Wall Street registr¨® el d¨ªa de Reyes una nueva marca hist¨®rica
La actualidad econ¨®mico-financiera de la semana en Estados Unidos queda centrada en lo ocurrido el jueves d¨ªa 6, festividad de Reyes en Espa?a: un movimiento al alza en las bolsas de valores tan desmesurado como sorprendente. Al cierre de Wall Street, el ¨ªndice Dow Jones estaba en los, 1.070,92 puntos, nueva marca hist¨®rica, con una ganancia de 26,03 en la jornada Y de 43,88 con respecto al cierre del 3 de enero, primer d¨ªa operativo de 1983.El avance result¨® inesperado, puesto que en el entorno econ¨®mico no se hab¨ªan registrado novedades destacables: un d¨®lar m¨¢s o menos sostenido; los fondos federales, en una l¨ªnea normal (entre el 8,25% y el 8,75%), y ninguna manifestaci¨®n espectacular del presidente Reagan en su conferencia de Prensa de la v¨ªspera.
En esencia, el presidente norteamericano se limit¨® a manifestar que iba a procurar una disminuci¨®n en el d¨¦ficit presupuestario y, en cuanto a pol¨ªtica internacional, fueron cautelosas sus palabras relativas a la oferta de paz formulada por los pa¨ªses del Pacto de Varsovia.
Los indicativos econ¨®micos del ¨²ltimo per¨ªodo de 1982 hab¨ªan mostrado un tono algo menos desfavorable que los precedentes. Pero no en medida que justifique la euforia de las bolsas en estos primeros d¨ªas del nuevo a?o.
Tampoco es suficiente raz¨®n la expectativa de otra cercana reducci¨®n en la tasa de descuento del d¨®lar, puesto que se habla tambi¨¦n de que los bancos centrales europeos m¨¢s conspicuos, y el de Jap¨®n, se disponen, asimismo, a recortar sus tipos b¨¢sicos de inter¨¦s.
Para explicar el entusiasmo alcista, los expertos recurren al argumento de un exceso de liquidez en los inversores institucionales, que proyectan su acci¨®n compradora hacia aquellos valores que ser¨ªan m¨¢s favorecidos en el supuesto de una efectiva recuperaci¨®n d¨¦ la econom¨ªa norteamericana.
Alg¨²n analista ha llegado incluso a sugerir como eventualmente ventajosa la inversi¨®n en los devaluados t¨ªtulos de ciertas firmas industriales actualmente acogidas al r¨¦gimen de control del cap¨ªtulo 11 (an¨¢logo al de la espa?ola suspensi¨®n de pagos). Todo ello, en definitiva, s¨®lo viene a significar que en la jornada del d¨ªa 6 continuaba imperando el optimismo habitual en los d¨ªas de fin d e a?o.
Salvo que todo sea manifestaci¨®n de aquel sexto sentido de los mercados, en el que muchos creen, y que esta vez se haya intuido que nos encontramos, efectivamente, en el umbral de un decisivo giro en la actual y ya muy prolongada negativa coyuntura econ¨®mica estadounidense y mundial.
Los metales preciosos -oro y plata- no reflejaron, de momento, el euf¨®rico ambiente de las bolsas de valores.
Lo hicieron, sin embargo, en la siguiente jornada: en la primera fase operativa del COMEX neoyorquino, el oro lleg¨® a ganar quince d¨®lares, y la plata, 38 centavos de d¨®lar, en unos avances de amplitud poco habitual. Luego entraron en juego las tomas de beneficios limitando los progresos, sin que el hecho deje de ser por ello muy significativo.
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