El regreso de 'Johnny cogi¨® su fusil'
Johnny cogi¨® su fusil,¨²nico filme que dirigi¨® el guionista Dalton Trumbo, constituy¨® la sorpresa en Cannes en 1973. Se basaba en una novela escrita por ¨¦l en los a?os 30 cuando se adivinaba la eclosi¨®n de una guerra mundial. Tuvo que ser el novelista quien la adaptara al cine; las pretensiones de otros hab¨ªan quedado siempre interrumpidas. Bu?uel se hab¨ªa interesado por la obra de Trumbo, con quien trabaj¨® en¨²n primer tratamiento cinematogr¨¢fico, pero parece que el productor Gustavo. Alatriste no tuvo posibilidades econ¨®micas para abordar la pel¨ªcula; as¨ª lo contaba Trumbo cuando, a sus 66 a?os, present¨® la pel¨ªcula en Cannes. Otras versiones se?alaban que Bu?uel no se anim¨® a filmar Johnny... ante la insistencia del autor por mantener los largos recuerdos del protagonista, que forman una pel¨ªcula al margen.De cualquier manera, algunas ideas del cineasta espa?ol quedaron reflejadas en la direcci¨®n de Trumbo: "Cuando le present¨¦ la pel¨ªcula terminada, con el mismo esp¨ªritu con que un perro lleva un hueso a su maestro, Bu?uel se sinti¨® especialmente emocionado con la secuencia en la que la enfermera intent¨¢, sin conseguirlo, quitar la vida a Johnny. Le record¨¦ que era una idea suya".
La pel¨ªcula se divide en dos partes que se intercalan. En la primera, rodada en blanco y negro, Johnny, un joven de veinte a?os, que en un bombardeo ha perdido sus extremidades y su rostro, queda convertido en un in¨²til tronco que piensa. Desolado, en una habitaci¨®n sin imagen ni sonido, manejado por los m¨¦dicos que no quieren perder la oportunidad de realizar investigaciones con esos restos que consideran pr¨¢cticamente sin vida, Johnny siente c¨®mo vibran a su alrededor sin poder comunicarse con nadie. Dedica sus horas al recuerdo de los a?os en los que pescaba feliz con su padre o enamoraba a una chica. Recuerdos filmados en color, que constituyen la segunda parte, de mucho menos inter¨¦s que la del presente. A pesar de tal desigualdad, pocas veces ha ofrecido elbine un testimonio contra la guerra tan aterrador como ¨¦ste. Por encima incluso de sus guiones de Espartaco y Exodo o de la persecuci¨®n, que especialmente contra ¨¦l dirigi¨® el abominable senador McCarthy, Trumbo ser¨¢ considerado en la historia del cine por esa mitad, admirable de la pel¨ªcula que dirigi¨® poco antes de morir.
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