El crimen de 'Los Galindos' puede dejar de ser un crimen perfecto
Los asesinos fueron al menos dos, y la nueva l¨ªnea de investigaci¨®n pretende demostrar la inocencia del tractorista Jos¨¦ Gonz¨¢lez, principal sospechoso seg¨²n la primera versi¨®n policial
La exhumaci¨®n de los cinco cad¨¢veres aparecidos en el cortijo de Los Galindos, en el t¨¦rmino municipal de Paradas, a 53 kil¨®metros de Sevilla, en julio de 1975 (v¨¦ase recuadro aparte), ordenada por el juez de Marchena y realizada en los ¨²ltimos d¨ªas de enero, puede aportar datos decisivos en la investigaci¨®n sobre unos cr¨ªmenes que no fueron perfectos por lo burdo de su ejecuci¨®n, pero que las deficientes diligencias en los primeros y decisivos momentos lo hicieron, de hecho, perfecto hasta ahora. La l¨ªnea central de la nueva investigaci¨®n pretende demostrar la inocencia del hasta ahora principal sospechoso, en opini¨®n de la Guardia Civil y de la polic¨ªa gubernativa, el tractorista Jos¨¦ Gonz¨¢lez, de quien se dijo que se hab¨ªa suicidado prendi¨¦ndose fuego despu¨¦s de asesinar a las otras cuatro personas. Tambi¨¦n se da por descontado que los autores de las muertes fueron dos, tambi¨¦n en contra de los primeros informes oficiales.
ENVIADO ESPECIALPara Heriberto Asensio Cantis¨¢n, veintisiete a?os, casado, una hija, Marchena fue su primer destino como juez, reci¨¦n sacadas las oposiciones en el a?o 198 1. Se convert¨ªa en uno de los magistrados m¨¢s j¨®venes de Espa?a y en el cuarto que heredaba el sumario de Los Galindos, el n¨²mero 20 del a?o 1975, un sumario con casi seiscientos folios, muchos de ellos escritos a un solo espacio y por las dos caras.
El 22 de julio de 1975 Marchena, cabecera del partido judicial del que depende Paradas, en cuyo t¨¦rmino municipal est¨¢ el cortijo de Los Galindos, ten¨ªa vacante el puesto de juez. Hac¨ªa sus veces el titular de Carmona, V¨ªctor Fuentes. Pero acababa de tomarse sus vacaciones de verano. As¨ª que era el magistrado de Ecija, Andr¨¦s M¨¢rquez, quien llevaba los asuntos de Marchena. Y M¨¢rquez no pudo poner en marcha el sumario de Los Galindos hasta el d¨ªa siguiente.
Tuvieron que darse todas estas circunstancias para que Antonio Jim¨¦nez, el juez de paz de Paradas jubilado hace unas semanas, levantara los cuatro primeros cad¨¢veres y los enviase al cementerio, distante medio kil¨®metro del pueblo, donde el sepulturero Rafael Pe?a, que se encontraba el d¨ªa de autos viendo un partido de f¨²tbol en el pueblo cercano de Arahal, hubo de ser llamado con urgencia, para que se hiciera cargo de los primeros cuatros cuerpos, que fueron enterrados en nichos individuales una vez que el forense Alejandro Harcenegui concluyera las autopsias.
M¨¢rquez fue titular del caso algo m¨¢s del tiempo que tard¨® la Guardia Civil que se hizo cargo de las diligencias en emitir su informe, el 16 de agosto siguiente: el asesino era Jos¨¦ Gonz¨¢lez Jim¨¦nez. Seg¨²n la conclusi¨®n, Gonz¨¢lez pretend¨ªa a una de las hijas del capataz Manuel Zapata. Este le hab¨ªa negado esas relaciones y en cualquier caso la chica termin¨® cas¨¢ndose con otro y march¨¢ndose fuera de Paradas. El marqu¨¦s de Gra?ina, que asisti¨® a la boda de la hija de Zapata, brome¨® en la iglesia con Jos¨¦. Le dio una palmada y le dijo: "La pr¨®xima, la tuya, Pepe". Y as¨ª fue.
