La Prensa marroqu¨ª dice que Espa?a se enfrenta al mundo ¨¢rabe

Marruecos ha contestado con una campa?a de Prensa y otros medios de comunicaci¨®n a lo que considera una campa?a antimarroqu¨ª de la Prensa y la opini¨®n p¨²blica espa?olas, en relaci¨®n con la reciente resoluci¨®n de la Uni¨®n Parlamentaria Arabe sobre Ceuta y Melilla. Entres las opiniones publicadas se llega a afirmar que Espa?a se coloca contra el mundo ¨¢rabe.

Una vez m¨¢s se recurre a los insultos rec¨ªprocos en un tema que tanto la opini¨®n p¨²blica marroqu¨ª como la espa?ola llevan a flor de piel y al cual siempre ambas reaccionan de manera visceral. "No comprendemos c¨®mo un Gobierno considera leg¨ªtima su reivindicaci¨®n sobre Gibraltar y le niega ese derecho a Marruecos a plantear una exigencia similar sobre Ceuta y Melilla".Lo que no explican a su opini¨®n p¨²blica los editorialistas marroqu¨ªes que comparan el caso de Gibraltar con el de Ceuta y Melilla es que, independientemente de que ambos se parezcan o no, el Gobierno espa?ol se dirigi¨® para su reivindicaci¨®n directamente al Gobierno brit¨¢nico, de una manera civilizada, dialogante, despu¨¦s de proclamar su compromiso de no recurrir a la fuerza para tratar de solucionar ese contencioso.

Rabat, y en esto los marroqu¨ªes llevan raz¨®n, no proclama ahora nada nuevo ni reivindica algo que no haya mantenido siempre. Pero con anterioridad Marruecos nunca exigi¨® Ceuta y Melilla de una manera tan apremiante e inamistosa, como sugiere la resoluci¨®n aprobada por la Uni¨®n Parlamentaria Arabe. Nunca tampoco dijo Marruecos, como ha dicho ahora, que "Espa?a se coloca, con su reacci¨®n, frente al mundo ¨¢rabe". La amalgama de verdades e inexactitudes a que recurren los editorialistas marroqu¨ªes es clara, al menos en esta afirmaci¨®n, ya que en la Uni¨®n Parlamentaria Arabe est¨¢n representados s¨®lo catorce pa¨ªses de los veintiuno que integran la Liga Arabe, y adem¨¢s varios delegados de estos catorce que asistieron a la reuni¨®n de Rabat han afirmado a EL PAIS que no compart¨ªan con Marruecos ni la oportunidad del momento para formular esa reivindicaci¨®n, ni los t¨¦rminos de la resoluci¨®n marroqu¨ª.