El plan de protecci¨®n policial a bancos no pudo evitar la acci¨®n terrorista

El atentado de anteayer es el primero de los perpetrados contra entidades bancarias del Pa¨ªs Vasco en el que se registran v¨ªctimas, desde que en abril del a?o pasado ETA inici¨® su campa?a de bombas contra las entidades bancarias situadas en Euskadi que se niegan a pagar el denominado impuesto revolucionario. Hace algo m¨¢s de un mes, el director de la Seguridad del Estado, Rafael Vera, y el director general del Consejo Superior Bancario, Gonzalo Lacalle Leloup, concertaron un plan de protecci¨®n de bancos que no ha servido para evitar la tragedia.Fue en el mes de diciembre ¨²ltimo cuando trascendi¨® que todos los grandes bancos con oficinas en el Pa¨ªs Vasco hab¨ªan recibido una carta de ETA inst¨¢ndoles a pagar diez millones de pesetas por cada miembro del consejo de administraci¨®n. Las dos primeras cartas las recibieron los bancos de Vizcaya y Santander.

Pese a haber sufrido medio centenar de atentados en seis meses, con el balance de un herido y cientos de millones de p¨¦rdidas, los representantes de la gran banca decidieron no ceder a la extorsi¨®n de ETA, y en diciembre instaron al nuevo Gobierno a que mejorara las condiciones de seguridad de las oficinas bancarias situadas en el Pa¨ªs Vasco y de sus directivos.

El plan de protecci¨®n a entidades bancarias del Pa¨ªs Vasco, acordado en diciembre pasado entre el director de la Seguridad del' Estado y el representante de los grandes bancos, que ya se hab¨ªa empezado a aplicar, inclu¨ªa el funcionamiento de unas patrullas m¨®viles -de la Polic¨ªa Nacional, en las ciudades y grandes localidades, y de la Guardia Civil, en zonas rurales- con un doble car¨¢cter: disuasorio para los terroristas y no exclusivamente defensivo, sino beligerante contra aqu¨¦llos si se produc¨ªa un intento de actuaci¨®n contra tales entidades bancarias.

Este tipo de medidas de seguridad hacia fuera no han servido para evitar un atentado con dos v¨ªctimas, que habr¨ªa que imputarlo, seg¨²n el criterio de fuentes oficiales, a defectos, o a insuficiencias, de las medidas de seguridad internas del banco siniestrado.