Gonz¨¢lez, un hombre ast¨¦nico de menos de metro sesenta, cincuenta y pocos kilos de peso, con una miop¨ªa que le libr¨® del servicio militar, a quien algunos pretendieron ver acomplejado (lo que niega terminantemente la familia) se hab¨ªa casado con Asunci¨®n Peralta seis meses antes. Asunci¨®n, una mujer guapa, seis a?os mayor que ¨¦l, hab¨ªa sido novia muchos a?os de Miguel Vargas, el cantaor, otro vecino de Paradas, que la dej¨® plantada.
Las fiestas de San Eutropio
Para el 15 de julio, festividad de San Eutropio, patrono de Paradas (la enorme iglesia parroquial de hasta cinco naves, del a?o 1600, que cuenta con un Greco, desproporcionada para un pueblo como este que no se distingue por el n¨²mero de feligreses), la hija de Zapata regres¨® al pueblo embarazada, y Gonz¨¢lez fue objeto de bromas de los compa?eros del cortijo. "Pepe, a ver cu¨¢ndo cumples t¨² con la Asunci¨®n".Seg¨²n la versi¨®n de la Guardia Civil, el d¨ªa 22 de julio Zapata reprendi¨® duramente a Gonz¨¢lez por su poco cuidado con los veh¨ªculos (el tractorista estaba arreglando una empacadora) y ¨¦ste no pudo controlarse y le golpe¨® en la cabeza con una de las piezas que ten¨ªa en la mano. Escondi¨® su cuerno debajo de un ¨¢rbol situado a solo cinco metros del cortijo (v¨¦ase recuadro) lo tap¨® bien con paja y se fue a buscar a Juana a la casa. La mat¨® de la misma forma, la arrastr¨® hasta la habitaci¨®n del fondo de la vivienda de los capataces y cerr¨® la puerta de entrada de la misma con un candado.
Parrilla pasaba por el lugar accidentalmente -testigo indiscreto- y fue liquidado a tiros. Gonz¨¢lez busc¨® entonces a su mujer en Paradas, la llev¨® al cortijo y tras discutir con ella la mat¨® igualmente, la arroj¨® encima del almiar del cobertizo y la prendi¨® fuego. La versi¨®n de la Guardia Civil finaliza con que o bien Gonz¨¢lez se suicid¨® autoquem¨¢ndose con su esposa o bien sufri¨® un accidente y se carboniz¨®.
La versi¨®n se mantuvo en secreto, pero el juez no pareci¨® conforme y encarg¨® a la polic¨ªa de Sevilla que iniciara una investigaci¨®n. Fuentes regres¨® de vacaciones y sigui¨® con el caso hasta que Antonio Moreno (hoy juez en Canarias) fue nombrado titular de Marchena semanas antes de que la polic¨ªa elevara un informe sospechosamente parecido al de la Guardia Civil, solo que esta vez no se mantuvo en secreto. Al nuevo juez tampoco le bast¨® este nuevo informe y sigui¨® adelante el caso. El sumario 20/1975 segu¨ªa engordando con la resoluci¨®n de nuevas diligencias.
Pero la consecuencia para la vida cotidiana de Paradas fue inmediata: En un pueblo de casi 8.000 habitantes, que vive ¨²nicamente del campo, "donde nunca hab¨ªa pasado nada importante y donde nunca volver¨¢ a ocurrir algo fuera de la rutina diaria", en opini¨®n del que era entonces su alcalde, Jos¨¦ G¨®mez Salvago, que ocup¨® el sill¨®n municipal durante veintid¨®s a?os hasta que en 1977 fue nombrado gobernador civil de Huesca, y que hoy vive entre Sevilla y Paradas, retirado de la pol¨ªtica y al cuidado de su peque?o cortijo El Fiscal, las cosas cambiaron notablemente para las familias de los afectados
La viuda de Parrilla, con dos hijas y el equivalente de entonces a las 15.000 pesetas que cobra hoy de pensi¨®n, retir¨® el saludo a la de los Gonz¨¢lez. La madre de Jos¨¦, Concepci¨®n, de setenta a?os, no volvi¨® a salir a la calle. Su familia vivi¨® entre la sombra de la duda y en cierto modo del deshonor. Las dos hijas de Zapata liquidaron la casa que su padre hab¨ªa comprado en la calle Olivares con dinero adelantado de los marqueses y no volvieron por el pueblo. Antonio Fenet, que era de los pocos que ten¨ªan una cierta amistad con Gonz¨¢lez, hace una vida solitaria, y el marqu¨¦s de los Galindos, que se separar¨ªa legalmente de su mujer el 26 de marzo de 1976, no volver¨ªa a pisar el cortijo ni el pueblo.
