La Europa 'azul', nuevo orgullo comunitario
Despu¨¦s de siete a?os de laborioso parto, el pasado martes nac¨ªa en Bruselas la Europa 'azul', la nueva pol¨ªtica comunitaria en materia de pesca
La Pol¨ªtica de Pesca Comunitaria establece reglamentos de acceso a las aguas comunitarias, cuotas para cada pa¨ªs y para once especies, al menos, de pescados existentes en las aguas comunitarias; un programa de tres a?os de ayuda financiera a las flotas pesqueras de pa¨ªses miembros de la Comunidad Econ¨®mica Europea por un valor total de 250 millones de Unidades de Cuenta Europea (ECU), equivalentes a 30.000 millones de pesetas; reglas de conservaci¨®n de las reservas comunitarias de pesca, fijando, por ejemplo, el tipo de redes que se pueden usar. Adem¨¢s, la Pol¨ªtica de Pesca Comunitaria intervendr¨¢ en el mercado en apoyo de los pescadores, y, con ello, la Comisi¨®n Europea centralizar¨¢ -con esta nueva ganancia de poder- la negociaci¨®n de los acuerdos con pa¨ªses terceros.Los inicios de las negociaciones
En realidad no se trata de una nueva pol¨ªtica, sino del desarrollo de la PAC, como estaba previsto en el Tratado de Roma. Ya en 1966, la Comunidad Econ¨®mica Europea comenz¨® a desarrollar una pol¨ªtica de pesca, en vista de que la producci¨®n de los entonces seis comenzaba a bajar y de que los pa¨ªses terceros se mostraban m¨¢s reacios a abrir sus aguas a otros pa¨ªses. La crisis del sector pesquero comenz¨® a morder a partir de 1968-69. En febrero de 1971, el Mercado Com¨²n tomaba sus primeras medidas hacia una PPC, fijando la condici¨®n central de la igualdad de las condiciones de acceso a las aguas territoriales de todos los Estados miembros. Algo hab¨ªa detr¨¢s, pues a las puertas de la Comunidad estaban llamando Dinamarca, Noruega -que finalmente opt¨® por quedarse fuera-, Irlanda y el Reino Unido. Este ¨²ltimo tiene un 60% de las reservas pesqueras de la CEE, y hubo de abrir sus, aguas a sus concomunitarios.
El Reino Unido consigui¨®, sin embargo, preservar seis millas de aguas territoriales para s¨ª, abriendo el resto, hasta doce millas -una zona rica en peces-, tan s¨®lo a los pescadores franceses, con derechos hist¨®ricos. Este acuerdo entre Par¨ªs y Londres, en junio de 1982, abri¨® de nuevo las esperanzas de lograr una pol¨ªtica pesquera en la CEE. De hecho, el exclusivismo de estas doce millas se ha instaurado, en principio, para todos los pa¨ªses de la CEE. El problema del acceso a las aguas era central, como lo hab¨ªa demostrado la crisis de 1978, en la que el Reino Unido se neg¨® a que los otros ocho (Grecia ingresar¨ªa en 1980) reivindicasen una explotaci¨®n preferencial en una zona a cincuenta millas de sus costas.
Las primeras concreciones reales de la PPC llegaron en septiembre de 1976, con propuestas de la Comisi¨®n Europea sobre medidas de conservaci¨®n de los recursos mar¨ªtimos. A tiempo, y no casualmente, pues un mes despu¨¦s los nueve decidieron ampliar sus zonas de explotaci¨®n exclusiva a doscientas millas de sus costas. La primera consecuencia fue la expulsi¨®n de los sovi¨¦ticos, japoneses y polacos de estas aguas. Las bases estaban sentadas para la PPC, pero no su contenido. A partir de entonces comenzaron una serie de negociaciones internas en la CEE, que numerosas veces se saldaron en fracaso.
Se trataba de fijar primero las cantidades de pesca admisibles en el total de la CEE para cada especie, especialmente para las que estaban en peligro. La CEE ha limitado para este a?o el total de lo que se puede pescar -de sus siete especies principales- en sus aguas al equivalente de 1,5 millones de toneladas de bacalao. Fuera de este sistema quedan especies como el besugo, la cigala, el at¨²n o el rodaballo.
