Secuestros y pago de rescates

Editoriales como el de EL PAIS del mi¨¦rcoles 12 de enero nos hacen mucha falta. Entre todos tenemos que hacer luz en este acuciante problema ¨¦tico y social de los secuestros. Personalmente, no puedo estar de acuerdo completamente con la argumentaci¨®n del editorial citado. El pago del rescate no se proh¨ªbe por abstractas razones de Estado, sino por concretas razones de los ciudadanos, a saber: la salvaguarda de sus personas, de sus bienes y de su libertad. Humildemente pienso que nadie tiene el derecho de salvar la victa de un ser querido consolidando directamente con su acci¨®n un estado de cosas inhumano e injusto. El d¨ªa que nadie pague un rescate se acabar¨¢n los secuestros. Eso es evidente. No se puede favorecer la ruina y la inseguridad, incluso la p¨¦rdida de vidas humanas (pues no siempre se puede acceder a lo que piden), en cientos de familias en el futuro para salvar una vida humana en peligro. Se trata de una acci¨®n, esta del pago del rescate, con doble efecto, y hay que sopesar Anibos. Es muy triste reconocer que el dejar impagados dos o tres rescates y la muerte de alg¨²n ser querido pudiera ser la soluci¨®n a esta cadena de cr¨ªmenes. Pero quiz¨¢ es la ¨²nica soluci¨®n. El Estado no puede exigir heroicidades, pero al ciudadano le corresponde entender que ¨¦l tampoco puede exigir del Estado que le solucione absolutamente todos los, problemas. No s¨¦ si la figura de Guzm¨¢n el Bueno dejando morir a su hijo antes de entregar la plaza es un atavismo hist¨®rico o un ejemplo a seguir, pero lo que es cierto es que mientras haya quien pague seguiremos teniendo una banda que con ese dinero producir¨¢ nuevas muertes. / .