Las nuevas pistas
Heriberto Asensio debi¨® de pasar noches enteras leyendo el sumario, que, sin duda, tiene que ser apasionante. Probablemente pens¨® muchas veces en los puntos oscuros del crimen: por qu¨¦ Jos¨¦ Gonz¨¢lez llev¨® a su mujer al cortijo precisamente ese d¨ªa si Asunci¨®n hab¨ªa ido dos veces en toda su vida; por qu¨¦ el asesino o los asesinos mataron de tres formas distintas; por qu¨¦ el marqu¨¦s se empe?¨® en dormir en Los Galindos dos noches seguidas, la ¨²ltima de ellas solo con dos guardas de vigilancia en todo el complejo de edificios; por qu¨¦ el administrador fue la ma?ana de los cr¨ªmenes al cortijo y lo abandon¨® muy poco antes de la matanza, si ten¨ªa por costumbre ir los viernes o los s¨¢bados y ese d¨ªa era martes; por qu¨¦ el Mercedes que llevaba el administrador ten¨ªa impactos en el parabrisas y en el morro que pudieran ser incluso de peque?as part¨ªculas de plomo; por qu¨¦ ese coche, que se hab¨ªa lavado antes de ir a Los Galindos, volvi¨® a limpiarse en un taller de Sevilla; c¨®mo pudo Gonz¨¢lez, seg¨²n las versiones policiales, llevar a cabo semejante carnicer¨ªa y c¨®mo morir pacientemente junto al cad¨¢ver de su mujer mientras se estaba abrasando vivo; y, sobre todo, por qu¨¦ la investigaci¨®n hab¨ªa sido tan mala los primeros d¨ªas y adem¨¢s llevada por guardias civiles de pueblo sin ninguna experiencia en sucesos de tal magnitud.Demasiados puntos oscuros para cerrar el caso. La responsabilidad penal se termina con la muerte, en el caso de que el juez hubiese dado por buenos los dos informes. Como Antonio Moreno, el juez Heriberto Asensio, de reconocida trayectoria democr¨¢tica, decidi¨® seguir adelante, y dos hechos concretos le reafirmaron en su deseo de abrir nuevas investigaciones. Por un lado, dos excelentes reportajes (uno de la cadena SER, hecho por el periodista sevillano Jos¨¦ Fern¨¢ndez, de Radio Sevilla, uno de los que m¨¢s han investigado el tema de Los Galindos, y otro de la periodista Cary Peral para Informe semanal de TVE) realizados con motivo del sexto aniversario de los cr¨ªmenes, y por otro, la aparici¨®n en escena del catedr¨¢tico de Medicina Legal Luis Frontela, que acababa de ser destinado a Sevilla. An¨®nimos dirigidos a algunas personas terminaron de concretar que podr¨ªa haber a¨²n alg¨²n cabo suelto.
En el reportaje radiof¨®nico, de 45 minutos de duraci¨®n, varias de las personas relacionadas directamente con los hechos manifestaron su convicci¨®n de que Gonz¨¢lez no pod¨ªa ser el asesino. A Luis Frontela, uno de los forenses que m¨¢s alto rayan en esta especialidad en Espa?a, estudioso durante a?os de las t¨¦cnicas utilizadas por el FBI y por Scotland Yard, hombre de amplia formaci¨®n en el extranjero, se le pidi¨® que estudiase el sumario y emitiese un informe. Su primera revelaci¨®n fue sorprendente: a Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio por lo menos dos personas. Los asesinos ten¨ªan que ser dos como m¨ªnimo. Comenzaba a desmontarse la versi¨®n oficial.
