"El presidente Reagan ha tardado dos a?os corregirse, pero la recuperaci¨®n es ya un hecho"
Pregunta. ?En qu¨¦ teor¨ªa econ¨®mica cree usted que est¨¢ basada la pol¨ªtica antiinflacionista de Estados Unidos?Respuesta. Yo creo que quiz¨¢ ¨¦sta no es una pregunta tan significativa para nosotros en Estados Unidos como podr¨ªa ser en otros pa¨ªses. Yo dir¨ªa que ninguna doctrina econ¨®mica fuera del sistema del Federal Reserve ha tenido mucho impacto en lo que hemos hecho. Hablamos con muchos economistas -a lo largo de un a?o he hablado con unos doscientos-, pero las ideas de ninguno de ellos han tenido un impacto muy fuerte. Es una econom¨ªa muy compleja, y ninguna teor¨ªa econ¨®mica la explica bien, todas son ¨²tiles como distintas maneras de enfocar los problemas. Creo que el keynesianismo tiene alguna utilidad, como la tienen el monetarismo o la econom¨ªa del suply side. Cualquiera de estas teor¨ªas tiene validez y todas son ¨²tiles en su distinta manera de enfocar los problemas, pero ninguna de ellas explica c¨®mo funciona la totalidad, y si s¨®lo se aplica una de estas teor¨ªas, puede surgir gran cantidad de problemas, como en el a?o 1981 en Estados Unidos, cuando la Administraci¨®n Reagan se adhiri¨® ciegamente a la econom¨ªa de los suply siders, cre¨¢ndose grandes dificultades. Les advertimos insistentemente de todas las maneras posibles que tuvieran cuidado con lo que estaban haciendo, les explicamos por qu¨¦ se iban a desarrollar problemas tan serios, pero, desgraciadamente, no nos escucharon. Hab¨ªa ciertos miembros de la Administraci¨®n que parec¨ªan m¨¢s te¨®logos que economistas y que cre¨ªan ciegamente en algunas de estas ideas que a nosotros nos parec¨ªan inadecuadas.
Adem¨¢s, en econom¨ªa se debe intentar conseguir un fin mutable, ya que las cosas est¨¢n cambiando continuamente y la econom¨ªa no es otra cosa m¨¢s que la manera en que las personas desempe?an ciertas actividades a lo largo de su vida. Pero no desempe?an esas actividades de la misma manera siempre; cambian, y, de hecho, una de las cosas que intentamos hacer en Estados Unidos es cambiar la actitud de la gente para que piense en ahorrar e invertir, desarrollando as¨ª un crecimiento a largo plazo, olvid¨¢ndose de pedir prestado y gastar, que es la actitud propia de un per¨ªodo inflacionista.
Cuando llegu¨¦ al Federal Reserve Board llam¨¦ a Arthur Burns y le ped¨ª que almorzase conmigo. Durante la comida le pregunt¨¦ cu¨¢les eran, seg¨²n ¨¦l, las cualidades m¨¢s importantes de un gobernador del Federal Reserve. Lo pens¨® un rato, y yo cre¨ª que me iba a dar, una contestaci¨®n muy complicada, y lo que me dijo fue simplemente: "Sentido com¨²n y buen juicio". Y M1 experiencia en el Federal Reserve Board me lleva a creer en esto firmemente. Es importante estudiar y consultar todas las teor¨ªas econ¨®micas, pero es igualmente importante no estar influenciado por ninguna en particular.
P. En Europa se piensa que el presidente Reagan ha cambiado completamente su pol¨ªtica econ¨®mica durante el ¨²ltimo a?o y medio. ?C¨®mo podr¨ªa usted explicarnos este dram¨¢tico cambio? ?Cree usted que ha tenido ya efecto en la econom¨ªa americana?
