Morir en Madrid, un problema caro y complejo
11 metros cuadrados en un cementerio madrile?o pueden llegar a costar casi 2.500.000 pesetas
Ser enterrado en Madrid obliga a miles de madrile?os anualmente a hacer un gasto econ¨®mico importante con objeto de cumplir lo que parece una exigencia: que el fallecido est¨¦ rodeado de tierra por todas partes y que su ¨²ltima morada sea perpetua. Como consecuencia del cumplimiento de este deseo, el espacio que ocupan las sepulturas aumenta cada a?o tres hect¨¢reas. Cementerios como el de la Almudena est¨¢n al l¨ªmite de sus disponibilidades. Muchas familias hacen un esfuerzo y gastan cifras que van desde las 199.000 pesetas que cuesta una sepultura perpetua de tercera clase hasta las cantidades astron¨®micas necesarias para adquirir unos pocos metros cuadrados con destino a un pante¨®n.
El fallecimiento de un familiar supone, aparte de un doloroso trance, la inexcusable obligaci¨®n de realizar una serie de tr¨¢mites que terminar¨¢n cuando los asistentes al entierro se despidan antes de regresar a sus casas. A la b¨²squeda del certificado de defunci¨®n, que en las farmacias cercanas a las cl¨ªnicas se suelen agotar r¨¢pidamente, seguir¨¢ un proceso burocr¨¢tico m¨¢s o menos complicado, seg¨²n el fallecido o su familia hayan previsto la situaci¨®n.De acuerdo con las estad¨ªsticas, de las 25.000 defunciones que se producen anualmente en la capital un 60% de los enterramientos est¨¢ cubierto por sociedades que han ido cobrando las correspondientes cuotas para ocuparse del traslado del cad¨¢ver, la caja y la sepultura. La presentaci¨®n de los papeles en la Sociedad Mixta de Servicios Funerarios (80% del capital en manos municipales y el 20%'restante en manos privadas) servir¨¢ en estos casos para poner en marcha el servicio.
Las familias del restante 40%, sin embargo, llegan a los servicios funerarios s¨®lo con el certificado de defunci¨®n. La elecci¨®n de la caja, sobre folleto o tras ver personalmente algunos f¨¦retros, es el primer problema. El modelo 103, servicio que incluye la caja solicitada normalmente por las compa?¨ªas de seguros, un coche para el traslado del f¨¦retro, capilla ardiente y spray con l¨ªquido ambientador, implica un gasto de 34.165 pe setas. El folleto indica que la caja ser¨¢ un "arca barnizada de color nogal oscuro, vaso con z¨®calo moldurado y tapa lisa con molduras de uni¨®n al vaso, cruz de madera y Cristo de pl¨¢stico; interior forrado en seda blanca, con almohad¨®n a juego; asas y cierres".
Si se quiere un ata¨²d mejor, el 104, los familiares tendr¨¢n que pagar algo m¨¢s, 48.259 pesetas, lo que permitir¨¢ que el coche de traslado sea mejor, que el f¨¦retro est¨¦ barnizado en color caoba y que el Cristo sea imitaci¨®n metal. Y as¨ª sucesivamente, pasando por interiores forrados en raso, arcones en vez de arcas, sarc¨®fagos con tapas de cristal, hasta llegar al servicio 201, el m¨¢s caro del mercado, que, adem¨¢s de cubrir el transporte en el coche m¨¢s lujoso, comprende un gran arc¨®n en marqueter¨ªa con asas de fundici¨®n y tapizado interior en marr¨®n. La tarifa, 180.731 pesetas.
Pago al contado
La decisi¨®n sobre d¨®nde ser¨¢ enterrado el fallecido es a¨²n m¨¢s problem¨¢tica. Ante la elecci¨®n entre sepultura o nicho, temporal o perpetua, la primera reacci¨®n es la de preguntar por el precio de la sepultura perpetua. Las 237.000, 218.000 y 199.000 pesetas, a pagar al contado, que cuestan, respectivamente, las sepulturas de primera, segunda y tercera clase hacen que muchos de los solicitantes busquen otras alternativas. En ese caso, el reposo en tierra es preferido a la perpetuidad, por lo que se elige antes una sepultura aunque sea temporal, por diez a?os, que un nicho a perpetuidad. As¨ª se desprende de los datos de 1981. De las 23.313 personas enterradas en los cementerios municipales 14.466 lo fueron en sepultura temporal, 2.333 en nichos perpetuos, cuyo precio, entre las 80.000 y las 100.000 pesetas, var¨ªa seg¨²n la fila en qu¨¦ est¨¦ ubicado; 1.814 estrenaron sepulturas perpetuas y 4.547 fueron inhumados en sepulturas perpetuas ocupadas por sus familias. Estas ¨²ltimas tienen capacidad para cinco cuerpos, aunque la reducci¨®n de restos permite que sean muchos m¨¢s los enterrados en la misma fosa. El n¨²mero de incineraciones fue muy bajo. S¨®lo se registraron 153 casos, a pesar de que el coste de la operaci¨®n es de 3.000 pesetas.La elecci¨®n de la sepultura temporal es, por otra parte, poco gravosa para las familias: 7.500 pesetas por cada cuerpo enterrado en una fosa en la que se introducen otros cuatro cad¨¢veres, que ser¨¢n exhumados a los diez a?os. Pasado el plazo, la familia puede llevar los restos a otra sepultura temporal (en 1981 ocurri¨® as¨ª en 222 ocasiones), introducirlos en una se pultura perpetua (250 casos en el mismo a?o) o, como ocurri¨® 1.469 veces en 1981, pedir una reducci¨®n de los restos con objeto de introducirlos en un columbario, peque f¨ªa caja en la que quedan guarda dos a perpetuidad.
