La Direcci¨®n General de Cine suprime el anagrama 'S' de los filmes para adultos

La Direcci¨®n General de Cinernatograf¨ªa ha comunicado a los productores espa?oles de cine que no se clasificar¨¢n m¨¢s pel¨ªculas autorizadas para mayores de dieciocho a?os con el anagrama S. Los filmes S desaparecen y las pel¨ªculas susceptibles de ser catalogadas como tales, o ser¨¢n autorizadas para mayores de dieciocho a?os, a secas, o ser¨¢n clasificadas como X, para ser exhibidas en las salas especiales dedicadas al cine pornogr¨¢fico, cuyo decreto regulador aparecer¨¢ probablemente dentro de unos veinte d¨ªas. A partir de entonces ser¨¢ posible su implantaci¨®n en Espa?a.

La figura de los filmes S se cre¨® por decreto de 11 de noviembre de 1977, con el que se suprim¨ªa la censura y se establec¨ªa este anagrama para advertir que algunas pel¨ªculas autorizadas para mayores de 18 a?os pod¨ªan herir la sensibilidad del espectador por su grado de violencia o erotismo. Pilar Mir¨®, directora general de Cine, ha explicado a EL PAIS que este anagrama fue "una salida airosa, coyuntural, en el momento en que se desarticulaba la censura. La existencia de este anagrama se tradujo en una producci¨®n de pseudopornograf¨ªa, filmes de muy bajo costo -entre nueve y doce millones-, y false¨® el sentido que se hab¨ªa dado a la S, como advertencia al espectador ante determinados filmes. La S se ha asociado a productos supuestamente er¨®ticos. Este anagrama s¨®lo pretend¨ªa ser un aviso ante determinadas pel¨ªculas, clasificadas para mayores de 18 a?os, que no por ser S ten¨ªan que ser mis¨¦rrimas"'.La notificaci¨®n de que no habr¨¢ m¨¢s filmes S ha creado un aut¨¦ntico p¨¢nico entre los productores. Un filme para adultos s¨®lo ser¨¢ autorizado para mayores de 18 a?os o para salas X. El peligro radicaba en que todos los filmes S pendientes de clasificaci¨®n pasaran a ser X. Esto habr¨ªa comportado no s¨®lo la imposibilidad de estrenar, ya que no existen salas X, sino la p¨¦rdida de la subvenci¨®n autom¨¢tica que concede la Administraci¨®n a cualquier filme espa?ol (una cifra igual al 15% de su taquillaje), la invalidez para la cobertura de la cuota de pantalla por parte del exhibidor y, para el distribuidor, quedarse sin la compensaci¨®n de una licencia de importaci¨®n.

Pilar Mir¨® reuni¨® a una representaci¨®n de los productores afectados para pedirles que le enviaran los filmes y que su clasificaci¨®n ser¨ªa estudiada. "Es probable que sean clasificados para mayores de 18 a?os", lo que permitir¨ªa su exhibici¨®n a pesar de no figurar la S. En total son unos diez. Es evidente que ya nadie puede plantearse el inicio de un rodaje con la esperanza de conseguir la clasificaci¨®n S, que en algunos sectores de p¨²blico a¨²n conserva un cierto atractivo.

En Espa?a existe una serie de productoras especializadas en filmes S, que trabajan con costes muy bajos y distribuyen por circuitos regulares. Al margen, alguna productora importante y de cierto prestigio utiliza filiales para realizar este tipo de productos y sanear su econom¨ªa. De los 97 filmes rodados en Espa?a en 1982, veinticuatro fueron catalogados con la S, lo que supone un 25%. de la producci¨®n total.

Pilar Mir¨®, para dar una idea de la homogeneidad de este tipo de pel¨ªculas, enumera t¨ªtulos recientes. Entre los m¨¢s chistosos, par¨®dicos o, simplemente, cacof¨®nicos est¨¢n: El hotel de los ligues, Sueca bisexual necesita semental, En busca del polvo perdido, El hombre del pito m¨¢gico, Estas chicas tan p..., El orgasmo y el ¨¦xtasis.... En la Direcci¨®n General ya tienen dos filmes que esperan la aprobaci¨®n de las salas X. Su regulaci¨®n se hizo por ley de 27 de febrero de 1982 y falta el reglamento que las desarrolle. Estas salas ser¨¢n penalizadas sin protecci¨®n y con limitaciones para su apertura. Entre las condiciones impuestas figuran la de un m¨¢ximo de capacidad, apertura en ciudades que cuenten con un m¨ªnimo de salas comerciales normales y obligaci¨®n de mantener una programaci¨®n X durante un a?o, como m¨ªnimo.