'Est¨¢bamos empezando a ser prisioneros de los agregados monetarios'
R. Reagan, y su equipo, lleg¨® con ideas nuevas y muy fuertes. La idea era, por un lado, tener bajo control la inflaci¨®n al ejercer una restricci¨®n monetaria, y por otro, reduciendo tremendamente los impuestos, podr¨ªan estimular la econom¨ªa y el d¨¦ficit no cambiar¨ªa. Intentamos explicarles que si ejerc¨ªan una restricci¨®n monetaria con una pol¨ªtica fiscal distendida, vendr¨ªa un d¨¦ficit muy grande, y que ese d¨¦ficit lo compensamos con un alto porcentaje de dinero disponible en el sistema, que har¨ªa que las tasas de inter¨¦s subieran r¨¢pidamente. Ellos se negaron a entenderlo debido a, la postura de algunos funcionarios responsables de asuntos econ¨®micos en la Administraci¨®n. Esto pas¨® a principios del verano de 1981 y, como usted recordar¨¢, las tasas de inter¨¦s subieron mucho. En ese momento empezaron a creernos y pensaron que quiz¨¢ pudieran poner en pr¨¢ctica algo de lo que nosotros pregon¨¢bamos. Mucha gente empez¨® a cambiar de ideas, especialmente representantes del Congreso y algunos funcionarios de la Administraci¨®n. Hablamos mucho con Jim Baker, Dave Stockwell y, por supuesto, con distintos senadores. Empezaron a comprender que hab¨ªa un grave problema en Estados Unidos debido a la adherencia ciega a las teor¨ªas, de los suply siders.
Por ello, a finales de 1981 y principios de 1982, mayor n¨²mero de personas se iba convenciendo, y algunos de los economistas m¨¢s radicales de la Administraci¨®n dimitieron y, finalmente, el presidente se convenci¨®. Fue el ¨²ltimo en convencerse de que hab¨ªa un serio problema con esta pol¨ªtica econ¨®mica. El d¨ªa 19 de agosto de 1982 se aprob¨® un decreto para aumentar los impuestos. No creo que fuera mera coincidencia el que la bolsa de valores subiera dr¨¢sticamente la misma semana en que este decreto fue aprobado. Creo que hab¨ªa una relaci¨®n entre estos dos hechos: era una indicaci¨®n de que ahora, tanto la pol¨ªtica econ¨®mica como la fiscal, en Estados Unidos, se mover¨ªan en la misma direcci¨®n, que tendr¨ªamos una pol¨ªtica de restricci¨®n fiscal y monetaria. Creo que esto s¨ª marc¨® un verdadero cambio en la pol¨ªtica econ¨®mica de Estados Unidos.
Hace un par de meses empec¨¦ a preocuparme al o¨ªr a Ronald Reagan hablar de adelantar la reducci¨®n de impuestos y otras medidas similares, lo que me hizo pensar que el presidente no hab¨ªa comprendido d¨®nde estaba el verdadero problema. Necesitamos que bajen las tasas de inter¨¦s en Estados Unidos, pero si tenernos al mismo tiempo una pol¨ªtica monetaria restrictiva y una pol¨ªtica fiscal distendida, las tasas de inter¨¦s ser¨¢n altas; luego, para que estas tasas de inter¨¦s bajen, tenemos que tener una pol¨ªtica fiscal restrictiva.
Ha habido en estas ¨²ltimas semanas una clara indicaci¨®n de que la Administraci¨®n, finalmente, ha comprendido que estos d¨¦ficit deben estar bajo control, y que, si lo est¨¢n, las tasas de inter¨¦s bajar¨¢n y la econom¨ªa podr¨¢ recuperarse. Por tanto, s¨ª creo que ha habido un cambio importante en la pol¨ªtica econ¨®mica de la Administraci¨®n Reagan. Creo que finalmente se est¨¢n moviendo en la direcci¨®n correcta, y me siento m¨¢s optimista de lo que hab¨ªa estado en estos ¨²ltimos a?os, m¨¢s optimista que antes de entrar en el Federal Reserve Board. Creo que vamos por buen camino: la recuperaci¨®n est¨¢ empezando, el pasado diciembre se considerar¨¢ el punto m¨¢s bajo, y estamos en el camino ascendente. Ello, por supuesto, ayudar¨¢ a la crisis mundial, porque hasta que Estados Unidos no empiece a recuperarse, es muy dif¨ªcil que se recupere el resto del mundo, y aunque tenemos problemas en el sistema internacional, muchos problemas que tenemos que vencer, creo que estamos en el buen camino.
P. ?Cree usted que el cambio en la pol¨ªtica monetaria del presidente Voleker de no seguir considerando el M1 como base de su pol¨ªtica de objetivos monetarios haya podido influir en la baja de los tipos de inter¨¦s que ha tenido lugar ¨²ltimamente en Estados Unidos?
