Usura y pintura
Tomo al atardecer -hora dudosa- una copa con Francisco Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez. La primera despu¨¦s de su nombramiento como presidente del Banco Exterior de Espa?a:- Hay en el Exterior unos murales de Sert, Umbral, que tienes que venirte un d¨ªa a almorzar conmigo al Banco y a verlos.
Jos¨¦ Mar¨ªa Sert, que pudo haber sido la aplicaci¨®n catalana del cubismo y las vanguardias a un nuevo muralismo, no tiene hoy la cotizaci¨®n que tuvo, y los propios catalanes, tan exigentes siempre con sus propios valores, fueron quienes empezaron ajustipreciar y poner en su sitio (o dejar sin sitio) a Jos¨¦ Mar¨ªa Sert. De todos modos, es interesante para m¨ª revisitar aquel valor "de ¨¦poca", y es interesante, sobre todo, que un financista / hacendist¨¢ / jurista / humanista como Paco Ord¨¢?ez, repare, lo primero, al entrar en su nuevo Banco / virreinato, en las pinturas del edificio. Jam¨¢s, a lo largo del R¨¦gimen, que aquello s¨ª que era un R¨¦gimen, se oy¨® / ley¨® una declaraci¨®n de un nuevo cargo sobre los aspectos est¨¦ticos de su nuevo h¨¢bitat.
Me habla Paco, asimismo, del reciente ensayo de Octavio Paz sobre Sor Juana In¨¦s de la Cruz -"he pasado una noche en vela, ley¨¦ndolo"-, y como mi noche en vela (o en claro o en turbio, por decirlo m¨¢s cervantiriamenze) la he dedicado a los m¨²ltiples escritos -poes¨ªa y prosa- de Ezra Pound sobre la usura, he aqu¨ª que se me impone una med¨ªtaci¨®n sobre "usura y pintura". Dice Ezra Pound (la usura hab¨ªa sido musa de un novelista, Baizac, pero nunca de un poeta, hasta Pound) que "la diferencia entre capital y r¨¦dito es tiempo". Con lo que desvela la esencia demoniaca del monetarismo. Lo que empe?amos, al empe?ar el capital, es nuestra propia vida. El puritanismo brit¨¢nico de la City encontr¨® la f¨®rmula lac¨®nica y atroz: "Time is money". De lo que trata, pues, cualquier monetarista / humanista, como Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez, es de humanizar la moneda, de devolverle su calidad / cualidad de tiempo acu?ado y vital, de vida humana y trabajo. El pendolista Papini llamaba al dinero "esti¨¦rcol del demonio". Pero eso no soluciona nada. Coinciden Jos estudiosos en que la moneda comienza a perder valor cuando griegos y romanos la van acu?ando mal, de cualquier manera, fiados s¨®lo a su sentido f¨¢ctico, olvidado de las minuciosas artes fenicias que nos ense?aron en toda esta ribera a acu?ar una moneda como una medalla. Por eso, quiz¨¢s, habla Baudelaire de un rostro labrado en profundidad, "conio una moneda cartaginesa". Am¨ªlcar Barca, Asdr¨²bal y An¨ªbal, a¨²n sab¨ªan que el dinero es tiempo, met¨¢fora del trabajo humano, que "t¨ªme is money", aunque no hubiera nacido a¨²n el ingl¨¦s, y por eso el dinero era un humanismo, que es a lo que vuelve la pol¨ªtica psocialista de hoy en tantos aspectos, uno de ellos el nombramiento de Fern¨¢ndez-Ord¨®?cz para c? Banco Exterior. Paco es un humanista del dinero, frente al monetar¨ªsmo salvaje del siglo XX. Tambi¨¦n me dice Paco que ha estado revisando la seguridad o inseguridad de la caja fuerte del Banco, o sea que ha pasado revista a los sistemas de control y a la pintura de Sert. Esto es un financista completo y, sobre todo, un hombre / s¨ªntoma de lo que se propone el cambio (impuesto por la calle a la pol¨ªtica, y no a la inversa) de Felipe Gonz¨¢lez: restablecer la relaci¨®n, tan olvidada por Ferrer-Salat, trabajo / dinero. El dinero no es sino una met¨¢fora entre el hombre y su trabajo, y la prueba es que ha podido degenerar del oro al papel sin perder fascinaci¨®n.
Liza Minelli, con su Money, money, money, money, plagiado por todos los travest¨ªes del mundo, est¨¢ pronunciando en un cabaret de Berl¨ªn el nazismo que llegaba, la crueldad del dinero. Ortega denunc¨ª¨® la deshumanizaci¨®n del arte. Pound, por los mismos a?os, la deshumanizaci¨®n del dinero. Paco es un monetarista que quiere rehumanizar la moneda como el cubismo m¨²ralista de Sert.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.