El nuevo capit¨¢n general de Madrid, un hombre con temperamento
Es militar desde los diecinueve a?os y tiene ya 64. Hubo un d¨ªa, sin embargo, el 18 de diciembre de 1951, que prefiri¨® cambiar la guerrera por el h¨¢bito de monje y permaneci¨® un a?o en la cartuja de Miraflores (Burgos). Por su car¨¢cter decidido y abierto, no duda en calificar a los periodistas de metetes ni en enfrentarse, pistola en mano, a los golpistas. Como profesional de las armas, tampoco duda en ponerse a las ¨®rdenes del Gobierno, "sin erigirme en juez de su legitimidad". Es el nuevo capit¨¢n general de Madrid, el teniente general Rafael Allendesalazar Urbina, un militar de la confianza del Gobierno.
Ingres¨® en el Ej¨¦rcito en 1937, en plena guerra civil. Las numerosas heridas que sufri¨® le han dejado algunas secuelas f¨ªsicas. Diplomado de Estado Mayor del Ej¨¦rcito y de la Escuela de Guerra francesa, Allendesalazar ha ocupado diversos cargos militares importantes, entre los que destacan los de agregado militar a la Embajada de Espa?a en Par¨ªs, gobernador militar de Madrid y capit¨¢n general de la III Regi¨®n Militar (Valencia).Desde que ingres¨® en el Ej¨¦rcito, su carrera profesional siempre ha ido por buen camino. Un d¨ªa, sin embargo, a los 31 a?os de edad, crey¨® que su vocaci¨®n era la de monje. El entonces comandante Allendesalazar ingres¨® en la cartuja de Miraflores y all¨ª permaneci¨® un a?o, hasta que, por motivos de salud, abandon¨® el monasterio y reingres¨® en la milicia. D¨ªas antes de su ingreso en la cartuja hab¨ªa fallecido la primera esposa del ahora teniente general, raz¨®n que, al parecer, le impuls¨® a tomar tal decisi¨®n.
Quienes le conocen bien opinan que es "un hombre culto y bonach¨®n, pero temperamental y locuaz". Ayer, s¨¢bado, comentaba a este peri¨®dico, desde Valencia, en elevado tono, que, en contra de lo difundido, no ten¨ªa ning¨²n deseo de venir a Madrid. "Era absolutamente contrario", insist¨ªa el general, quien a?ad¨ªa que, desde su reciente nombramiento, estaba "desbordado y muy cansado", por lo que prefer¨ªa no hacer comentarios m¨¢s extensos por el momento.
Pero sus intervenciones p¨²blicas a lo largo de los ¨²ltimos a?os han sido suficientemente significativas para conocer el talante no s¨®lo profesional sino tambi¨¦n humano del hasta ahora capit¨¢n general de Valencia. En marzo del pasado a?o, y durante un viaje a Albacete, no dud¨® en asegurar ante varios informadores: "Los periodistas no son unos acusicas, son unos metetes. Lo que tienen que hacer es dejarnos trabajar y sanseacab¨®". No ha sido ¨¦ste el ¨²nico incidente de menor importancia entre el general y los periodistas. Su car¨¢cter abierto, sin embargo, ha hecho que las relaciones con los profesionales de la informaci¨®n sean buenas, y en muchas ocasiones, "simp¨¢ticas". "Muchas veces nos atend¨ªa ¨¦l "sino al tel¨¦fono", dicen desde Valencia. "Quiero la verdad absoluta", repetir¨ªa en diversas ocasiones. "Lo que no admito ni en Valencia ni en otros lados son las verdades a medias".
Relaciones similares ha mantenido en la capital del Turia con las autoridades civiles. Siempre acudi¨® a todos los actos oficiales a los que fue invitado, pero tampoco dud¨® en denunciar p¨²blicamente la escasa colaboraci¨®n civil durante las ¨²ltimas inundaciones registradas en la zona.
Frente a las huellas golpistas
Su temperamento decidido qued¨® reflejado, sobre todo, la misma noche del 23-F, cuando estaba al frente del Gobierno Militar de Madrid. Los hechos ocurridos nunca fueron aclarados oficialmente. Seg¨²n la versi¨®n difundida por los medios de comunicaci¨®n, el coronel Garchitorena, el sargento Montero y dos civiles intentaron hacerse con el control del Gobierno Militar, horas despu¨¦s de ocupado el Congreso de los Diputados. En una r¨¢pida reacci¨®n, el entonces general de divisi¨®n Allendesalazar, pistola en mano, desbarat¨® la operaci¨®n.Desde el 23-F, Rafael Allendesalazar parece estar abocado a desempe?ar cargos claves relacionados con esa fecha. Un mes despu¨¦s del fallido golpe fue nombrado jefe de la divisi¨®n de monta?a Seo de Urgel y gobernador militar de L¨¦rida, cargo que precisamente hab¨ªa desempe?ado el general Alfonso Armada hasta tres semanas antes del 23-F.
Su discurso de toma de posesi¨®n no pudo ser m¨¢s significativo: "Ahora m¨¢s que nunca es necesaria la cohesi¨®n en el Ej¨¦rcito para, a las ¨®rdenes del Rey, estar siempre dispuestos a defender y cumplir las misiones que la Constituci¨®n nos se?ala". En diciembre, al ascender a teniente general, fue nombrado capit¨¢n general de la III Regi¨®n (Valencia), cargo que desempe?aba Milans del Bosch hasta el 23-F. All¨ª se encontr¨® con antiguos colaboradores del general golpista. Tambi¨¦n en esta ocasi¨®n, al hacerse cargo del mando, record¨® esta esclarecedora frase del mariscal Juin: "Yo siempre he obedecido al Gobierno, sin erigirme en juez de su legitimidad".
Finalmente, el Gobierno ha decidido ahora nombrarlo capit¨¢n general de Madrid, puesto desde el que tambi¨¦n se adoptaron decisiones claves para desbaratar el golpe del 23-F, sobre todo para impedir la salida de unidades de la divisi¨®n acorazada Brunete n¨²mero 1. Con este ¨²ltimo nombramiento, el Gobierno ha hecho una elecci¨®n "totalmente acertada", seg¨²n fuentes del Ejecutivo. "Es un militar de la confianza del Gobierno", han dicho.
Desde este nuevo cargo, sin embargo, Rafael Allendesalazar puede verse envuelto en fuertes compromisos. Antes de su pase a la situaci¨®n B -el 1 de septiembre de este a?o- puede celebrarse el consejo de guerra contra los implicados en los hechos desestabilizadores del 27-O.
El nuevo capit¨¢n general de Madrid tendr¨¢ que comunicar su conformidad o disentimiento con la sentencia. La resoluci¨®n de este compromiso podr¨¢ convertirse, precisamente, en el ¨²ltimo acto destacable de la carrera militar activa de este general.
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