en blanco de Carrara y en negro de B¨¦lgica. "Es bastante diferente de los metales que hab¨ªa trabajado antes, sobre todo por una cosa muy importante: el tiempo, que explica la dif¨¦rencia entre el arte contempor¨¢neo y el del quattrocento. Exige una t¨¦cnica distinta y un tiempo mayor al normal de los trabajos que solemos realizar. La piedra, al obligarte a un tiempo diferente, te hace adquirir una relaci¨®n entre la materia y el trabajo distinta que con los materiales que he utilizado hasta ahora. Y con ello he empezado a experimentar lo que ya dec¨ªa Miguel Angel, que la escultura est¨¢ dentro de la piedra"
El internarse en el mundo del m¨¢rmol responde a la inquietud de Alfaro por escapar del estereotipo: "No me gusta que me reconozcan por una obra, no me gustan los pintores de un solo cuadro".
Goethe y el Mediterr¨¢neo
Parece dif¨ªcil relacionar a un artista tan intensamente mediterr¨¢neo como Alfaro con Goethe, pero el escultor valenciano opina en relaci¨®n con ello que, en realidad, "Goethe, de alguna manera, descubre el Mediterr¨¢neo en una ¨¦poca en que mucha gente hab¨ªa acudido a ¨¦l simplemente para hacer arqueolog¨ªa. Sin embargo, Goethe vive el Mediterr¨¢neo, intenta comprender c¨®mo se vive aqu¨ª, c¨®mo se piensa. Cree que el mejor monumento es la gente. Y eso es algo que Europa ha olvidado, la cultura mediterr¨¢nea".Goethe representa adem¨¢s en su obra el final de una ¨¦poca hist¨®rica y el principio de otra nueva, y, por otra parte, la s¨ªntesis de la raz¨®n y la pasi¨®n. Eso es lo que admira Alfaro de la figura del escritor alem¨¢n. Adem¨¢s, como ¨¦l mismo dice, "Goethe intent¨® hacer el milagro aquel del humanista del Renacimiento, pero en serio."
El escultor piensa que "la primera novela de protesta que se ha escrito es el Werther, ya que era un libro en contra de la sociedad establecida y de como funcionaba". "Lo que a m¨ª me interesa", a?ade, "es que Goethe es el intelectual moderno: culto, cr¨ªtico, comprometido con la vida. Es un hombre de la revoluci¨®n francesa y creo que su Hermann y Dorotea supone la m¨¢s grande exaltaci¨®n burguesa, la exaltaci¨®n del trabajo bien hecho, luego recogida por los marxistas. Goethe era un representante perfecto de la cultura burguesa, porque era reacionalista y parite¨ªsta, un hombre que cre¨ªa en la naturaleza. Y estoy convencido de que no hay un representante tan claro de la cultura burguesa como Goethe".
En el sentido de esa devoci¨®n se explica el concepto del artista que tiene Andreu Alfaro. "Creo", dice, "que un artista no tiene que ser un analfabeto ni un m¨ªstico, ni tampoco vivir alejado del mundanal ruido. Por el contrario, ha de estar comprometido con la vida".
Vuelta al clasicismo
"A Goethe se le ha calificado de se?orito arist¨®crata y ya est¨¢. Yo creo que una cierta cr¨ªtica marxista ha tenido la culpa de esto, con la excepci¨®n de Lukacs", se?ala Alfaro, quien cree que uno de sus valores m¨¢s importantes el el de haber encarnado el ideal del artista profesional."Los artistas se han convertido en unos seres marginados y especiales, que se asimilan un poco con figuras de circo, con monstruos. Y yo no veo por qu¨¦. Creo que habr¨ªa que recuperar la profesional¨ªdad. Es necesaria esa vuelta al clasicismo, en el que el saber tiene un valor muy importante para el artista. Bernini y Rubens, por ejemplo, eran artistas inteligentes y cultos, profesionales. Lo que es necesario recuperar es esto, porque se ha dejado llevar todo por la idea de la originalidad y lo genial, mientras que se ha abandonado la profesionalidad".
Comunicaci¨®n
Y junto a ello, Alfaro se reclama un artista continuamente preocupado por la comunicaci¨®n con el p¨²blico. "Nunca he hecho las esculturas para m¨ª, sino para los dem¨¢s. Hasta cuando escribo una l¨ªnea estoy pensando que la voy a publicar".En este terreno de la sinceridad expresiva, Alfaro considera que "la humildad es una de las estupideces m¨¢s grandes que puede haber. La modestia", dice, "es una cosa intolerable, deber¨ªa estar prohibida. Ser modesto es ser imb¨¦cil: no tiene ning¨²n sentido".
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