La pela
La pela, que ya no es una peseta, como en los argots de postguerra, sino la globalidad del dinero circulante (ver mi Diccionario cheli, que no se puede ver porque no ha salido), la pela, digo, es hoy star de la actualidad espa?ola, y no la medalla de D¨¢maso. Lo digo porque, mientras la cr¨ªtica constructiva de la oposici¨®n beatificada o no, se pierde en cr¨ªticas municipales al Gobierno y cr¨ªticas espesas a lo municipal, la realidad de la verdad de la vida, que los psoes y la Historia est¨¢n trayendo a la cresta de la ola, es la manipulaci¨®n de la pela durante el ucedismo / postcuarenta?ismo. La crisis de la uced¨¦ (lo siento, hombre, por Lavilla, que me parece un hombre de buena voluntad, entre tanto caim¨¢n), no se consuma por las deudas. La uced¨¦ malvers¨® fondos municipales, dicen, y contrajo tantas deudas que ahora Lavilla y Alvarez de Miranda, un suponer, no pueden separarse por culpa de los acreedores, que son unos bordes. Nacionalcat¨®licos y nevaditos son hoy como esos matrimonios mal avenidos que no van a ver a Fern¨¢ndez Ord¨®?ez (o sea, a su funcionario / vicario), para separarse, porque tampoco van a partir por la mitad, con un hacha, la televisi¨®n y el minipimer. Toda la divisi¨®n acorazada de un matrimonio electrodomesticado conduce a que los matrimonios no puedan separarse. No sab¨ªan nada Keynes y el otro. Sobre todo el otro. Lo que sale por debajo de los sacramentos ret¨®ricos es que la uced¨¦ ha dejado muchas deudas y trapicheos.
La pela no est¨¢ clara y eso es la actualidad d¨¦ ahora mismo, como si dij¨¦ramos, por m¨¢s que Jos¨¦ Luis Varela, catedr¨¢tico del Opus, diga en la Biblioteca Nacional que nadie hab¨ªa hecho un libro sobre Larra antes que ¨¦l. Le recuerdo a Carmen de Burgos, Azor¨ªn y Umbral, aunque esto de Umbral le parezca superego a Maraja Torres, prejubilada, como todos. Su libro de Larra, el de Varela, que lleva veinticinco a?os forz¨¢ndolo, como dir¨ªa el absoluto Juan Ram¨®n, queda muy por debajo del de Colombine, lleno de minuciosa / deliciosa precisi¨®n femenina. Y hasta hizo otro Antonio Espina, comediante de la literatura y m¨¢rtir (Luis Calvo le salv¨¦ con 3.000 pesetas, de madrugada, cuando le persegu¨ªan los pachones franquistas), o sea Sim¨®n de Atocha, que es como se firmaba por disculpar. Varela aprovech¨® la desertizaci¨®n intelectual franquista para forzar su penoso Larra. En Barcelona hay doce autos de procesamiento a la Seguridad Social. Y un affaire Tr¨ªas / Roca en el que el honorable Pujol, muy sabiamente, no se mete. Aqu¨ª lo de la pela, a despecho del postfranquismo, ha sido una merienda de negros a oscuras, o sea en un t¨²nel, y eso es lo que est¨¢ clarificando el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, con cien a?os de honradez, por mas que los gacetilleros de la ultranza con papel de viudas -una seguridad-, le recuerden cuotidianamente "la chapuza del d¨ªa". Como en lo grande tienen la guerra perdida, se ensaf¨ªan en lo peque?o.
El Banco de Espa?a mandar¨¢ sus auditores a Ruiz-Mateos si Arthur Andersen no termina su auditor¨ªa. Andersen, pese a su apellido, no est¨¢ haciendo fantas¨ªa con los n¨²meros, sino cantando muchas verdades. Un informe del Fondo Monetario Internacional valora positivamente la pol¨ªtica econ¨®mica de Felipe / Boyer, ante lo cual arrecia el roneo de la press / coeur sobre la vida sentimental del ministro.
Mogoll¨®n financiero uced¨¦, mogoll¨®n financiero catal¨¢n, mogoll¨®n Rumasa. En los felices sesenta escrib¨ª de Rumasa en provincias (uno ha conseguido, al fin, ser un escritor de provincias) y vino al Gij¨®n un se?orito de chaqueta a cuadros para comerme el tarro con amenazas judiciales. Me alegra que hoy, hombre, Ruiz-Mateos pruebe su inocencia a los auditores. Detr¨¢s de la ultraelocuencia y la cr¨ªtica municipal y espesa est¨¢ siempre la pela. Ay qu¨¦ lucha.
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