R. Yo creo que ha tenido alguna influencia. Hace m¨¢s de un a?o, Paul Volcker y yo mantuvimos largas conversaciones sobre el hecho de que est¨¢bamos empezando a ser prisioneros de los agregados y que en la situaci¨®n tan inestable en la que est¨¢bamos iba a haber grandes movimientos en estos agregados debido a lo que llamamos demandas, porque la gente va a querer retener su dinero de distintas maneras y tambi¨¦n por las llamadas diferencias de liquidez; la gente se asusta y quiere retener su dinero en una forma m¨¢s l¨ªquida y, por tanto, la relaci¨®n entre los agregados monetarios y el producto nacional bruto se estaba relajando cada vez m¨¢s, y de lo que se trata es de conectarlo con el producto nacional bruto.
Por tanto, el presidente Volcker cre¨ªa que era necesario estudiar estos agregados monetarios y poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica monetaria m¨¢s flexible. Esta decisi¨®n se tom¨® aproximadamente hace un a?o. El presidente Volcker anunci¨® esto al Congreso en julio. La ley dice que el Federal Reserve Board tiene que informar con detalle al Congreso dos veces al a?o, una en febrero y otra en julio. Por ello, cuando habl¨® al Congreso en julio, habl¨® de la necesidad de una mayor flexibilidad. Dijo que considerar¨ªan menos al M1, y en los ¨²ltimos meses lo han estado considerando cada vez menos, porque ya no tiene tanta importancia.
El problema es que, debido a las recientes distintas modalidades de cuentas bancarias en Estados Unidos, la gente ha estado moviendo su dinero de unas a otras, y el M1 ya no es representativo. Pero la fuerza b¨¢sica de la pol¨ªtica monetaria no ha cambiado, y tengo la impresi¨®n de que la gente est¨¢ un poco confundida con todo esto. El presidente Volcker sigue intentando convencer a la gente de que la fuerza b¨¢sica de la pol¨ªtica monetaria en Estados Unidos sigue siendo el tener la inflaci¨®n bajo control. Es un hombre muy pr¨¢ctico y comprende que esto no puede hacerse de una manera demasiado mec¨¢nica, como piensan Milton Friedman y otros que viven en la teor¨ªa sin vivir en el mundo que les rodea. Lo que ha estado intentando hacer Volcker es poner la mayor cantidad posible de dinero en el sistema; obviamente, la actividad econ¨®mica ha sido muy pobre, no s¨®lo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, y, por tanto, era muy importante mantener el dinero circulando. Una lecci¨®n que hemos aprendido es que en una recesi¨®n no se contiene la oferta monetaria, se la deja seguir su ritmo de crecimiento, pero hasta el punto de que se relance la inflaci¨®n. Eso es lo que ha estado intentando hacer: no es su meta la tasa de inter¨¦s, sino el aumento de la oferta monetaria, pero calcul¨¢ndolo de una manera distinta, intentando no ser demasiado t¨¦cnicos. Su meta es el aumento de las non-borrowed reserves. Esto se ven¨ªa haciendo antes a trav¨¦s del M1, y ahora se hace utilizando el M2 y el M3. Luego ha habido un cambio en pol¨ªtica monetaria, pero este cambio radica en la t¨¦cnica de la pol¨ªtica monetaria y no en la meta b¨¢sica de la misma.
'El d¨®lar est¨¢ sobrevalorado'
P. Exceptuando la inflaci¨®n, que actualmente es aproximadamente de un 4% en Estados Unidos, todos los indicadores econ¨®micos parecen decir que la situaci¨®n no es buena por el momento. ?C¨®mo explica usted que el d¨®lar est¨¦ tan alto?
R. El d¨®lar ha estado debilit¨¢ndose un poco en los ¨²ltimos dos meses. Cuando se trata de juzgar el valor de una moneda se deben considerar varias facetas: los factores econ¨®micos, la inflaci¨®n, las tasas de inter¨¦s, cuentas corrientes, paridad del poder adquisitivo, y tambi¨¦n se consideran factores psicol¨®gicos. Si ¨²nicamente se considerasen los factores econ¨®micos, el verano pasado se hubiera podido decir que el d¨®lar estaba sobrevaluado. El problema era que el factor psicol¨®gico sobrepasaba el factor econ¨®mico: la gente estaba asustada, y aunque sab¨ªa que el d¨®lar estaba sobrevaluado, quer¨ªa retener d¨®lares para sentirse segura. No le importaba pagar una prima de seguro. Supongamos que pensaba que el d¨®lar estaba sobrevaluado en un 10% o un 15%; mucha gente pensaba lo siguiente: "Estoy asustado por la situaci¨®n mundial; Estados Unidos es el sitio m¨¢s adecuado para M1 dinero; voy a invertir una cierta cantidad en d¨®lares, aunque s¨¦ que el d¨®lar est¨¢ sobrevaluado".
