La poblacion turolense de Andorra celebr¨® en la calle el regalo de Reyes de 3.120 millones
ENVIADO ESPECIALLos ni?os de Andorra, peque?a localidad con una poblaci¨®n de derecho de 8.200 habitantes, hac¨ªa muchas horas que estaban en la calle cuando a las 6.30 de la tarde la cabalgata de los Reyes iniciaba su recorrido por las calles. La tradicional, emoci¨®n de esta noche era acompa?ada ayer por la alegr¨ªa de saber que sus padres eran ricos. El a?o que viene la cabalgata de los Reyes ser¨¢ de lujo en Andorra. Tres mil ciento veinte millones de pesetas son motivo suficiente para sacar a un pueblo a la calle.
Ayer, a las 12.12 de la ma?ana, la suerte distribuy¨® en Andorra el gordo del sorteo del Ni?o: el n¨²mero 49.612, fue el agraciado. A m¨¢s de quinientos kil¨®metros, otra Andorra, la capital del Principado, se qued¨® con la ilusi¨®n de primera hora de que el premio hab¨ªa sido para ellos. Un pellizco del segundo, el 30.624, ser¨¢ un buen consuelo para los andorranos.Cuarenta bares
La ma?ana transcurr¨ªa para Agust¨ªn Sauras, de 58 a?os, con toda normalidad. S¨®lo la cantinela del sorteo, que o¨ªa mientras despachaba en su bar, la diferenciaba de un d¨ªa cualquiera. Detr¨¢s de la barra de su modesto bar, uno de los m¨¢s de cuarenta que est¨¢n abiertos en Andorra, Agust¨ªn, jugador empedernido de loter¨ªa, no confiaba excesivamente en la suerte. Jugaba unas 30.000 pesetas en este sorteo. Los cien millones de pesetas que le han correspondido no han sido por el n¨²mero 12.839, al que lleva m¨¢s de siete a?os abonado, sino por el que le ofreci¨® Hortensia Valero, la administradora de la ¨²nica loter¨ªa de la poblaci¨®n, cuya puerta se abre a escasos veinte metros del bar. A Hortensia Valero no le ha correspondido nada en este sorteo. Pero estaba emocionad¨ªsima: sus diecis¨¦is series y el premio que corresponde al n¨²mero anterior y posterior al gordo han hecho ricos a sus amigos. Su vecino Agust¨ªn cerr¨® ayer el bar Rosa Mari. Hoy estar¨¢ cerrado y el lunes volver¨¢ a abrir con toda normalidad. Las cinco cajas de champa?a y los centenares de farias que reparti¨® en cuanto supo la noticia, quedar¨¢n atr¨¢s. "Nos faltan a¨²n muchas perras", aseguraba uno de los cuatro hijos de Agust¨ªn Sauras.
Agust¨ªn no fue el ¨²nico al que la suerte favoreci¨®. A Angel Roqueta, primer teniente de alcalde socialista de la poblaci¨®n, le han tocado diez millones; a los hermanos Valero les han correspondido treinta millones. A Fernando, que tiene una carnicer¨ªa, le han ca¨ªdo veinte millones y est¨¢ dispuesto a sufragar una fiesta general. Era dif¨ªcil ayer por la tarde discernir qui¨¦n llevaba premio de los llamados menores que, en todo caso, oscilan entre los dos y cinco millones. Las cuadrillas recorr¨ªan incesantemente la calle San Jorge, donde se amontonan las oficinas bancarias, que permanec¨ªan ayer abiertas hasta muy tarde, para que los agraciados depositaran sus d¨¦cimos. La alegr¨ªa era general, tanto entre las personas mas agraciadas como entre las que lo fueron menos. "Andorra no olvidar¨¢ jam¨¢s este d¨ªa", afirmaba un hombre de unos 65 a?os, que caminaba abrazado a un amigo. Le hab¨ªan tocado diez millones de pesetas como a muchos de sus compa?eros de la central t¨¦rmica. Su acompa?ante, con dos hijos en el paro, hab¨ªa sido marginado por la suerte. Era dif¨ªcil saber a ciencia cierta cu¨¢ntos eran los agraciados. Muchos disimulaban su suerte en la alegr¨ªa general, haci¨¦ndose los desentendidos cuando se les preguntaba por los millones.
Las dieciseis series del gordo pueden suponer un espaldarazo definitivo a la econom¨ªa de esta poblaci¨®n, a la vez industrial y agr¨ªcola. Los ochocientos trabajadores de la central t¨¦rmica Teruel, propiedad de INDESA, son desde ayer nuevos ricos. Los 2.000 mineros que trabajan en la extracci¨®n de lignitos han visto su suerte m¨¢s repartida.
Invasi¨®n de vendedores de coches
"Aqu¨ª va a subir el nivel de vida", dec¨ªa un agraciado an¨®nimo, despu¨¦s de cantar con la cuadrilla un pasaje de Gigantes y cabezudos. Como primera muestra, numerosos vendedores de coches llegaron ayer a Andorra para buscar compradores entre los afortunados.
Durante toda la feliz jornada, las an¨¦cdotas se sucedieron. La m¨¢s ejemplar, sin duda, fue la acontecida en la poblaci¨®n vecina de Alcorisa, donde hab¨ªa ido a parar una serie del gordo. En el quiosco de la poblaci¨®n se guardaban mil pesetas para un cliente del que ser¨ªa n¨²mero agraciado. Cuando el cliente pas¨® a recogerlo, la noticia del gordo era ya conocida. La administradora, sin embargo, le cobr¨® las mil pesetas y, sin darle ninguna importancia, le entreg¨® el n¨²mero millonario.
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