300.000 personas visitaron durante las fiestas de Navidad la exposici¨®n de belenes en el parque del Retiro
Un centenar de im¨¢genes del Ni?o Jes¨²s, entre papeles pintados; maderas labradas, musgo y ni?os que contemplan at¨®nitos las figuras, han representado durante las Navidades madrile?as la ilusi¨®n de m¨¢s de ochocientos muchachos entrados ya en los cincuenta a?os, que gustan de llamarse, sencillamente, miembros de la Asociaci¨®n de Belenistas. Ni cortos ni perezosos, los miembros de la asociaci¨®n, en 48 horas, han montado una exposici¨®n de nacimientos, con un centenar de miles de figuritas, de todos los tama?os, los colores, los pa¨ªses y los nombres. La exposici¨®n, que se clausura hoy, la han visitado alrededor de 300.000 personas.
La muestra cuenta con figuras que van desde los tradicionales Reyes Magos hasta los no menos acostumbradas y l¨®gicas de san Jos¨¦ y la Virgen, el Ni?o o el pastor de turno, sin olvidar a Herodes, la Anunciaci¨®n o los secos r¨ªos de envoltorios de chocolate plateados.La exposici¨®n, como cada a?o, ha atra¨ªdo a los madrile?os. Las vacaciones escolares, los permisos en la empresa, los descuidos en el gobierno de la casa y el constante descanso tras muchos a?os de trabajo han posibilitado que ni?os, padres, madres y ancianos recorran la muestra belenista que cobija el pabell¨®n de los Jardines de Cecilio Rodr¨ªguez en el parque del Retiro.
Entre villancicos y ni?os, los belenistas parecen volver a una infancia que nunca perdieron del todo. Son a?os y a?os trabajando las figuras, los colores, los m¨¢s inexplicables recursos para montar el Bel¨¦n, que recuerde ya no se sabe muy bien si el principio de la era cristiana o la primera representaci¨®n de aquel nacimiento en Judea, pensada por san Francisco de As¨ªs.
El primer bel¨¦n
Corr¨ªa el siglo XIII, cuando el fundador de los padres franciscanos pens¨® que, en Nochebuena, era un buen momento para que todos los hombres del lugar, con animales, los imprescindibles ni?os y una imagen bendecida del que fuera salvador para la fe cristiana representaran en vivo, recordaran el conocido pasaje b¨ªblico.En 1923 lleg¨® el momento preciso para el santo. La cueva de Greccio ser¨ªa el pesebre. El resto lo pondr¨ªa la Orden, que se encargar¨ªa de propagar la idea, la representaci¨®n del nacimiento de Jesucristo. Y dice la tradici¨®n que aquella noche, mientras un sacerdote dec¨ªa la misa -Francisco de As¨ªs a¨²n no estaba ordenado-, la imagen del ni?o se hizo carne y hueso y brot¨® en ella la vida durante la celebraci¨®n. Leyendas aparte, el rey de N¨¢poles recogi¨® la nueva idea francisca cuatro siglos m¨¢s tarde y la promocion¨® en su reinado. El monarca se obsesion¨®, llen¨® su reino de representaciones en Navidad y lleg¨® la noticia a la Pen¨ªnsula, que, papista por encima del mismo obispo de Roma, integr¨® a sus fiestas de finales y principios de a?o el motivo del Bel¨¦n: no en balde, el soberano de N¨¢poles se llamaba Carlos III de Espa?a.
Despu¨¦s, todo ser¨ªa repetir cada diciembre los mismos c¨¢nticos, degustar los tradicionales dulces y montar el nacimiento de cualquier forma, porque, seg¨²n Jos¨¦ Gal¨¢n, secretario de la Asociaci¨®n de Belenistas, "s¨®lo se necesita imaginaci¨®n y paciencia para construir un nacimiento". Y debe de ser cierto. Los hay de papel normal, de papel de peri¨®dicos, hasta del higi¨¦nico. Cualquier material sirve: plastilina, barro, pan, hilo, calabazas. Nacimientos que, ante los incr¨¦dulos visites, muestran que se pueden hacer figuras de punto, ganchillo, o cualquier otra materia, con "s¨®lo paciencia e imaginaci¨®n".
Uno de los principales atractivos de la exposici¨®n lo constituye, seg¨²n los propios visitantes, la colecci¨®n de una veintena de cajas de ochenta cent¨ªmetros de profundidad en las que se representan con miniaturas distintos pasajes de la Natividad llamadas dioramas. Son verdaderas obras de arte labradas en madera y de cer¨¢mica, peque?as figuras del nacimiento que pueden oscilar. entre las cincuenta pesetas y las 10.000, seg¨²n las construya un artesano o un belenista de la asociaci¨®n, como Carlos Rodr¨ªguez, uno de los m¨¢s representativos creadores de belenes, que trabaja de conserje en el museo Sorolla de Madrid.
Una virgen embarazada
La exposici¨®n, organizada por la asociaci¨®n y el Ayuntamiento de Madrid, cuenta con una de las dos fuguras de nacimientos menos conocidas del repertorio tradicional de los belenes: una imagen de la Virgen, acompa?ada de san Jos¨¦, que busca infructuosamente posada en la ciudad de Bel¨¦n, a punto de dar a luz."La verdad es que una virgen embarazada no es nada usual en los nacimientos", seg¨²n Jos¨¦ Gal¨¢n, "de hecho, s¨®lo existen, que conozcamos nosotros dos figuras de estas caracter¨ªsticas: una la que tenemos en la exposici¨®n y otra en el nacimiento del convento de los Padres Redentoristas, en la calle de Manuel Silvela, 14".
Sin embargo, los ni?os parecen interesarse m¨¢s por los tradicionales belenes. "Es que estas cosas son mejores que las que tenemos en casa". Los ni?os, como cada a?o, entendieron la infancia de los j¨®venes de la Asociaci¨®n de Belenistas. En diciembre de 1983, otra exposici¨®n igual conmemorar¨¢ el nacimiento en Judea o, quiz¨¢, la representaci¨®n de san Francisco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.