La situaci¨®n actual es un poco mejor, y la gente no est¨¢ tan asustada; los que quer¨ªan invertir en d¨®lares ya tienen su dinero en d¨®lares, y adem¨¢s, algunos de los factores econ¨®micos han cambiado. La balanza por cuenta corriente en Estados Unidos est¨¢ mucho peor. Seguramente tendremos un d¨¦ficit de 35.000 millones de d¨®lares, lo que significa 35.000 millones de d¨®lares m¨¢s fuera de Estados Unidos, y, obviamente, esto har¨¢ que el d¨®lar se debilite un poco.
P. ?Est¨¢ usted refiri¨¦ndose a 1982 o a 1983?
R. Me refiero a 1983. En 1982, el d¨¦ficit por cuentas corrientes era relativamente m¨¢s peque?o. Si consideramos otros factores, por ejemplo, la inflaci¨®n, parece estar ya controlada en Estados Unidos, y eso tiende a fortalecer el d¨®lar en vez de debilitarlo. Las tasas de inter¨¦s se mantienen relativamente altas desde el punto de vista hist¨®rico, y eso tambi¨¦n tiende a fortalecer el d¨®lar, m¨¢s que a debilitarlo. La actividad econ¨®mica en el resto del mundo es floja y, por tanto, cada vez que la tasa de inter¨¦s baje en Estados Unidos, pasar¨¢ lo mismo en el resto de los pa¨ªses, que tambi¨¦n intentar¨¢n de este modo estimular su actividad econ¨®mica. Todos estos factores tienden a mantener el d¨®lar alto. Mi opini¨®n es que el d¨®lar baje, pero no mucho. En Estados Unidos, los economistas han estado preocupados durante estos ¨²ltimos ocho o diez meses por la fuerza del d¨®lar: no quer¨ªan que se mantuviera tan fuerte, porque, obviamente, esto tiende a deteriorar nuestras exportaciones y da?a la actividad econ¨®mica en Estados Unidos. Por otro lado, el d¨®lar fuerte causa problemas en otros pa¨ªses del mundo, hace que se mantengan altos los precios para los dem¨¢s pa¨ªses. Nosotros, en el Federal Reserve Board, quer¨ªamos un d¨®lar un poco m¨¢s d¨¦bil. Tampoco creo que se quiera un d¨®lar demasiado d¨¦bil, porque si ¨¦ste fuera el caso, disminuir¨ªan las importaciones, y si la econom¨ªa mundial empieza a recuperarse, Estados Unidos tiene que ser la locomotora y tenemos que comprar productos a otros pa¨ªses para estimular su recuperaci¨®n, y esto no ocurrir¨¢ si el d¨®lar est¨¢ demasiado d¨¦bil. Creo que si el d¨®lar se debilitara mucho m¨¢s, causar¨ªa un problema en EE UU.
'Si pudi¨¦ramos superar la situaci¨®n mexicana, estar¨ªamos mejor'
P. La combinaci¨®n del d¨®lar fuerte y de las altas tasas de inter¨¦s en Estados Unidos ha creado muchos problemas a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo e incluso a los pa¨ªses europeos industrializados. En la reuni¨®n de Toronto del pasado septiembre se ha visto que estos pa¨ªses tienen grandes dificultades para poder pagar sus deudas internacionales. ?Piensa usted que los fondos del FMI van a poder solucionar los problemas creados por el d¨®lar fuerte y las altas tasas de inter¨¦s?
