Blas Cabrera, "El descubrimiento del Monopolo magn¨¦tico unificar¨¢ todos los campos de la f¨ªsica"
El nieto del famoso f¨ªsico espa?ol, investigador en EE UU, trata de confirmar ahora su observaci¨®n del pasado a?o
Un total de 382 d¨ªas duraron los experimentos que sirvieron al equipo de la Universidad norteamericana de Stanford dirigido por el f¨ªsico de origen espa?ol Blas Cabrera para aportar una prueba decisiva a la teor¨ªa que predice la existencia del monopolo magn¨¦tico, la unidad b¨¢sica del magnetismo. Una sola observaci¨®n, que ahora el mismo equipo trata de confirmar, sirvi¨® para que este joven f¨ªsico, de 36 a?os, fuera conocido en todo el mundo cient¨ªfico. Blas Cabrera, nieto del famoso f¨ªsico espa?ol del mismo nombre, que se encuentra en Madrid para dar una conferencia en la Universidad Aut¨®noma, explica su trabajo y la importancia que puede tener para confirmar las teor¨ªas de Einstein sobre la interrelaci¨®n de las fuerzas que rigen el universo.
Hijo y nieto de f¨ªsicos notables, Blas Cabrera ha demostrado ya haber heredado las cualidades familiares para la investigaci¨®n cient¨ªfica. Desde que en febrero pasado obtuvo por primera vez evidencia de la existencia del monopolo magn¨¦tico ha visto mermado su tiempo de trabajo debido a la expectaci¨®n que suscit¨® la observaci¨®n. Ahora permanece unos d¨ªas en Madrid, desde donde se dirige al Centro Europeo de Investigaci¨®n Nuclear (CERN), en Ginebra, y de all¨ª, a entrevistarse con sus colegas en Italia. Sin embargo, no ha dejado de dedicar muchas horas a su laboratorio de la Universidad de Stanford, en California, donde ya funciona una nueva m¨¢quina que espera le permita verificar la existencia del huidizo monopolo magn¨¦tico, la unidad b¨¢sica del magnetismo.Blas Cabrera naci¨® en 1946, en Par¨ªs, donde su padre, Nicol¨¢s Cabrera, a hora catedr¨¢tico de F¨ªsica Fundamental en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, trabajaba en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, tras haberse exiliado de Espa?a durante la guerra civil. Desde 1952 vive junto con su familia en Virginia (Estados Unidos). "Ver trabajar a mi padre es lo que me llev¨® a m¨ª a dedicarme a la f¨ªsica", dice; "sobre todo, observar su entusiasmo por ver c¨®mo funciona el mundo". Nicol¨¢s Cabrera, presente en la entrevista, interviene: "Y eso que yo le dije muchas veces que no se le ocurriera dedicarse a la f¨ªsica". A su ' abuelo, el famoso f¨ªsico espa?ol del que ha heredado el nombre, no lleg¨® a conocerle, puesto que muri¨® tambi¨¦n en el exilio, en Mexico, en 1945.
Aunque hijo de espa?oles, Blas Cabrera tiene la nacionalidad estadounidense y habla el castellano con acento; est¨¢ casado con una s¨²bdita de aquel pa¨ªs, y tiene tres hijos, uno de los cuales se llama tambi¨¦n Blas, para perpetuar el nombre en lo que ya se puede llamar la dinast¨ªa Cabrera. "Vengo de vez en cuando, puesto que mi familia vive aqu¨ª, y he dado tres o cuatro conferencias sobre los temas que investigo, pero veo dif¨ªcil realizar el mismo trabajo que hago en Stanford en una universidad espa?ola". Sin embargo, se?ala que le gustar¨ªa establecerse en Espa?a durante alg¨²n tiempo, cuando termine los programas que tiene actualmente en marcha, a lo que asiente su padre. Una raz¨®n que da es que quiere que sus hijos conozcan su heritage, es decir, el pa¨ªs de sus antecesores.
"Hay investigaciones d¨¦ mi especialidad que se pueden hacer con menos medios y que, sin embargo, son muy interesantes, como los estudios de superconductividad y c¨®mo interaccionan los campos magn¨¦ticos, que pueden dar resultados interesantes", explica.
La superconductividad
La superconductividad, que es el cambio de propiedades t¨¦rmicas, el¨¦ctricas y magn¨¦ticas de algunos compuestos qu¨ªmicos y aleaciones cuando se enfr¨ªan a temperaturas cercanas al cero absoluto, es la base de todo el trabajo de este joven investigador. "Yo estudi¨¦ en Virginia, y cuando me licenci¨¦ fui a Stanford a hacer la tesis doctoral, que vers¨® precisamente sobre la superconductividad y las t¨¦cnicas para obtener por medio de pantallas, campos magn¨¦ticos de muy baja intensidad, hasta cien millones de veces inferiores al campo magn¨¦tico terrestre".Luego estuvo trabajando en un programa financiado por la NASA que pretende realizar medidas precisas de la relatividad generalizada, con el lanzamiento de un sat¨¦lite provisto de un gir¨®scopo de alta precisi¨®n para comprobar dos de los efectos predichos por Einstein, uno de los cuales no se ha podido comprobar nunca. El programa est¨¢ terminado, a falta del lanzamiento del sat¨¦lite, que est¨¢ previsto para dentro de tres a?os. Otro campo en el que ha trabajado ha sido la medida de cargas fraccionales, menores que la carga de un electr¨®n.
