Los siete grandes de la banca esperan que el Gobierno inicie con ellos las negociaciones prometidas
La reuni¨®n mantenida por Felipe Gonz¨¢lez y varios miembros de su Gabinete con los m¨¢ximos responsables de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOIE) puede marcar el inicio del cumplimiento de la promesa electoral del PSOE de mantener conversaciones con empresarios y banqueros para configurar la planificaci¨®n concertada. A esta reuni¨®n deber¨¢n seguir otras con la banca para hablar de la financiaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, la contribuci¨®n de los grandes de la banca a proyectos de inversi¨®n y la moderaci¨®n en el precio del dinero.
La posibilidad de desarrollar una pol¨ªtica moderadamente expansiva, anunciada en el programa para hacer frente al primer objetivo del Gabinete -la lucha contra el desempleo-, constituye la principal inc¨®gnita de la gesti¨®n socialista, habida cuenta de las medidas de ajuste adoptadas en las pasadas semanas (devaluaci¨®n, elevaci¨®n del coeficiente de caja a las instituciones de cr¨¦dito y subida de precios).Tras la victoria socialista en las pasadas elecciones, la creencia de que se pondr¨ªa en marcha un mecanismo de concertaci¨®n m¨²ltiple que abarcara no s¨®lo a patronal y sindicatos, sino que incluir¨ªa, aunque fuera indirectamente, a la banca y al propio Gobierno, ayud¨® a que se mantuviera un cierto comp¨¢s de espera.
La devaluaci¨®n de la peseta y la elevaci¨®n del coeficiente de caja sin previo aviso rompi¨® la tregua. La reuni¨®n mantenida por Miguel Boyer, como responsable m¨¢ximo de los asuntos econ¨®micos, con los presidentes de los grandes bancos supuso el primer aviso de que "la situaci¨®n hab¨ªa cambiado", tanto en lo que se refiere a anteriores Gobiernos, como con respecto a lo que el Partido Socialista Obrero Espa?ol hab¨ªa anunciado a lo largo de la campa?a electoral.
Distinta financiaci¨®n del d¨¦ficit
A partir de esta reuni¨®n tom¨® cuerpo entre los responsables financieros la necesidad de intentar ponerse de acuerdo, al menos entre ellos, en lo referente a una posible disminuci¨®n del coste del dinero, tanto en las operaciones activas como pasivas.Poco antes se hab¨ªa planteado la posibilidad del pacto entre caballeros y, tres d¨ªas despu¨¦s de la comida con Boyer, uno de los bancos m¨¢s reticentes a dicho compromiso decidi¨®, de forma unilateral, planificar su pol¨ªtica de captaci¨®n de pasivo para 1983 con claros recortes en la remuneraci¨®n del mismo. Una semana despu¨¦s, el pacto era un hecho incontrovertible.
Las cr¨ªticas fundamentales que el sector financiero planteaba se refer¨ªan al importante volumen de d¨¦ficit del sector p¨²blico y, sobre todo, a, la forma de financiarlo. La apelaci¨®n al Banco de Espa?a para cubrir los d¨¦ficit se ve¨ªa como el peor instrumento a utilizar.
La elevaci¨®n, sin contrapartidas aparentes, del coeficiente de caja -lo que supone la detracci¨®n de cerca de 140.000 millones de pesetas del sistema financiero, que pueden utilizarse sin coste alguno para financiar una parte del d¨¦ficit- y las medidas recientemente adoptadas en el decreto de pr¨®rroga de los Presupuestos Generales del Estado constituyen la respuesta del Gobierno a estas cr¨ªticas.
En dicho decreto se autoriza al Gobierno a emitir pagar¨¦s del Tesoro por un valor de 120.000 millones de pesetas, lo que har¨¢ que a finales de a?o haya un saldo vivo de este instrumento financiero pr¨®ximo a los 230.000 millones de pesetas. Al tiempo, el Gobierno podr¨¢ emitir deuda p¨²blica, a medio y largo plazo, por valor de 227.000 millones de pesetas.
Estas cantidades, sumadas a la procedente de la elevaci¨®n del coeficiente de caja, aseguran la financiaci¨®n de medio bill¨®n de pesetas del total del d¨¦ficit para 1983, cuyas primeras estimaciones lo sit¨²an en 1,3 billones. El resto del d¨¦ficit se cubrir¨¢, en buena parte, en los mercados internacionales, como ha declarado recientemente el ministro de Econom¨ªa y Hacienda, al se?alar que es imprescindible que el Estado acuda en mayor medida a estas fuentes de fondos. La apelaci¨®n al Banco de Espa?a parece, seg¨²n estas cifras, que disminuir¨¢ sensiblemente a lo largo del a?o en relaci¨®n a ejercicios anteriores.
El papel de la banca
Alcanzar estos objetivos de financiaci¨®n -y el que subyace, que es un abaratamiento del dinero que facilite la inversi¨®n- exige la colaboraci¨®n de la banca y cajas de ahorro en la colocaci¨®n entre los particulares de la deuda p¨²blica a corto, medio y largo plazo. Fuentes del Banco de Espa?a consideran que al menos algunos de los grandes bancos se muestran favorables a colaborar en esta operaci¨®n, m¨¢xime cuando son conscientes de las armas que tiene la Administraci¨®n para obligarles a ello.Ante este panorama, en las previsibles negociaciones a mantener entre el Gobierno y los representantes de los siete grandes, ¨¦stos tratar¨¢n de buscar compensaciones a su colaboraci¨®n, que bien podr¨ªan ir por un compromiso sobre los bancos en crisis, precio del dinero, pol¨ªtica del cr¨¦dito oficial y papel de las cajas de ahorro.
El PSOE planteaba en su programa electoral su voluntad de que el Estado utilizara la legislaci¨®n para adquirir los bancos en crisis cuando ¨¦stos hubieran sido saneados con fondos mayoritariamente p¨²blicos. En estos momentos, el Banco de Descuento, el Banco de Levante y el grupo de Banca Catalana est¨¢n siendo administrados y saneados a trav¨¦s del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos y con las cantidades adelantadas por el Banco de Espa?a. La impresi¨®n actual es que el primer banco que abandonar¨¢ la tutela del Fondo no ser¨¢ adquirido ni por el Estado directamente ni por el Banco Exterior de Espa?a (el m¨¢s p¨²blico de los bancos privados).
Otro de los temas que querr¨ªa discutir la banca en las mencionadas negociaciones ser¨ªa la posibilidad de que el Gobierno se comprometiera a rebajar sustancialmente los tipos de inter¨¦s en sus emisiones de deuda. En el pasado a?o, los grandes bancos acusaron a estas emisiones de encarecer notablemente la captaci¨®n de pasivo y, en consecuencia, hacer imposible una reducci¨®n de los costes en las operaciones de activo.
La reestructuraci¨®n de las entidades oficiales de cr¨¦dito y su papel dentro del sistema financiero a medio plazo, que puede afectar de forma muy diversa a la banca privada, ser¨ªan el tercer tema de las conversaciones.
La no adquisici¨®n por el Estado de entidades en crisis limitar¨ªa la competencia que la banca oficial empieza a hacer a las instituciones privadas. No hay que olvidar que el propio partido socialista ha insistido en distintas ocasiones en la necesidad de que la banca oficial desempe?e un papel m¨¢s importante en el sistema financiero.
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