Cuando los familiares no los reclaman, los restos van a un osario com¨²n. La preocupaci¨®n por el difunto parece atenuarse con el tiempo. De los 12.546 cuerpos exhumados en 1981, 10.830 (un 86,3%) acabaron en el osario com¨²n.
Si las tarifas son iguales para todos los cementerios municipales, no ocurre lo mismo entre ¨¦stos y las cuatro sacramentales existentes en Madrid, San Lorenzo y San Jos¨¦, San Justo, San Isidro y Santa Mar¨ªa, todas ellas dependientes de congregaciones de archicofrades. En ellas s¨®lo se pueden conseguir nichos y l¨¢pidas a perpetuidad.
235 hect¨¢reas ocupadas
En la sacramental de San Justo ya no se venden sepulturas, al haberse terminado el terreno. Las ¨²ltimas, adquiridas hace tres a?os, alcanzaron un precio de 200.000 pesetas, en tanto que los nichos m¨¢s caros costaron 90.000 pesetas. En la de San Lorenzo y San Jos¨¦, las sepulturas cuestan en la actualidad 300.000 pesetas, y los nichos, 137.000 pesetas. En la de San Isidro, que est¨¢ sufriendo obras de expansi¨®n, las sepulturas est¨¢n en torno a las 300.000 pesetas y las tarifas de los nichos oscilan entre las 100.000 y las 160.000 pesetas.Los diecis¨¦is cementerios con que cuenta Madrid ocupan una extensi¨®n de 235 hect¨¢reas (2.350.000 metros cuadrados), es decir, casi dos parques del Retiro juntos. En este terreno se distribuyen unas 210.000 sepulturas perpetuas, 23.000 temporales y unos 85.000 nichos, entre temporales y perpetuos.
La escasez empuja a reducir la demanda mediante precios elevados. Once metros cuadrados para levantar un pante¨®n pueden llegar a costar 2.497.500 pesetas. La poblaci¨®n crece a raz¨®n de tres hect¨¢reas anuales. De no variar la actual situaci¨®n, cubrir¨¢ las posibilidades de los cementerios en el plazo de quince a?os. En algunos, como el de San Justo, Canillejas o Villaverde, s¨®lo se entierra ya a aquellos que compraron en su d¨ªa una sepultura perpetua.
Un caso curioso es el del cementerio brit¨¢nico, ¨²nico extranjero que existe en Madrid y ubicado en pleno distrito de Carabanchel, en un terreno propiedad del Gobierno brit¨¢nico. Seg¨²n informaron en la embajada, en ¨¦I se ha enterrado desde hace cerca de doscientos a?os a s¨²bditos brit¨¢nicos que resid¨ªan en la capital, aunque durante cierto tiempo se enterr¨® tambi¨¦n a alemanes, franceses y hasta suecos, que no eran admitidos en los cementerios cat¨®licos. En este cementerio protestante, aunque tiene una secci¨®n cat¨®lica, existen unas 950 sepulturas, de las que quedan algunas libres, a un precio que no llega alas 100.000 pesetas.
Ya en terreno espa?ol, s¨®lo las sacramentales de San Isidro y San Lorenzo y los cementerios municipales de El Pardo y Carabanchel no sufren problemas de espacio. Los datos en poder de la delegaci¨®n municipal de Sanidad indican que en el cementerio de la Almudena s¨®lo queda sitio para 47 sepulturas perpetuas; en el de Vallecas se pueden ocupar 160; en el de El Pardo, 126; en el civil, 333, de las que ochenta pertenecen al cementerio hebreo; en el de Fuencarral, 273, y en el de Carabanchel, 4.665. En total, 5.604 sepulturas perpetuas, aparte de las existentes en las sacramentales. A esta cantidad habr¨ªa que sumar 3.452 sepulturas temporales, 5.962 nichos perpetuos y 3.316 columbarios.
La situaci¨®n preocupa a las autoridades municipales, que en los ¨²ltimos a?os han ordenado la realizaci¨®n de numerosas obras de ampliaci¨®n en aquellos camposantos cuyas posibilidades lo permit¨ªan. "Ten¨ªamos muchas esperanzas en la ampliaci¨®n del cementerio de Fuencarral, pero los estudios geol¨®gicos realizados han indicado que existen aguas subterr¨¢neas, por lo que tendremos que esperar a que se construyan los cementerios de Mediod¨ªa y Hortaleza, que, con una extensi¨®n de unas cuarenta hect¨¢reas cada uno, est¨¢n contemplados en el Plan General de Madrid", manifest¨® Narciso Torrente, concejal de Sanidad del ayuntamiento madrile?o.
Otra de las preocupaciones m¨¢s inmediatas es el alto coste de los cementerios actuales. El pasado a?o, por ejemplo, se gastaron m¨¢s de quinientos millones de pesetas entre personal encargado de la limpieza, conservaci¨®n y servicios del cementerio, gastos corrientes e inversiones. La plantilla de cementerios supera las cuatrocientas personas, la mitad encargadas de la Almudena. Un operario cobra 61.509 pesetas brutas y un plus de 13.500 pesetas por exhumaciones, operaci¨®n que se suele hacer el mes de noviembre.
Los principales gastos son los de conservaci¨®n. Aunque se cobran tasas que van desde las seiscientas pesetas anuales por nicho de p¨¢rvulo (perpetuo) hasta las 4.300 pesetas por pante¨®n, en muchos casos pasan a?os sin que se abonen las tasas.
El resultado es que, aparte de lo que cuesta el enterramiento en s¨ª, los madrile?os pagan entre todos un d¨¦ficit anual que se acerca a los doscientos millones de pesetas. Como dicen los expertos, "un cementerio produce beneficios hasta que est¨¢ lleno; luego s¨®lo tiene p¨¦rdidas".
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