Se bas¨® en que la mancha de las gotas de sangre en el suelo (vistas en las fotograf¨ªas del sumario) demostraban que el cad¨¢ver hab¨ªa sido levantado en alg¨²n tramo solamente medio metro del suelo, lo que equival¨ªa con toda seguridad a que una persona la hab¨ªa sujetado por las manos y otra por los pies, ya que una sola persona (y m¨¢s si s¨®lo pesa unos cincuenta kilos) no puede realizar una operaci¨®n similar con casi setenta kilos de peso muerto. Adem¨¢s, las huellas de sangre demostraban que al menos una persona caminaba torpemente con las piernas separadas, ya que las manchas del suelo se iban hacia la derecha o hacia la izquierda seg¨²n apoyase uno u otro pie.
Hubo a¨²n otra raz¨®n para que el juez tomase una decisi¨®n tan dif¨ªcil, seg¨²n fuentes de absoluta garant¨ªa contrastadas por EL PAIS: el hecho de que Frontela se?alase no s¨®lo que hab¨ªa posibilidades cient¨ªficas de conocer la causa de la muerte de Gonz¨¢lez, sino que estaba en condiciones de averiguar el grupo sangu¨ªneo de los dos cad¨¢veres carbonizados, desconocidos hasta entonces para la investigaci¨®n. Aun cuando no exista l¨ªquido sangu¨ªneo, restos de tejido pegado a los huesos pueden permitir establecer con una seguridad absoluta el grupo sangu¨ªneo. Preciso es se?alar lo siguiente, aunque tenga que desvelar algo que hasta la fecha se manten¨ªa en secreto: junto a los restos de sangre de Juan Mart¨ªn (grupo O) aparecieron en una de las camas manchas del grupo A Rh positivo. Tanto Manuel Zapata como Ram¨®n Parrilla ten¨ªan el grupo B. La forma en que esas gotas de sangre estaban esparcidas por la colcha indican con seguridad que una persona fue golpeada fuertemente en esa habitaci¨®n.
Asunci¨®n podr¨ªa tener tambi¨¦n el grupo O, ya que se por orden del juez se les practicaron pruebas sangu¨ªneas a sus padres y estos tienen los grupos A positivo y O, este ¨²ltimo la madre, y al parecer suele tener mayor incidencia la sangre materna cuando los grupos son distintos. El doctor Frontela se?al¨®, no obstante, que lo anterior no tiene rigor cient¨ªfico suficiente y que era incorrecto. Podr¨ªa existir pues la posibilidad de que Gonz¨¢lez tuviera el grupo A positivo. En cualquier caso, la investigaci¨®n sigue por ah¨ª. Frontela puede establecer igualmente la distancia desde la que se dispar¨® contra Ram¨®n Parrilla la primera vez, por las huellas que dej¨® el plomo en su cuerpo, y con una cierta aproximaci¨®n dad el peso y la envergadura de la persona que hiri¨® mortalmente a Zapata y a su esposa y si fue la misma persona. Tambi¨¦n si hubo defensa por parte de aqu¨¦llos, junto con varios datos de criminal¨ªstica que pueden servir a la Justicia.
"Se puede averiguar incluso el grupo sangu¨ªneo de momias egipcias de hasta 3.000 a?os de antig¨¹edad, porque siempre quedan unas sustancias llamadas aglutininas capaces de ser detectadas con medios un tanto sofisticados", asegura Frontela, un hombre que se declara concienzudo y que afirma que no s¨®lo va a presentar al juez sus conclusiones definitivas, sino que tiene expreso deseo de probarlas cient¨ªficarnente, "ya que puede estar en juego el honor de algunas personas y eso siempre es grave".
Los resultados de los estudios que lleva a cabo en su c¨¢tedra en la planta baja del Instituto de Anatom¨ªa de Sevilla, tardar¨¢n a¨²n algunas semanas. Servir¨¢n sin duda para articular el nuevo rumbo que tendr¨¢ que seguir la investigaci¨®n judicial.
Heriberto Asensio, a quien restan once meses de destino en Marchena, podr¨ªa pasar a la peque?a historia judicial como el juez de los Galindos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.