R. Creo que estamos en un per¨ªodo dif¨ªcil y que todav¨ªa nos falta mucho por pasar. Espero que en el plazo de dos a?os habr¨¢ un replanteamiento y renegociaciones con unos quince o veinte pa¨ªses. Creo que hemos pasado el per¨ªodo cr¨ªtico. Argentina y M¨¦xico fueron los pa¨ªses m¨¢s problem¨¢ticos; Argentina, porque creo que si alg¨²n pa¨ªs no iba a poder hacer frente a sus deudas, ¨¦se era Argentina; acababa de estar en guerra con el Reino Unido; Estados Unidos hab¨ªa apoyado al Reino Unido en esa guerra; la mayor parte del dinero que deb¨ªa era al Reino Unido y a Estados Unidos; todo ello contribuy¨® a que no pudiera hacer frente a sus deudas. Creo que, aunque todav¨ªa no han hecho frente a sus deudas, podr¨¢n hacerlo, porque han comprendido que hoy en d¨ªa ning¨²n pa¨ªs puede operar sin cr¨¦dito, y han recurrido al FMI para negociar un cr¨¦dito y han aceptado las condiciones.
M¨¦xico es el mayor deudor. Por tanto, el m¨¢s dif¨ªcil. Si pudi¨¦ramos superar la situaci¨®n mexicana estar¨ªamos en mejores condiciones, y creo que en este tema hemos actuado bien. Se prob¨® el sistema, y el sistema funcion¨®. Creo que sobrepasaremos este per¨ªodo, porque todos los bancos centrales de todos los pa¨ªses se han comprometido a mantener el sistema. Adem¨¢s, cuentan con las instituciones para hacerlo: el Bank International Settlemens, que est¨¢ concediendo cr¨¦ditos-puente, que es algo nuevo; el FMI, que va a contar con muchos m¨¢s activos en la forma de fondos de emergencia que se pueden conceder r¨¢pidamente. Todas ¨¦stas han sido ideas desarrolladas por Volcker. Fue idea suya tambi¨¦n el que el BIS haya hecho el cr¨¦dito-puente a M¨¦xico, as¨ª como la creaci¨®n de los fondos de emergencia. Verdaderamente, ¨¦l es capaz de hacer cosas que pocas personas en el mundo pueden hacer. Pero, adem¨¢s, los pa¨ªses miembros del FMI van a aumentar sus cuotas, y el Banco Mundial se ha comprometido a trabajar con el Sistema Federal, se ha comprometido a conceder cr¨¦ditos conjuntamente con bancos comerciales. Esto lo ha hecho por dos razones: primero, porque es m¨¢s f¨¢cil para un pa¨ªs conseguir de esta forma un cr¨¦dito, y segundo, porque esto ayuda a los bancos comerciales que tienen que formar parte del sistema, que se tiene que mantener unido. Es una crisis de liquidez, y tenemos que crear liquidez y hacerlo r¨¢pidamente; el BIS puede hacer eso en unos d¨ªas; el FMI puede hacer entonces el cr¨¦dito a medio plazo, y el Banco Mundial, a largo plazo, pero los bancos comerciales tienen que tener parte tambi¨¦n, y as¨ª, el Banco Mundial est¨¢ propiciando que esto suceda.
Creo que tenemos delante de nosotros un per¨ªodo dif¨ªcil, pero, como ya he dicho, soy ahora m¨¢s optimista que hace unos a?os.
'La Reserva Federal no dejar¨¢ caer a ning¨²n banco'
P. ?Cree usted que esta crisis de liquidez podr¨ªa crear problemas en algunos bancos, especialmente en los americanos?
R. El Federal Reserve no va a dejar que ning¨²n banco importante norteamericano tenga problemas. Los resultados de algunos de estos bancos importantes pueden ser afectados, pero la instituci¨®n en s¨ª no ser¨¢ afectada. Todos los grandes bancos americanos que est¨¢n en activo hoy d¨ªa seguir¨¢n est¨¢ndolo dentro de diez a?os.
P. Ante la crisis financiera internacional, parece que el Sistema Monetario Internacional necesita algunos cambios. ?Qu¨¦ cambios cree usted que deben introducirse? ?Cree usted que se deber¨ªa volver al sistema de paridades fijas en las monedas, por ejemplo?
R. No creo que en mucho tiempo volvamos a un sistema de paridades fijas. No creo que sea posible. ?C¨®mo se podr¨ªa implantar en el mundo de hoy, en que las cosas son tan ef¨ªmeras? Ser¨ªa imposible volver al patr¨®n oro. ?C¨®mo se podr¨ªa fijar el valor del oro? Si se hace en base al d¨®lar, ?c¨®mo se fijar¨ªa la paridad y qu¨¦ sistema se usar¨ªa? ?C¨®mo se podr¨ªan mantener estas dos constantes? Yo creo que no es posible a estas alturas, y pienso que un sistema de flotaci¨®n es el ¨²nico posible actualmente.
