El Gobierno brit¨¢nico abre el camino a la televisi¨®n por cable
El Gobierno brit¨¢nico someter¨¢, dentro de dos meses, al Parlamento un proyecto de ley para autorizar la televisi¨®n a trav¨¦s de cable, de acuerdo con el estudio realizado por un comit¨¦ presidido por lord Hunt. El informe Hunt recomienda el desarrollo de este tipo de comunicaciones y abre un campo muy amplio a la televisi¨®n por sat¨¦lite.El consumidor brit¨¢nico estima que la oferta televisiva es relativamente escasa (hay actualmente cuatro canales, BBC-1, BBC-2, ITV y Canal 4), como lo prueba el enorme aumento experimentado por la venta de aparatos y casetes de v¨ªdeo y est¨¢ dispuesto a pagar m¨¢s dinero a cambio de tener directamente en su televisor un cartel m¨¢s amplio. As¨ª lo explic¨® el director de la Compa?¨ªa de Desarrollo de la Televisi¨®n V¨ªa Sat¨¦lite, Brian Haynes, durante el coloquio que se ha desarrollado durante dos d¨ªas en Londres, organizado por el peri¨®dico Financial Times.
Hasta el momento, seg¨²n se?al¨® otro de los ponentes en dicho coloquio, Stephen Connell, la televisi¨®n por cable desempe?a un papel muy peque?o en Europa occidental, y cuando existe se dedica, fundamentalmente, a redistribuir programas de canales ya existentes, sin ofrecer una programaci¨®n propia. La explotaci¨®n comercial de este sistema es pr¨¢cticamente nula.
Uno de los factores que ha impedido el desarrollo en Europa de la televisi¨®n por cable, entendida al modo norteamericano, ha sido la actitud de los poderes p¨²blicos, preocupados por el control de este medio de comunicaci¨®n. Sin embargo, estos temores est¨¢n desapareciendo ante la importancia que puede revestir, desde un punto de vista econ¨®mico, la explotaci¨®n de este sistema.
De acuerdo con los datos de Connell, en el peor de los casos, dentro de diez a?os el 16% de los hogares de Europa occidental estar¨¢n dotados de cable televisivo. El escenario m¨¢s optimista ser¨ªa un 27%. Si la realidad se sit¨²a entre estos dos extremos, el volumen de este negocio para el mercado europeo puede ser, en 1990, de 3.000 a 5.000 millones de d¨®lares anuales.
Para la mayor¨ªa de los participantes en el coloquio el gran reto residir¨¢ en la capacidad de las nuevas compa?¨ªas de ofrecer una programaci¨®n atractiva y diferente. "Ser¨¢ el consumidor quien defina el lugar de esta nueva industria en el mundo europeo", afirm¨® Connell.
En cuanto a las posibilidades que la televisi¨®n por cable ofrece a los anunciantes, Michael Townsin, de la Young and Rubicam, se mostr¨® esc¨¦ptico. "Pasar¨¢ mucho tiempo antes de que una red de cable sea lo suficientemente importante como para justificar anuncios multinacionales, incluso si se resolvieran los problemas derivados de las diferentes lenguas, copyright y legislaciones diversas", afirm¨®. Seg¨²n Haynes, el problema de las diferentes legislaciones sobre anuncios publicitarios ser¨¢ menor del previsto, porque las compa?¨ªas se someter¨¢n voluntariamente a una r¨ªgida disciplina, suprimiendo, por ejemplo, los anuncios de tabaco o de bebidas alcoh¨®licas, prohibidos en algunos pa¨ªses europeos.
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