Una voz c¨¢lida y familiar

La actuaci¨®n de Teresa Berganza en el Teatro Real fue algo m¨¢s que un concierto: constituy¨® un fervoroso homenaje a la cantante madrile?a de un p¨²blico que tras aclamar todas las versiones, consigui¨® hasta nueve obras fuera de programa de los m¨¢s diversos g¨¦neros. Es, sin duda, Teresa Berganza, una cantante de tan fuerte como vers¨¢til personalidad. Ayer la vimos pasar de Vivaldi a Moussorgsky, de Faur¨¦ a Falla, de Respighi a Chueca, de Massenet a Jim¨¦nez, de una melod¨ªa de B¨¢rbara Streisand a un vivo ritmo brasileiro, de la l¨¢nguida Canci¨®n del ¨¢rbol del olvido de Alberto Ginastera, al felic¨ªsimo n¨²mero de la Perrichola, de Offenbach.Adem¨¢s, Teresa Berganza no s¨®lo canta con perfecci¨®n t¨¦cnica y singular inteligencia interpretativa, sino que representa con una naturalidad un poder expresivo fuera de serie. La voz, esa c¨¢lida voz familiar que nos acompa?a desde hace un cuarto de siglo, obedece la m¨¢s m¨ªnima sugerencia de la voluntad. Es pues una voz gobernada no unidireccionalmente, sino frente a todas y cada una de las posibilidades.

Estilo abierto y popular

Un recital como el de ayer, en el que la Berganza tuvo un colaborador fiel en el pianista Juan Antonio Alvarez Parejo, es como un poliedro transparente que muestra y refleja las diversas caras de la int¨¦rprete, todas ellas igualmente nobles y representativas. Para entender a Berganza hay que gustar de su estilo abierto y popular (Polo de Falla, La Gran V¨ªa, de Chueca) y de su popularismo estilizado que huye del t¨®pico, como en Carmen de Bizet; hay que acercarse hasta la fascinante poes¨ªa del Verlaine de la m¨²sica, Gabriel Faur¨¦, o al misterio de la po¨¦tica infantil, tierna y descriptiva, resuelta genialmente por Moussorgsky en su ciclo El cuarto de los ni?os.As¨ª, los rincones de la vital Teresa Berganza, aireados siempre por r¨¢fagas de luz y de melancol¨ªa, fueron descubri¨¦ndose ante un p¨²blico at¨®nito que envolvi¨® a la diva en sus calientes ovaciones. Entre otras cosas quer¨ªan decirle a Teresa Berganza lo que al fin concret¨® alguien en una exclamaci¨®n: "?Vuelve pronto!".