No hay homil¨ªa sin demonio
Las estimaciones del editorialista de EL PA?S cuando se refiere a los pa¨ªses del Este podr¨ªan considerarse como las de un simple hincha del equipo contrario y pasar a otro asunto. Pero no se puede ignorar que los editoriales de EL PA?S son las homil¨ªas que cada ma?ana alimentan espiritualmente a la progres¨ªa espa?ola y vale la pena ser todo lo irreverente que est¨¦ permitido.En el editorial de su peri¨®dico "El pacto de los pactos" (9 de enero de 1983), que trata sobre la propuesta de la URSS de un pacto de no agresi¨®n a los pa¨ªses de la OTAN, se dice: "La URSS ha perdido su fiabilidad, su credibilidad".
Tengo entendido que, en general, las posturas que aspiran a la objetividad procuran basarse en los hechos. Hay al menos uno observable: una propuesta de pacto de no agresi¨®n. Sobre este hecho podemos connotar falsedad o deseos de paz, intentos propagand¨ªsticos o miedo; en fin, lo que nos apetezca. No obstante, me consta que "toda connotaci¨®n es hipot¨¦tica". Es decir, que cualquiera de las apreciaciones anteriores que se elija no deja de ser una conjetura m¨¢s o menos probable. Por otro lado, no le podemos negar a los hinchas del equipo del Este el derecho a hacer las mismas conjeturas con respecto a la OTAN.
Incluso podr¨ªa resultar divertido hacer connotaciones sobre el trabajo del editorialista... Si disminuir el riesgo de guerra lo consideramos un bien, entonces es razonable saludar con alegr¨ªa el ofrecimiento, venga de donde venga.
Igualmente, el editorial hace recaer sobre las sociedades democr¨¢ticas occidentales la idea de que a los comunistas, si no se les acosa (por tanto, nada de pactos), perseverar¨¢n en la extensi¨®n del mal. No hay homil¨ªa sin demonio. El demonio, que tambi¨¦n encarna la contestaci¨®n, podr¨ªa preguntarle a nuestros hinchas: ?cu¨¢l es la libertad de vuestros dos millones de parados, sin ir m¨¢s lejos? Ese es un punto ciego de casi todos nuestros apologetas. Por favor, matices./
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