La mirada de Bogey, el perro sin collar

Gary Cooper y Humphrey Bogart protagonizan los dos largometrajes que emite hoy Televisi¨®n Espa?ola. Cooper, con un western en el que interpreta a un forajido al margen de la ley, cuyos extra?os sombreros le convierten en antieh¨¦roe entra?able.Bogart, en el papel de capit¨¢n paranoico de un destructor, que se calma los nervios con bolas de acero y en una pel¨ªcula que algunos consideran una defensa a ultranza de los que tienen el poder.

Mucho m¨¢s atractiva que su mirada de perro sin collar, su sonrisa agrietada y el olor a nicotina de sus dedos sarmentosos -porque a Bogey se le pod¨ªa detectar con el olfato desde la platea, des: ped¨ªa un perfume inequ¨ªvoca mente sexual, de macho rec¨®ndito y bastante alcoholizado- resultaba la ¨¦tica gran¨ªtica del personaje que se fue labrando pel¨ªcula a pel¨ªcula, desde El ¨²ltimo refugio hasta La reina de Afica. tr¨¢s quedaban una cuarentena de filmes en los que todav¨ªa no era ¨¦l, y por delante ten¨ªa una: decadencia digna, a la que corresponde tambi¨¦n El mot¨ªn del Caine. Humphrey Bogart, aquel de quien nos queda el recuerdo, por el que hubi¨¦ramos querido ser Lauren Bacall, Ingrid Bergman Kate Hepburn, le dio al t¨ªpico aventurero americano, hijo e Hemingw¨¢y y de la Gran Deresi¨®n, un toque de humanidad que ten¨ªa mucho que ver con la forma en que trataba a las mujeres.Porque Bogey, que nunca se exced¨ªa un mil¨ªmetro de lo que le permit¨ªa su piel labrada a costurones, sab¨ªa mirar a sus chicas. Y cuando uno sabe mirar, inevitablemente sabe ver. Y actuar.