La pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica no ha variado ni un mil¨ªmetro durante los 100 d¨ªas de Andropov
, Hoy hace cien d¨ªas que la diplomacia andropoviana se presentaba en sociedad en Mosc¨². El pasado 15 de noviembre, tras enterrar al pie de las murallas del Kremlin al anterior l¨ªder sovi¨¦tico, Le¨®nidas Breznev, su sucesor, Yuri I. Andropov, comenzaba a estrechar manos de dirigentes de todo el mundo en la sala de San Jorge, del Kremlin, y entablaba a continuaci¨®n sus primeros contactos pol¨ªticos directos.
Este centenar de d¨ªas es suficiente para trazar un primer balance de la pol¨ªtica exterior de la era Andropov, que parece limitarse a prolongar la diplomacia brezneviana. Si en los asuntos internos los cien primeros d¨ªas han dado algunas sorpresas -especial mente en las ¨¢reas econ¨®mica y de propaganda-, la pol¨ªtica exterior no ha dado oportunidad al m¨¢s modesto asombro.El cambio ha afectado s¨®lo a dos viceministros de Asuntos Exteriores -que han sido sustituidos por nuevos expertos en temas de China y Estados Unidos- y a media docena de embajadores. Las grandes -y las no tan grandes- l¨ªneas de la pol¨ªtica exterior siguen intactas, continuando algo que casi parece una tradici¨®n m¨¢s vieja que la Rusia de los soviets.
La diplomacia de la URSS -que no se ve influida por las urnas, los cambios de Gobierno ni las presiones de los grupos econ¨®micos- puede permitirse mantener el mismo rumbo, sobreviviendo, tozudamente y como si nada, a ministros de Asuntos Exteriores o secretarios generales del partido. As¨ª, la ¨²nica diferencia neta entre la pol¨ªtica exterior de Andropov y la de Breznev ser¨ªa de car¨¢cter biol¨®gico: m¨¢s en¨¦rgico y con mejor salud que su antecesor, Yuri Andropov ha dado un ritmo m¨¢s din¨¢mico a su diplomacia. Pero todo lo dem¨¢s sigue igual.
Hace cien d¨ªas, Andropov estrechaba con especial calor las manos del entonces ministro de Asuntos Exteriores chino, Huang Hua. As¨ª, el nuevo hombre fuerte del Kremlin subrayaba su inter¨¦s por proseguir la pol¨ªtica de distensi¨®n con China, que su antecesor hab¨ªa logrado reanudar dos meses antes de su muerte.
El resto de las cuestiones-clave de la diplomacia sovi¨¦tica -desarme, Polonia, Afganist¨¢n... , - seguir¨ªan, como se vio m¨¢s tarde, la misma t¨®nica continuista. Polonia -desde que, hace m¨¢s de un a?o, el general Jaruzelski diera el autogolpe- parece haber dejado de inquietar al Kremlin, cuyas preocupacio nes se limitan ahora a los aspectos econ¨®micos del problema, que, en el fondo, difieren poco de. los propios problemas econ¨®micos de la URSS y de los dem¨¢s pa¨ªses del bloque del Este.
En lo que respecta a Afganist¨¢n, Andropov -lo mismo que su antecesor- sigue confiando en la labor mediadora que lleva a cabo Naciones Unidas. Las ¨²ltimas gestiones realizadas en la regi¨®n por el vicesecretario general de la ONU, Diego Cordovez, confirman la flexibilizaci¨®n de los puntos de vista paquistan¨ªes, lo que puede hacer posible, a medio plazo, los deseos del Kremlin: retirada gradual de las tropas sovi¨¦ticas de Afiganist¨¢n, sin que, por ello, el r¨¦gimen de Kabul se le vaya de las manos.
Es en el tema del desarme -y especialmente del desarme en Europa- en el que los sovi¨¦ticos parecen poner m¨¢s empe?o: lo que se decida al respecto durante los pr¨®ximos diez meses, antes de que sean instalados los euromisiles, condicionar¨¢ en gran parte el futuro de las relaciones Este-Oeste e incluso el porvenir econ¨®mico sovi¨¦tico, en el que pueden seguir pesando m¨¢s los ca?ones que la mantequilla.
Las conversaciones de Ginebra siguen en un callej¨®n sin salida y Mosc¨² parece esperar a las elecciones legislativas que dentro de dos semanas se celebrar¨¢n en la Rep¨²blica Federal de Alemania. No hay que olvidar que del pr¨®ximo canciller alem¨¢n depende bastante el futuro de los euromisiles.
El Kremlin parece seguir firme en sus posiciones: no a la opci¨®n cero de Reagan -no instalaci¨®n de los euromisiles a cambio de la desaparici¨®n de las armas nucleares sovi¨¦ticas de alcance medio- e insistencia en la tesis de que los arsenales franceses y brit¨¢nicos tienen que incluirse enel equilibro nuclear europeo.
Hace una semana, un grupo de estudiosos occidentales de las cuestiones de desarme afirmaba en Mosc¨², despu¨¦s de entrevistarse con colegas sovi¨¦ticos, que ve¨ªan c¨®mo las posiciones del Kremlin se hab¨ªan endurecido respecto al a?o anterior. El balance de la reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, Claude Cheysson, parece confirmar esta creencia: ocho horas y media de di¨¢logo con su colega Andrei Gromiko y una hora y media m¨¢s de conversaciones con Andropov no modificaron ni un mil¨ªmetro la posici¨®n sovi¨¦tica.
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