Protesta de diplom¨¢ticos
Sin ¨¢nimo de pol¨¦mica y dentro de un estricto respeto a las opiniones contenidas en el editorial "Nuevas y viejas embajadas" (EL PAIS del d¨ªa 2 de febrero de 1983), me dirijo a usted, en nombre de esta asociaci¨®n profesional, para hacerle las siguientes puntualizaciones, que le agradecer¨ªa publicara en su peri¨®dico:
1. Ning¨²n funcionario de la carrera diplom¨¢tica pone en duda la oportunidad -e incluso, e n alg¨²n caso, la conveniencia- de que se designen embajadores pol¨ªticos entre personalidades realmente relevantes por su prestigio internacional, sus especiales vinculaciones con el pa¨ªs de destino, sus conocim¨ªentos especializados en una derterminada materia, etc¨¦tera. Cuesti¨®n diferente, como indica el propio editorial, es la pr¨¢ctica no infrecuente de utilizar embajadas (o, mejor dicho, ciertas embajadas particularmente atractivas) para resolver reajustes pol¨ªticos coyunturales, arreglos intemos de partido y, en alg¨²n caso, el exilio m¨¢s o menos dorado de una figura relevante.
2. No parece que pueda sorprender a nadie, hecha esta precisi¨®n, la leg¨ªtima defensa de sus intereses profesionales por los funcionarios de la carrera diplom¨¢tica, que en este punto act¨²an de forma similar a la de cualquier otro colectivo de la funci¨®n p¨²blica o profesional, en general.
3. La especializaci¨®n de los funcionarios diplom¨¢ticos constituye, en efecto, una exigencia insoslayable del momento actual de las relaciones internacionales.
4. La carrera diplom¨¢tica, como todo el resto de los miembros de la funci¨®n p¨²blica, tiene como misi¨®n primordial desarrollar y ejecutar las l¨ªneas pol¨ªticas marcadas por el Gobierno de la Naci¨®n, en este caso, en el campo de las relaciones exteriores. Reprochar a un determinado funcionario que haya cumplido con este deber resulta por lo menos incongruente.
5. Nadie m¨¢s favorable que los propios diplom¨¢ticos a la modernizaci¨®n y mejora permanentes de los medios materiales y humanos de nuestro servicio exterior. Las misiones diplom¨¢ticas tienen una larga experiencia de problemas e incidentes suscitados precisamente por las quejas de compatriotas de mayor o menor nivel representativo en los planos pol¨ªtico, econ¨®mico, cultural, informativo, social, etc¨¦tera, que dirigen sus cr¨ªticas m¨¢s acerbas precisamente cuando estiman que no han recibido de una embajada las atenciones sociales esperadas, en alg¨²n caso, con discutible fundamento. No se puede reprochar a los diplom¨¢ticos una atenci¨®n excesiva a la vida social -que siempre ser¨¢ un elemento b¨¢sico de sus contactos profesionales y confrecuencia tan imprescindible como poco gratificante en lo personal- y, seguidamente, criticar que no han prestado suficientes atenciones de este tipo a sus compatriotas de paso por el pa¨ªs en que prestan sus servicios.
De nuevo, esta asociaci¨®n se pone a la disposici¨®n de ese peri¨®dico para aclarar o precisar cualquier punto de inter¨¦s en tomo a las particularidades de la carrera diplom¨¢tica espa?ola, que est¨¢n siendo objeto ¨²ltimamente de su especial atenci¨®n./
, presidente de la junta directiva de la Asociaci¨®n Profesional de Funcionarios de la Carrera Diplom¨¢tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.