Recelos brit¨¢nicos e irlandeses
Una vez fijadas estas cantidades, hab¨ªa que repartirlas entre los distintos pa¨ªses de la CEE, es decir, fijar las cuotas nacionales. El verdadero problema lleg¨® entonces, y el reparto de las cuotas en el futuro podr¨ªa resultar en "maratones" de negociaciones similares a los que rigen la fijaci¨®n de los precios agr¨ªcolas. De hecho, hab¨ªan sido las protestas de Dinamarca, con un Gobierno minoritario, sobre los cupos que le correspond¨ªan las que hab¨ªan paralizado el nacimiento de la PPC hasta el martes. Se le hab¨ªa prometido m¨¢s a Dinamarca, y entonces surgieron los recelos brit¨¢nicos e irlandeses, pues sospechaban que esa pesca suplementaria tendr¨ªa que provenir de sus aguas.
Gran Breta?a se ha llevado la mayor cuota, con un 37% de la captura de las siete principales especies contempladas en los reglamentos. El reparto, respecto del total ha sido el siguiente: Reino Unido 29,2%, Dinamarca 25,8%, Francia 15,2%, Rep¨²blica Federal de Alemania 11,5%, Pa¨ªses Bajos 11 %, Irlanda 4,4% y B¨¦lgica 2,9%. La Comisi¨®n asegura que para fijar las cuotas ha tenido en cuenta las necesidades particulares de las regiones donde la poblaci¨®n local depende de la pesca e industrias derivadas, las relaciones con pa¨ªses terceros, cuyas aguas se cierran, y las actividades tradicionales de pesca. Se trata de poder reconstruir los recursos pesqueros. La Comisi¨®n ha tomado adem¨¢s otras medidas encaminadas hacia este objetivo sobre las caracter¨ªsticas de las redes, la talla autorizada de los peces y limitaciones sobre zonas o periodos de pesca. Para algunas zonas "sensibles" se establecer¨¢ un sistema de licencias bajo el control de la Comisi¨®n Europea.La Pol¨ªtica de Pesca Comunitaria garantiza asimismo una cierta seguridad a los 140.000 pescadores de la CEE, fijando precios de garant¨ªa m¨ªnimos y precios de retirada por debajo de los cuales se saca el pescado de? mercado para evitar su derrumbamiento. Se implantan tambi¨¦n unas primas especiales para las anchoas y sardinas en conserva provenientes del Mediterr¨¢neo y otros tipos de medidas. La gesti¨®n, en este terreno, se har¨¢ a trav¨¦s de las organizaciones de productores, cuya formaci¨®n se ve alentada por un programa de ayudas especiales. Es un sistema similar al que rige en la agricultura de la CEE. La Comunidad se gastar¨¢ por otra parte unos 30.000 millones de pesetas para la reestructuraci¨®n del sector pesquero, con nuevos equipos portuarios, modernizaci¨®n de los barcos y otros proyectos.
La exclusi¨®n mediterr¨¢nea
La PPC, que es el nuevo orgullo, carece, sin embargo, de una verdadera dimensi¨®n mediterr¨¢nea, ya que est¨¢ pensada principalmente para el Atl¨¢ntico, norte y sur. La organizaci¨®n comunitaria del mercado del pescado se extiende a los pa¨ªses mediterr¨¢neos, como Grecia e Italia. Sin embargo, la pol¨ªtica de acceso, totales de captura permitidos y cuotas nacionales no se aplica en ese antiguo mar. La dimensi¨®n mediterranea se ve no obstante reforzada en la elaboraci¨®n de acuerdos-marco con los pa¨ªses terceros. Por citar un ejemplo, el acuerdo marco entre Italia y Tunez -que se refer¨ªa no s¨®lo a la pesca sino tambi¨¦n a tomates y textiles- expir¨® en 1978. Ahora Italia no negociar¨¢ bilateralmente con Tunez, sino que esta ser¨¢ una labor que tendr¨¢ que desempe?ar la Comisi¨®n Europea.
La elaboraci¨®n de estos acuerdos-marco de pesca ser¨¢ y ha sido una de las labores fundamentales de la Comisi¨®n. Acuerdos de este tipo existen ya entre el Mercado Com¨²n y Espa?a, Noruega, Suecia, las islas Feroe, Estados Unidos, Canad¨¢, Senegal, Guinea-Bissau y Guinea-Konakry, y est¨¢n en curso con Mauritania y otros pa¨ªses africanos. Espa?a dispondr¨¢ ahora de un interlocutor menos polifac¨¦tico cuando vaya a negociar el cap¨ªtulo de pesca, en el marco de la adhesi¨®n a la Comunidad Econ¨®mica Europea. No por ello ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil el resultado, aunque s¨ª su proceso. "Despu¨¦s de diez a?os de noviazgo, asistimos por fin a una boda a diez bajo el r¨¦gimen de la Comunidad", coment¨® Louis Le Pensec, ministro franc¨¦s del Mar, el martes en el edificio Charlemagne.
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