El Partido Social Dem¨®crata portugu¨¦s rompe la coalici¨®n Alianza Democr¨¢tica para presentarse solo a las elecciones
El Partido Social Dem¨®crata portugu¨¦s (PSD) ha cambiado de l¨ªder y ha roto la coalici¨®n Alianza Democr¨¢tica (integrada por socialdem¨®cratas, democristianos y mon¨¢rquicos). Una semana despu¨¦s de que lo hubiese hecho el partido democristiano (CDS), el PSD, partido mayoritario de la coalici¨®n en el poder en Lisboa desde 1980, ha procedido, en su congreso nacional, a un dram¨¢tico reajuste interno que, sin resolver sus profundas fracturas, est¨¢ destinado sobre todo a presentar una nueva imagen ante las elecciones legislativas del 25 de abril de 1983.
Carlos Mota Pinto, que ser¨¢ el l¨ªder del PSD para estas elecciones como candidato a presidente del Gobierno, tendr¨¢ el dif¨ªcil papel de defender al hasta ahora mayor partido pol¨ªtico portugu¨¦s tanto de la ofensiva electoral socialista, que est¨¢ en pleno auge, como de un partido democristiano que busca de una nueva din¨¢mica, y de la desventaja que resulta autom¨¢ticamente tras la ruptura de la coalici¨®n electoral de Alianza Democr¨¢tica.Derrotado desde el primer d¨ªa del congreso del PSD por la audaz iniciativa de Helena Roseta, que hizo aprobar por m¨¢s de tres quintos de los delegados la supresi¨®n del cargo de presidente del partido, Francisco Pinto Balsemao consigui¨® una victoria moral con su discurso de despedida, que fue aplaudido de pie por todos los delegados.
Renunciando anticipadamente a todos los cargos que se le ofrec¨ªan en reconocimiento a su cualidad de fundador del partido y en reconocimiento de "los servicios prestados al pa¨ªs", Balsemao advirti¨® de los peligros que amenazan ahora al Partido Social Dem¨®crata y se coloc¨® en situaci¨®n no pasiva, reserv¨¢ndose el derecho de intervenir -como militante- en la vida del partido, "siempre que sea necesario, en los momentos juzgados oportunos y a trav¨¦s de las v¨ªas competentes".
La debilidad del l¨ªder
Criticado por haber sido un l¨ªder d¨¦bil, y de ser, por esto, responsable de las divisiones internas tanto en el Gobierno como en Alianza Democr¨¢tica y en el Partido Social Dem¨®crata, Pinto Balsem¨¢o se ve sustituido por una direcci¨®n colegiada, que la mayor¨ªa de los delegados y de los observadores consideran "a¨²n m¨¢s d¨¦bil y muy probablemente provisional".
Carlos Mota Pinto, que no puede reivindicar la cualidad de fundador, y ni siquiera la de miembro hist¨®rico del PSD (al que regres¨® hace dos a?os, de la mano de Balsemao), ya no es, a causa de la reforma de la estructura de direcci¨®n del partido, presidente del PSD.
Para tratar de compensar esta desventaja, impuso una direcci¨®n colectiva -denominada presidencia de la comisi¨®n pol¨ªtica- de la que no es siquiera el m¨¢ximo dirigente, cargo reservado a un venerable. Mota Pinto ser¨¢ apenas el primer vicepresidente, ayudado por dos hombres con imagen opuesta, como son Eurico de Melo, l¨ªder del ala conservadora, y Nascimento Rodrigues, un socialdem¨®crata que est¨¢ en ruptura con los sindicalistas de su propio partido.
Carlos Mota Pinto no dispondr¨¢ siquiera, como Balsemao a lo largo de dos a?os de mandato, de una mayor¨ªa absoluta en el Consejo Nacional, ¨®rgano de direcci¨®n en el intervalo de los congresos, donde el m¨¦todo D'Hondt hizo entrar representantes de por lo menos cuatro corrientes opuestas a la suya.
Tampoco puede invocar el hecho de que se haya elaborado una estrategia claramente definida, porque la moci¨®n adoptada mayoritariamente por el congreso, cuando ya hab¨ªan abandonado la sala cerca de la mitad de los delegados, mantiene la ambig¨¹edad en todas las grandes cuestiones que dividieron ¨²ltimamente al PSD y a Alianza Democr¨¢tica, aplazando la adopci¨®n de decisiones concretas para despu¨¦s de las elecciones.
La verdadera vencedora
Finalmente, Helena Roseta, que muchos consideran desde ahora como la verdadera vencedora del congreso, introdujo tambi¨¦n en el funcionamiento interno del PSD el recurso al refer¨¦ndum interno para las grandes opciones del partido. El refer¨¦ndum, que puede ser organizado a petici¨®n del Consejo Nacional o de 2.500 militantes del partido, constituir¨¢, en el futuro, una aut¨¦ntica espada de Damocles suspendida sobre la cabeza del nuevo dirigente. Helena Roseta, que sigue oponi¨¦ndose a la eventual formaci¨®n de un Gobierno de coalici¨®n entre socialdem¨®cratas y socialistas, no tendr¨¢ ninguna dificultad para reunir las 2.500 firmas necesarias para que la pol¨ªtica de alianza del PSD, despu¨¦s de las elecciones legislativas, sea sometida a refer¨¦ndum.
De momento, Carlos Mota Pinto obtuvo un mandato transitorio cuya duraci¨®n puede no superar el plazo de 45 d¨ªas que distan ahora hasta las elecciones del 25 de abril.
Consumado el cambio de direcci¨®n del Partido Social Dem¨®crata, todas las tendencias firmaron una tregua para el per¨ªodo electoral. Todos est¨¢n decididos a empe?arse a fondo en la campa?a electoral para evitar la derrota del PSD, o, por lo menos, reducirla al m¨¢ximo, ya que apenas un peque?o n¨²ucleo de barones piensa que es a¨²n posible neutralizar la victoria del partido socialista.
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