'La vida por delante ', el eterno pluriempleo

Aunque reci¨¦n emitida por Televisi¨®n dentro del ciclo-homenaje dedicado a Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, La vida por delante siempre merece una nueva visi¨®n. Se trata, sin duda, de una de las m¨¢s inteligentes pel¨ªculas del cine espa?ol de la d¨¦cada de los cincuenta, a?os en los que las miserias de la clase media pod¨ªan ser ya medianamente criticadas.Fern¨¢n-G¨®mez, como actor, director y guionista (este ¨²ltimo trabajo, en colaboraci¨®n con Manuel Pilares), logr¨® plasmar en este sainete las desventuras de los j¨®venes universitarios que, al acabar su carrera, se encuentran con la tragedia de no encontrar empleo. El protagonista de La vida por delante, acuciado por la esposa y su familia, se ve obligado a dedicar su tiempo a distintas actividades: desde vender aspiradoras que no funcionan a presentar n¨²meros musicales en un cabar¨¦: cuando en ¨¦ste grita con pasi¨®n que "ahora actuar¨¢ la mulatita de az¨²car en el cha-cha-ch¨¢ de moda C¨®seme la faja", un espectador comenta con admiraci¨®n su habilidad: "No es de extra?ar que este chico est¨¦ tan bien preparado. Estudi¨® la carrera de abogado".

Las expectativas frustradas de aquella generaci¨®n fueron ilustradas por Fern¨¢n-G¨®mez con ingenio y ternura. Supo conectar con el p¨²blico utilizando un lenguaje directo, preciso, ajeno a las influencias estil¨ªsticas que tan leg¨ªtimamente utilizaron otros directores importantes del momento. La vida por delante se remite a la tradici¨®n del sainete, que el director us¨® con un talante cr¨ªtico, tanto para el propio g¨¦nero como para la vida que reflejaba.

Los largos y agotadores viajes organizados, la mentalidad de los mediocres jefes que organizan las empresas modernas, la inutilidad de los nuevos coches que tanto revolucionaron la vida social de la clase media de aquellos a?os, la inhabitabilidad de los pisos reci¨¦n construidos son aspectos de la cr¨®nica hist¨®rica que esta pel¨ªcula supone. En ese contexto se a¨ªsla la secuencia del accidente automovil¨ªstico en la que Jos¨¦ Isbert interpreta al tartamudo espectador que trata de relatar lo que vio, pero el genio del actor la armoniza con el resto.

Probablemente La vida por delante no es s¨®lo una pel¨ªcula de su tiempo. Adaptando los vestuarios y los modismos verbales, puede conectar, en la mayor¨ªa de sus elementos, con la realidad de nuestros d¨ªas. En todo caso, quiz¨¢ no quepa la bonhom¨ªa de aquella cr¨ªtica, tan mediatizada por la estrecha censura que abortaba cualquier intento creativo.

La vida por delante se emite hoy, en La clave, por la segunda cadena.