Jos¨¦ Mar¨ªa Maguregui, un entrenador al que acompa?an los escandalos
Un d¨ªa Maguregui dijo que ¨¦l era el verdadero Mago. Su historial como entrenador en la Liga espa?ola le acredita como uno de los pocos entrenadores que nunca ha sido cesado en plena temporada. Pero su destacado trabajo en todos los equipos modestos donde ha trabajado ha ido siempre acompa?ado de importantes esc¨¢ndalos. En el Espa?ol ya empiezan a escandalizarse de las manifestaciones de Maguregui y de los conflictos que tiene mes s¨ª, mes no, con los jugadores. El caso es que la suerte no le abandona, lo que muchas veces le supone la continuidad. Maguregui, de todos modos, quisiera alg¨²n d¨ªa preparar a un grande.
Jos¨¦ Mar¨ªa Maguregui es, sin duda, uno de los entrenadores m¨¢s peculiares del f¨²tbol espa?ol. El actual t¨¦cnico del Espa?ol ostenta un r¨¦cord que muy pocos pueden igualar: no haber sido cesado en ninguno de los clubes a los que ha entrenado (Sestao, R¨¢cing de Santander, Celta, Almer¨ªa y Espa?ol) y ser protagonista de esc¨¢ndalos por declaraciones fuera de tono o enfrentamientos con jugadores. S¨®lo Helenio Herrera le supera. Como futbolista tambi¨¦n lleg¨® a alcanzar fama dentro y fuera de los terrenos de juego.Maguregui ha sido siempre entrenador de equipos modestos, con muchos problemas econ¨®micos, pero de escasa proyecci¨®n. Quiz¨¢ por esta circunstancia su peculiar forma de actuar qued¨® oscurecida. Este vasco, nacido en Bilbao hace 49 a?os, casado y con dos hijos, adquiere mayor relevancia al estampar su firma por el Espa?ol. Fue en la temporada 1980-81. Su fichaje por el club de Sarri¨¢ sorprendi¨® en Barcelona y m¨¢s a Manuel Meler, entonces presidente blanquiazul. Dos de sus directivos, Jos¨¦ Mar¨ªa Armillas y Carlos Carenzi, le presentaron el hecho consumado, al regreso de uno de sus m¨²ltiples viajes de negocios.
Con una plantilla veterana y el refuerzo de Escalza, Maguregui logr¨® clasificar al Espa?ol, al final de la Liga, en el puesto 10? con 34 puntos. Los aficionados blanquiazules no vieron perder a su equipo, en Sarri¨¤, hasta la jornada 30; pero tampoco contemplaron espect¨¢culo porque los jugadores espa?olistas aplicaron las teor¨ªas de su t¨¦cnico a la perfecci¨®n y fueron capaces de ganar al Bar?a de Helenio Herrera, en un derby que Maguregui ambient¨® a la perfecci¨®n. Todos los problemas con Fernandez Amado y Lanchas quedaron difuminados y la junta directiva sigui¨® confiando, una temporada m¨¢s en Magu.
Llegan los l¨ªos
Antes de iniciarse la temporada 1981-1982, durante la gira que efectu¨® el Espa?ol por Suram¨¦rica, comenzaron los verdaderos problemas para Maguregui. Manuel Meler hab¨ªa decidido traspasar al Barcelona al guardameta Urruti y en la operaci¨®n entr¨® el pol¨¦mico Canito, que viaj¨® con sus nuevos compa?eros sin haber firmado el contrato. Magu y Canito tuvieron sus primeros enfrentamientos lejos de Espa?a y el t¨¦cnico blanquiazul le plante¨® a Meler la posibilidad de que no se efectuara el traspaso de Urruti porque no ten¨ªa un portero de garant¨ªas, aunque, en el fondo, su idea era no quedarse con Canito. La respuesta de Meler fue negativa, al necesitar el club los millones que pagaba el Bar?a y considerar que el regreso de Canito pod¨ªa ser un aliciente para el socio.Maguregui consigui¨® el fichaje del internacional belga Theo Custers del que lleg¨® a decir que les mejor que Arconada". Reforz¨® el equipo con Corominas y se trajo a Barcelona a un nuevo vasco, el bilba¨ªno Carlos. El Espa?ol comenz¨® mal la temporada y el fantasma del descenso oblig¨® a nuevos fichajes que sobrecargaron a una plantilla con grandes divergencias internas.
