Dos aplausos para Garc¨ªa Carn¨¦s, el civil del 23-F

, "Buenas noches a todos". A las 12.08 dela madrugada de hoy, bajo una lluvia fina, Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, cazadora marr¨®n de ante con banderita espa?ola en la solapa, pantal¨®n oscuro, camisa azul clara y corbata de rayas, abandon¨® la cl¨ªnica Covesa, de la calle Pr¨ªncipe de Vengara, de Madrid, acompa?ado ¨²nicamente por su m¨¦dico, Luis Teigell, y un hijo de su mujer. "Salgo de la c¨¢rcel; doy gracias a Dios. Mi libertad no ser¨¢ completa hasta que salgan todos los procesados del 23-F", dijo el ¨²nico civil procesado por el intento de golpe de Estado de 1981.Preocupado "como tiene que estar todo buen espa?ol" por la situaci¨®n de este pa¨ªs; convencido de que desde el pasado 28 de octubre "no estamos mejor? y deseando "lo mismo de siempre para Espa?a, paz y justicia", el ex dirigente del sindicato vertical declar¨®, tras despedirse del personal de servicio de la cl¨ªnica, llam¨¢ndoles, en ocasiones, por sus-nombres, que ¨¦l no lucha contra nadie, "sino s¨®lo contra los que luchan contra Espa?a". Sus quince meses en la cl¨ªnica Covesa, en prisi¨®n atenuada, tras otros nueve en la c¨¢rcel de Carabanchel, no han cambiado, por supuesto, sus intenciones ni sus ideas. "Yo nunca dejar¨¦ la pol¨ªtica. He sido falangista, lo soy y siempre lo ser¨¦. Yo no cambio de chaqueta", dijo Garc¨ªa Carn¨¦s. No sabe si har¨¢ el viaje de novios, que no pudo realizar, al casarse por poderes y estar cumpliendo condena. "Lo primero que voy a hacer es volver a andar, que casi se me ha olvidado".

El procesado, que sali¨® en libertad provisional, subi¨® a un Seat 124 beis oscuro, conducido por su m¨¦dico, a cuyo lado se sent¨®, despu¨¦s de escuchar dos escuetos aplausos: el de una se?ora, que s¨®lo acert¨® a musitar "Gracias, Garc¨ªa Carn¨¦s", a lo que ¨¦l contest¨®: "De nada", y el de un joven an¨®nimo. Coment¨® que estaba muy flojo, porque no se ha podido mover de la habitaci¨®n. "Ni siquiera ha podido ir a misa en estos quince meses. No ha hecho m¨¢s ejercicio que la bicicleta?, hab¨ªa explicado su hermano, que reside en Barcelona, a EL PAIS.

A partir de hoy, Juan Garc¨ªa Carn¨¦s ya no ser¨¢ cliente del Rub¨ª, el bar de donde le sub¨ªan callos picantes, tortilla de patatas y alguna paella, que regaba con vino Cune tercer a?o, servido por un joven camarero del establecimiento, que sacaba en limpio de siete a ocho duros de propina por viaje a la habitaci¨®n 501.

Un informe cl¨ªnico del doctor Teigell, fechado hoy, 23 de febrero, pero con sello de entrada en el Registro de Relator¨ªas del Consejo Supremo de Justicia Militar del pasado viernes, d¨ªa 18, dejaba poco lugar a las suspicacias sobre la dolencia de un paciente cuya alta coincide con su puesta en libertad. Garc¨ªa Carn¨¦s era dado de alta "no porque consideremos superados los procesos patol¨®gicos que determinaron su ingreso hospitalario, indudablemente mejorados comparativamente con la grave situaci¨®n inicial, sino, precisamente, para poder llevar a efecto la correcta terap¨¦utica que exigen los trastornos circulatorios y neuro-musculares, reiteradamente denunciados por el m¨¦dico que suscribe a lo largo de muchos meses y producidos, de manera indudable, por la prolongad¨ªsima inactividad f¨ªsica sin contacto con el aire libre".