Marruecos solicita una reducci¨®n del 70% de la pesca espa?ola en sus aguas
El esfuerzo de pesca espa?ol en Marruecos puede, quedar reducido en un 70% si se firman los acuerdos previstos en las condiciones reclamadas por los marroqu¨ªes en las negociaciones del fin de semana pasado. Cuatrocientos barcos en vez de los 1.400 actuales, 15.000 millones de pesetas en capturas en lugar de los actuales 50.000 y unas impredecibles consecuencias para las 120.000 familias que en el presente dependen de esta actividad ser¨ªa el resultado.
La visita efectuada a Marruecos por los ministros de Transportes Enrique Bar¨®n, y de Agricultura y Pesca, Carlos Romero, que por el momento no es m¨¢s que la reanudaci¨®n por los socialistas de las negociaciones que dej¨® ya esbozadas el anterior Gobierno, encierra una cierta gravedad para los intereses espa?oles. He aqu¨ª el detalle:Pesca. Marruecos dijo que desea preservar sus riquezas pisc¨ªcolas y en consecuencia, solicita una reducci¨®n del 70% del esfuerzo pesquero espa?ol en sus aguas. Los ministros espa?oles dijeron que, entend¨ªan este principio y s¨®lo pidieron a sus interlocutores que esa reducci¨®n no entrase en vigor repentinamente, sino que fuese escalonada en cinco o seis a?os. Ello significa, concretamente, que los 1.400 pesqueros espa?oles que faenan en aguas marroqu¨ªes quedar¨ªan reducidos a cuatrocientos y que el valor de las capturas efectuadas se reducir¨ªa de los actuales 50.000 millones de pesetas a 15.000 millones.
Tr¨¢nsito de c¨ªtricos. Durante muchos a?os Marruecos plante¨® el tema. Por fin los marroqu¨ªes hab¨ªan aceptado t¨¢citamente que quedara en suspenso hasta el ingreso de Espa?a en la CEE y sus agrios tuvieran el mismo r¨¦gimen tarifario que los marroqu¨ªes. Los ministros espa?oles aceptaron que esta reivindicaci¨®n figure de nuevo en el papel de los prop¨®sitos escritos, aludiendo a que S¨¢nchez Ter¨¢n cuando fue ministro de Transportes, acept¨® en documento firmado el principio del tr¨¢nsito de los agrios marroqu¨ªes por Espa?a.
S¨¢nchez Ter¨¢n acept¨® efectivamente ese principio, pero condicion¨® su firma a que fuese refrendada por el Consejo de Ministros y el Parlamento, que despu¨¦s le desautorizaron Marruecos alega este hecho para pretender una presunta falta de seriedad de Espa?a, y olvida que Marruecos s¨ª denunci¨® unilateralmente el convenio firmado de 1977 porque, como dir¨ªa m¨¢s tarde el propio pr¨ªncipe Mulay Abdal¨¢, "un pa¨ªs soberano tiene derecho a defender sus riquezas, y ning¨²n tratado internacional es v¨¢lido si va contra sus intereses".
Cooperaci¨®n financiera. Como parte del convenio global que se negociaba, Espa?a hab¨ªa aceptado en el pasado conceder a Marruecos cr¨¦ditos por 670 millones de d¨®lares. Esa cantidad se divid¨ªa en 200 millones para la ampliaci¨®n y restauraci¨®n de puertos pesqueros marroqu¨ªes -y, en consecuencia, a fondo pr¨¢cticamente perdido- y 470 millones para adquirir bienes de equipo en Espa?a. Marruecos solicita ahora que el cr¨¦dito se distribuya as¨ª: 550 millones de d¨®lares para infraestructura portuaria, y solamente 120 millones para adquisici¨®n de bienes de equipo.
Trabajadores inmigrados. Marruecos solicita la inclusi¨®n en la Seguridad Social espa?ola de los -seg¨²n cifras marroqu¨ªes- 25.000 trabajadores marroqu¨ªes que trabajan en Espa?a, y critican que s¨®lo 3.600 han sido legalizados hasta ahora.
Los ministros espa?oles entendieron muy justa esta reivindicaci¨®n y prometieron que se le dar¨ªa una soluci¨®n satisfactoria por una cuesti¨®n de principios y por la hospitalidad, seg¨²n dijo Bar¨®n, que Marruecos brinda a los 40.000 espa?oles que trabajan en Marruecos.
As¨ª pues, los ministros espa?oles parecen haber sido v¨ªctimas de tres confusiones superpuetas: las cifras, ya que los marroqu¨ªes en Espa?a pasan de los 50.000 y los espa?oles que trabajan en Marruecos no son m¨¢s de 4.000; de los principios, ya que le¨ª inmigraci¨®n marroqu¨ª en Espa?a no es hist¨®rica, sino coyuntural, y debido a las restricciones que ¨¦stos encontraron en la CEE en los ¨²ltimos tres a?os, y del verbalismo, en este caso marroqu¨ª, ya que las prestaciones que la Seguridad Social marroqu¨ª puede ofrecer a esos 4.000 espa?oles y a los que en el futuro pudieran instalarse es inexistente en materia de sanidad, no existe seguro de paro, el despido es libre y la jubilaci¨®n s¨®lo llega, cuando llega, a cantidades que no son homologables en Espa?a.
Al margen de esos aspectos, suficientemente graves por s¨ª solos, Marruecos pretende incluir en el convenio que eventualmente se concluya una cl¨¢usula que le permita denunciarlo unilateralmente el d¨ªa en que Espa?a ingrese en la CEE, por entender que entonces se habr¨ªan modificado las circunstancias que dieron lugar al convenio.
Por pescar aproximadamente la cuarta parte de lo que Espa?a pesca ahora, Marruecos pide adem¨¢s cooperaci¨®n para desarrollar sus industrias pesquera y tur¨ªstica, para atacar terceros mercados de pescado, reparto de beneficios derivados del tr¨¢nsito de personas y mercanc¨ªas por el estrecho de Gibraltar, adem¨¢s de un t¨²nel o puente en el Estrecho, de utilidad dudosa, pero que permita alcanzar la posteridad al rey Hassan II.
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