Canito acus¨® p¨²blicamente a Maguregui de que solamente les ordenaba dar patadas. El t¨¦cnico le respondi¨® en t¨¦rminos despectivos y se enfrent¨® con Huertas, Vilches y Padilla a quienes llamaba aceituneros por su origen andaluz. De las palabras se pas¨® a las manos y un jugador lleg¨® a lanzarle un cenicero a la cabeza en C¨¢diz. Los expedientes y las multas se acumularon en las oficinas del Espa?ol. Lo ¨²nico positivo fue el fichaje del dan¨¦s John Lauridsen, que tuvo su an¨¦cdota. El ex jugador del Madrid y Barcelona, Fernando Goywaerts, trajo a Lauridsen, un perfecto desconocido, que fue sometido a una ligera prueba y fichado delante de Meler "para ver como nos sale".El Espa?ol finaliz¨® la temporada 1981-1982 en el puesto 13 de la clasificaci¨®n, con 32 puntos y dos negativos. El criterio general de la junta directiva blanquiazul era de no renovar a Maguregui, pero una cl¨¢usula de su contrato impidi¨® a Antonio Bar¨®, nuevo presidente del Espa?ol, contratar a otro t¨¦cnico.
La limpieza
Maguregui planific¨® con Carlos Carenzi, presidente de la comisi¨®n deportiva del Espa?ol, la temporada actual y su primera medida fue marginar a Custers, jugador al que hab¨ªa recomendado ¨¦l, a Espinosa, Huertas, Canito y Carre?o, adem¨¢s de prescindir de Carlos, que se incorpor¨® a los servicios m¨¦dicos del club.Magu fue el primer t¨¦cnico en la cuerda floja esta temporada. El Espa?ol perdi¨®, en la tercera jornada de Liga, frente al Betis en Sarri¨¤, mientras Canito, jugador b¨¦tico, era sacado a hombros por sus incondicionales. La junta directiva blanquiazul estudi¨® la posibilidad de cesar al entrenador vasco, pero se impuso el criterio de esperar nuevos acontecimientos. Maguregui se jug¨® la baza de la juventud y acert¨®.El ¨²ltimo incidente lo protagoniz¨® Padilla que, en presencia de varios periodistas, acus¨® a Maguregui de "ser un jeta". Padilla reaccion¨® de esta forma al no estar incluido en la lista de concentrados y el club lo sancion¨® con 75.000 pesetas de multa y quince d¨ªas apartado de los entrenamientos. El capit¨¢n blanquiazul, Mara?¨®n, tambi¨¦n ha criticado recientemente a Maguregui, al considerar que le sustitu¨ªa indebidamente y "as¨ª no puedo rendir".
Un hombre con suerte
Los detractores de Maguregui aseguran qu¨¦ es un hombre con suerte. El t¨¦cnico opina todo lo contrario y se escuda en su hoja de servicios, pero es supersticioso y suele utilizar cierta camisa para partidos determinados. Magu no es partidario del f¨²tbol espect¨¢culo y prefiere a los jugadores de poca t¨¦cnica, pero con mucha fortaleza f¨ªsica. Su frase favorita condensa toda su filosof¨ªa futbol¨ªstica: "El que no corra tiene menos porvenir que un esp¨ªa sordo".Los jugadores del Espa?ol lo consideran un buen estratega, pero, entre sus ¨ªntimos, le acusan de que no les prepara bien f¨ªsicamente y carece de personalidad. Alguno, incluso ha llegado a decir que estaba muy influido por su mujer.
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