En cuanto a reformas en el Sistema Monetario Internacional, creo que algunas de estas reformas ya est¨¢n teniendo lugar; usando el BIS de distinta manera a la que se hab¨ªa usado anteriormente se est¨¢ recurriendo m¨¢s a menudo al FMI; todo el mundo reconoce que tiene que ser una instituci¨®n con m¨¢s activos. El Banco Mundial tambi¨¦n se est¨¢ usando de distinta manera. Creo que las reformas ya se est¨¢n haciendo, y, francamente, siempre he tenido mis dudas sobre esos planes magn¨ªficos y estas maravillosas ideas te¨®ricas que la gente tiene sobre un nuevo sistema monetario internacional. No creo que nadie sepa lo suficiente como para hacer esto. El mundo en que vivimos es demasiado complejo. Creo que necesitamos m¨¢s cooperaci¨®n y m¨¢s coordinaci¨®n entre los bancos centrales, pero ya estamos consiguiendo mucho en este aspecto. Volcker est¨¢ trabajando mucho en esto, habla con los bancos centrales continuamente. Todos los bancos centrales y todas las instituciones internacionales est¨¢n trabajando conjuntamente
'La crisis del 29 puede repetirse'
P. Entonces, ?usted es de la opini¨®n de que la crisis de 1929 no se repetir¨¢?
R. No dir¨ªa que no hay ninguna posibilidad de que pueda suceder, sino que la posibilidad es muy remota, hay muchas diferencias. En realidad, yo dir¨ªa que la situaci¨®n en Estados Unidos era peor que la de 1929, pero que lo que pas¨® en 1929 es que una recesi¨®n, digamos leve, degener¨® en un colapso econ¨®mico debido a una p¨¦sima pol¨ªtica econ¨®mica y que carec¨ªan de unos servicios de los que ahora disponemos: en primer lugar, en Estados Unidos tenemos ahora subsidio de paro y seguridad social; en segundo lugar, el Federal Reserve Board act¨²a como ¨²ltimo garante, y no va a permitir que los grandes bancos quiebren. Durante la depresi¨®n, en Estados Unidos, 3.500 bancos quebraron, mientras que el a?o pasado s¨®lo quebraron 35. En tercer lugar, el Federal Reserve y otros bancos centrales del mundo piensan que lo ¨²nico peor que la inflaci¨®n es la deflaci¨®n, y no van a permitir que la oferta monetaria disminuya, y, afortunadamente, no estamos en el sistema del patr¨®n oro. Uno de los grandes problemas del patr¨®n oro es que la gente puede querer comprar oro aunque sepa que est¨¢ sobrevalorado, porque puede asustarse, y eso fue lo que ocurri¨® en la depresi¨®n; la gente se asust¨® mucho, compr¨® oro, lo que origin¨® una salida de d¨®lares en el sistema; la oferta monetaria baj¨®, como tiene que pasar con el patr¨®n oro. Si la cantidad de oro en el Banco Central disminuye, se produce un descenso en la oferta monetaria, pero en este momento esto era justo lo que no hab¨ªa que hacer, y hoy en d¨ªa sabemos lo suficiente para no hacerlo.
Y finalmente, y ¨¦ste puede que sea el punto importante, el problema del proteccionismo. Creo que en el mundo actual entendemos cu¨¢n peligroso puede ser el proteccionismo si actuamos como se actu¨® en Estados Unidos durante la depresi¨®n. Lo que hoy en d¨ªa no podemos hacer es disminuir m¨¢s todav¨ªa la actividad econ¨®mica mundial, y eso es lo que hace el proteccionismo, luego es vital que continuemos con el mercado libre. Creo que todo el mundo est¨¢ de acuerdo en esto y que no volveremos a caer en los mismos errores. Bueno, usted me dice que hay alguna posibilidad. S¨®lo ser¨ªa posible si Estados Unidos aprobara, por ejemplo, una ley poniendo unas tarifas aduaneras alt¨ªsimas en muchos productos y otros pa¨ªses hicieran lo mismo,
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.