Gij¨®n: serio aviso
Respondiendo al llamamiento hecho por las centrales sindicales UGT, CC OO, USO, CNT y CNT Congreso de Valencia, Gij¨®n qued¨® el martes pasado totalmente paralizada por una huelga general, y 100.000 personas acudieron a una manifestaci¨®n contra el desmantelamiento en la comarca. La realidad que se quiso denunciar durante esta jornada queda gr¨¢ficamente plasmada en el comunicado conjunto de las centrales sindicales, seg¨²n el cual 223 de las 3.438 empresas existentes en Gij¨®n presentaron expediente de crisis en 1982, mientras que cerraron 71 empresas, provando la p¨¦rdida de 2.610 puestos de trabajo.Habr¨ªa que estar ciego, sin embargo, para no ver en estos hechos la evidencia de una situaci¨®n cada vez m¨¢s preocupante y que se proyecta en l¨ªneas similares sobre toda Espa?a. El pa¨ªs entero est¨¢ lleno de gijones que ahora est¨¢n dispuestos a responder un¨¢nimente a una pac¨ªfica convocatoria sindical, pero que si este drama se prolonga excesivamente, con toda su gravedad actual, podr¨ªa desembocar en estallidos m¨¢s desesperados. Por eso quienes tienen la mayor parte de responsabilidad sobre el tema -empresarios y Gobierno deben contemplar este un¨¢nime grito gijon¨¦s en "defensa de los puestos de trabajo ante la crisis industrial" como un serio aviso que les ata?e directamente.
A nadie puede extra?arle que los empresarios gijoneses desaprobaran la convocatoria sindical y no supieron ver en ella m¨¢s que una p¨¦rdida supuestamente gratuita de horas de trabajo. Quiz¨¢ debieran, sin embargo, asumir la parte de responsabilidad que les concierne, porque no todas las causas de la actual situaci¨®n econ¨®mica por la que atraviesa el pa¨ªs derivan exclusivamente de la crisis internacional. No puede olvidarse que tambi¨¦n en muchos casos la mala gesti¨®n empresarial agudiza los efectos de esa crisis, a lo que se une la acusada tendencia del empresario hispano -acostumbrados a viejos paternalismos- a poner pies en polvorosa y plantear el cierre empresarial o el expediente de crisis a la m¨ªnima de cambio, no s¨®lo cuando hay p¨¦rdidas, sino incluso cuando el nivel de beneficios desciende con respecto a ¨¦pocas anteriores.
Por lo que al Gobierno se refiere, es preciso reconocer su sensibilidad en torno al problema, llevada hasta el extremo de manifestar, tras el ¨²ltimo Consejo de Ministros, su identificaci¨®n con las reivindicaciones de los trabajadores gijoneses. Pero no todo debe quedar reducido a eso. Bien es cierto que la huelga general no iba dirigida contra el Gabinete socialista, que pr¨¢cticamente acaba de acceder al poder y que demuestra una mayor predisposici¨®n que sus antecesores a afrontar el tema. Pero s¨ª iba dirigida tambi¨¦n, de alguna forma, contra la penosa gesti¨®n econ¨®mica de los Gobiernos anteriores, en buena medida responsables, por su ineficacia y omisiones de la situaci¨®n presente del pa¨ªs. Si el actual Ejecutivo no logra resultados m¨¢s afortunados que sus predecesores, protestas como las de Gij¨®n, e incluso bajo expresiones m¨¢s desesperadas, pueden volverse en su contra a medio plazo.
28 de enero
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.