Ahora, Blas Cabrera dirige el programa de investigaci¨®n destinado a verificar la existencia del monopolo magn¨¦tico, una part¨ªcula que, de existir, tiene una gran masa, por encima de todo lo imaginable, y que se cree habr¨ªa llegado a la Tierra dentro de los rayos c¨®smicos, y originada en el primer momento del universo. La posible detecci¨®n de estas part¨ªculas de carga magn¨¦tica, cuya existencia constituir¨ªa la confirmaci¨®n directa de la teor¨ªa de la gran unificaci¨®n, es el objetivo de la investigaci¨®n.
La gran unificaci¨®n
Blas Cabrera, que afirma no tener como meta el Premio Nobel -"la raz¨®n por la que trabajo en f¨ªsica no es ¨¦sa"-, habla con entusiasmo de la teor¨ªa de la unificaci¨®n, que liga todos los campos de la f¨ªsica, desde la cosmolog¨ªa a la f¨ªsica de estado s¨®lido."La teor¨ªa de la gran unificaci¨®n pretende que las tres fuerzas b¨¢sicas que gobiernan la naturaleza, aparte de la gravitatoria, que son la electromagn¨¦tica, la d¨¦bil y la fuerte o de interacci¨®n nuclear, son aspectos distintos de una misma fuerza". Esta teor¨ªa le vali¨® en 1979 el Premio Nobel de F¨ªsica a sus autores, Adbus Salam, Sheldon Glashow y Steven Weinberg, lo que produjo el inter¨¦s de los f¨ªsicos de todo el mundo por confirmarla. Entre otras cosas, la teor¨ªa explicar¨ªa por qu¨¦ en el universo s¨®lo hay masa y no antimateria, adem¨¢s de proporcionar una base com¨²n a todas las ramas de la f¨ªsica. Blas Cabrera explica que el reciente anuncio del descubrimiento de una nueva part¨ªcula, el bos¨®n w, servir¨¢ para demostrar la unificaci¨®n de dos de estas fuerzas, la electromagn¨¦tica y la d¨¦bil, pero no para las tres, porque esto no se puede lograr mediante aceleradores de part¨ªculas, que es el m¨¦todo seguido en el CERN.
Trabajando en el campo de la superconductividad, con tecnolog¨ªa de helio l¨ªquido a muy bajas temperaturas, se ha construido el detector de monopolos magn¨¦ticos que sirvi¨® a Blas Cabrera para casi confirmar la existencia de estas part¨ªculas. Sin embargo, su descubridor es modesto. "Nuestro instrumento era simplemente mucho m¨¢s sensible que el que utiliz¨® Luis Alvarez, de la Universidad de Berkeley, Premio Nobel en la d¨¦cada de los sesenta, para sus famosos estudios de las cargas magn¨¦ticas en la materia. En estos estudios utiliz¨® rocas lunares, sedimentos e incluso nieve de la regi¨®n polar, bas¨¢ndose en que los monopolos proceden de los rayos c¨®smicos, y estos materiales se puede asegurar que llevan mucho tiempo en el mismo lugar sometidos a estas radiaciones".
Sin embargo, se ha deducido que una part¨ªcula de esta gran masa no podr¨ªa detectarse as¨ª, porque simplemente pasar¨ªa a trav¨¦s de la Tierra. El detector que utiliza Blas Cabrera sirve, as¨ª, para detectar el paso de una part¨ªcula con carga magn¨¦tica, y para eso, en cada serie de experimentos debe permanecer activado durante muchos d¨ªas. "Tuvimos el detector activado durante 382 d¨ªas, y s¨®lo obtuvimos, en el mes de febrero de 1982, un event (una observaci¨®n), que podr¨ªa probar la existencia del monopolo magn¨¦tico. Por eso desde entonces hemos dise?ado un detector m¨¢s perfeccionado, que en realidad son tres detectores en coincidencia, para confirmar el descubrimiento, porque no podemos asegurar que no sea un efecto de la m¨¢quina.
Ese detector lleva ya funcionando, 120 d¨ªas, y hasta ahora no hemos podido detectar nada. Quiz¨¢ es que la frecuencia del paso de monopolos es menor de lo que imaginamos, y simplemente tuvimos suerte en los experimentos del a?o pasado".
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