L¨®pez Cobos dirige un programa Brahms no t¨®pico

La conmemoraci¨®n del 150 aniversario del nacimiento de Brahms, un compositor siempre presente en las temporadas sinf¨®nicas, estaba suponiendo hasta la fecha una machacona reiteraci¨®n de los conciertos y sinfon¨ªas que todos los mel¨®manos conocen bien. Afortunadamente, la propuesta de la ONE en el pasado fin de semana reun¨ªa dos obras de frecuencia moderada- el Doble concierto y la Rapsodia para contralto- y otras dos de rara audici¨®n -Schicksalslied y Triumphlied-,- esta ¨²ltima, interpretada por la Orquesta Nacional por primera vez, pr¨¢cticamente constitu¨ªa un estreno para los madrile?os.El maestro L¨®pez Cobos, recibido con palpable afecto tras la noticia de su definitiva aceptaci¨®n de la titularidad de la orquesta para fecha pr¨®xima, acompa?¨® con correcci¨®n a los solistas de Doble concierto, pero se emple¨® con mayor finura musical y depuraci¨®n sonora en la segunda parte de la sesi¨®n, integrada por los op. 54, 54 y 55, que forman una bell¨ªsima y variada (a la vez que coherente) trilog¨ªa sinf¨®nico-coral. Logr¨® empastar admirablemente a ambos conjuntos para ofrecer versiones que subrayaron perfectamente los matices expresivos de la m¨²sica brahmsiana, evolutivos desde el concentrado intimismo y la severidad de la Rapsodia hasta el esplendor externo de ese Triumphlied, que nos muestra a un Brahms muy distinto. Su actuaci¨®n confirm¨® otra vez sus dotes de excelente director y m¨²sico.

V¨ªctor Mart¨ªn y Rafael Ramos, primeros violinistas y violonchelista de la Orquesta, hicieron el Concierto en la menor con total solvencia: seguros en la afinaci¨®n, perfectamente identificados en el fraseo, sin problemas de mecanismo. Un peque?o desequilibrio de presencia sonora a favor del viol¨ªn ser¨ªa el ¨²nico aspecto que cuestionar¨ªa el cr¨ªtico, identificado, no obstante, con la calurosa acogida tributada por el p¨²blico a la interpretaci¨®n.