El expresionismo alem¨¢n, a trav¨¦s de una colecci¨®n excepcional
La muestra antol¨®gica Expresionistas alemanes de la colecci¨®n Buchheim ha sido inaugurada en las salas Pablo Picasso de la Biblioteca Nacional de Madrid, tras presentarse en Barcelona. Esta magn¨ªfica exposici¨®n itinerante, que ha recorrido media Europa antes de ser instalada entre nosotros, consta de 461 obras representativas de todos los movimientos, tendencias, t¨¦cnicas e individualidades relacionadas con el expresionismo alem¨¢n que se dio a conocer a principios de siglo.
De todas formas, antes de tratar de este estilo art¨ªstico en s¨ª mismo y de las razones que hoy le ponen de moda, quiero resaltar algunos aspectos notables de la organizaci¨®n y el montaje de esta muestra, indudablemente extraordinaria. En primer lugar, el hecho de que haya sido formada por un coleccionista privado, el editor y cr¨ªtico Lothar-G¨¹nther Buchheim, a trav¨¦s de cuya bell¨ªsima pasi¨®n se ha reunido un patrimonio que para s¨ª quisiera el mejor de los museos; en segundo lugar, ya de cara a valorar la intervenci¨®n de nuestro pa¨ªs, congratularnos de que nuestra incorporaci¨®n a los circuitos internacionales de grandes exposiciones rotativas parezca consolidarse, as¨ª como el, que, en esta ocasi¨®n, se haya logrado mediante la colaboraci¨®n de dos instituciones: la Caixa y el Ministerio de Cultura.Dicho lo cual, podemos pasar ya a comentar la importancia del asunto mismo: el expresionismo. Por de pronto, trat¨¢ndose de arte alem¨¢n, hay que recordar la fuerte impronta expresionista con que se ha caracterizado desde siempre, lo que nos obliga a pensar en un modo b¨¢sico de ser y manifestarse germ¨¢nicos, m¨¢s all¨¢ de cualquier coyuntura anecd¨®tica. Pero esta interesante cuesti¨®n de antropolog¨ªa cultural nos llevar¨ªa quiz¨¢ demasiado lejos, y, por tanto, es preferible ce?irse aqu¨ª a lo que puede significar la resurrecci¨®n de esta tendencia expresionista en la Academia contempor¨¢nea. Esto es ciertamente lo que han intentado algunos soci¨®logos de la cultura como los miembros de la Escuela de Francfort o, m¨¢s en concreto, ciertos investigadores singulares entre los que citar¨ªa, por haber sido traducidos al castellano, a Krakauer y Schorske, los cuales, mediante el an¨¢lisis de la evoluci¨®n hist¨®rica de determinados fen¨®menos art¨ªsticos -el cine expresionista alem¨¢n y la cultura vienesa finisecular, respectivamente-, apreciaron una relaci¨®n directa entre la fuerte condensaci¨®n emotiva manifestada por las obras de arte y la progresiva ansiedad colectiva del pueblo alem¨¢n ante el fracaso pol¨ªtico de su ?dentidad nacional.
Alarmante tensi¨®n
Simplificando, lo que ¨¦stos y otros observadores cualesquiera de la situaci¨®n de los pa¨ªses germ¨¢nicos en la ¨¦poca contempor¨¢nea pon¨ªan de manifiesto no era sino el reflejo art¨ªstico de la existencia de una alarmante tensi¨®n psicol¨®gica y social, a veces al borde mismo de lo patol¨®gico. Este aire desgarradoramente prof¨¦tico, como de quien parece haber asumido cotidianamente la certeza de un apocafipsis inmediato, es el que todav¨ªa seguimos notando al enfrentarnos con cualquier manifestaci¨®n expreslonista del arte alem¨¢n de comienzos de siglo, aunque ahora. tambi¨¦n sepamos reconocer la belleza y la lucidez de este obsesivo canto herido, pura alucinaci¨®n, a la vez exaltada y melanc¨®lica, siempre desequilibrada. En el escenario concreto de la vanguardia hist¨®rica europea, esta febril locura creativa, que empleaba la desfiguraci¨®n y el s¨ªmbolo con desparpajo salvaje, situ¨® las tendencias pl¨¢sticas del expresionismo alem¨¢n en una posici¨®n extraordinariaimente singular, siguiendo esa l¨ªnea, casi por completo ajena a la tradici¨®n de Par¨ªs, que Rosemblum ha definido como "tradici¨®n rom¨¢ntica de Norte".Ci?endo a¨²n m¨¢s el tema a las coordenadas de los movimientos pict¨®ricos organizados en Alemania, hay que recordar el papel desempe?ado por dos grupos: El Puente (Die Br¨¹cke), fundado en Dresde el a?o 1905, y El Jinete Azul (Der Blaue Reiter), que lo fue en Munich en 1911. El primero de los citados, constituido por Kirchner, Bleyl, Heckel, Schmitd Rofluff, Nolde, Pechstein y M¨¹ller, influidos por Van Gogh, Munch y el arte de los primitivos, se mantuvieron dentro de una figuraci¨®n fuertemente deformada por la proyecci¨®n subjetiva, que alcanz¨® su paroxismo en el uso lib¨¦rrimo e intens¨ªsimo de las m¨¢s arbitrarias asociaciones crom¨¢ticas. Dentro de un parecido clima emocional, pero modulado por una concepci¨®n aut¨®noma de la forma, que se espiritualiza en una armon¨ªa musical, el expresionismo de El Jinete Azul derivar¨¢ en la pintura abstracta, al menos a trav¨¦s de una de sus figuras m¨¢s sobresalientes, el eslavo Kandinsky.
De todas formas, como estos dos movimientos no monopolizan en absoluto la enorme riqueza de este caudal expresionista en el arte alem¨¢n, junto a ellos hay que considerar tambi¨¦n una pl¨¦yade de creadores individuales que permanecieron independientes, como Beckmann, Dix, Kokoschka, Rohlfs, Modershon-Becker, Kubin, etc¨¦tera.
Valorados todos ellos como uno de los conjuntos de artistas m¨¢s apreciables del arte contempor¨¢neo, hay que subrayar tambi¨¦n el progresivo inter¨¦s que est¨¢n despertando ¨²ltimamente, fruto de la reciente resurrecci¨®n de la figuraci¨®n expresionista en el arte joven centroeuropeo y, en general, en la de todo el mundo. Es por eso por lo que una amplia colecci¨®n como la de Buchheim ha sido reclamada por los m¨¢s importantes museos europeos y nos llega ahora a nosotros en el momento m¨¢s oportuno. Por lo dem¨¢s, ya he se?alado su impresionante envergadura cuantitativa, casi medio millar de obras, pero, tras precisar que adem¨¢s pertenecen a los m¨¢s representativos y famosos autores, quiero tambi¨¦n recalcar que la mayor¨ªa son grabados, precisamente la t¨¦cnica art¨ªstica en la que los expresionistas dejaron una huella memorable, revolucionaria, decisiva. En este campo, desde luego, la colecci¨®n Buchheim no tiene parang¨®n, como tampoco lo tiene el acierto de ciertas inclinaciones de su autor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.