El autor de la novela 'El cero y el infinito' y su esposa se suicidan juntos en su casa de Londres
El matrimonio pertenec¨ªa a una entidad que defiende el suicidio y la eutanas¨ªa
SOLEDAD GALLEGO-DIAZ Arthur Koestier, uno de los m¨¢s importantes escritores pol¨ªticos de este siglo, apareci¨® muerto ayer en su apartamento londinense, junto al cuerpo de su esposa, Cynthia. El autor de Darkness at noon (El cero y el infinito), la novela psicol¨®gica que constituy¨® en su momento una aut¨¦ntica revelaci¨®n sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Stalin, era miembro de la asociaci¨®n Exit, que defiende el derecho al suicidio y a la eutanasia, de la que acept¨® una vicepresidencia honoraria. Sus amigos creen que ambos pusieron fin a su vida de forma voluntaria. Cynthia se hab¨ªa hecho socia de Exit hace tres a?os. Koestier ten¨ªa 77 a?os de edad, y su esposa, la tercera del escritor, no llegaba a los sesenta.
La polic¨ªa brit¨¢nica se limit¨® a informar que no existen "circunstancias sospechosas" en la doble muerte. Los cuerpos fueron descubiertos por la criada de los Koestler, sentados en dos sillones en una de las habitaciones del apartamento, en la plaza de Montpellier, de Londres. Aunque no se ha facilitado ning¨²n detalle, parece que la criada encontr¨® una nota manuscrita al lado de varios frascos de somn¨ªferos vac¨ªos. La muerte del escritor anglo-hungaro fue confirmada por su agente, A. D. Peters: "Es verdad. Arthur Koestler est¨¢ muerto". Koelster padec¨ªa la enfermedad de Parkinson, aunque sus amigos dicen que conservaba toda su brillantez intelectual. Cynthia, la mujer con la que se cas¨® en 1965, no sufr¨ªa ninguna enfermedad, que se sepa.Koestler gozaba de una enorme reputaci¨®n en Gran Breta?a. Se afirma que fue ¨¦l, con su acento h¨²ngaro que nunca perdi¨® y su peque?a figura, quien convenci¨® uno a uno a muchos de los miembros de la C¨¢mara de los Comunes para que votaran a favor de la abolici¨®n de la pena de muerte. Koestler fue ¨¦l mismo condenado a muerte en dos ocasiones, por el r¨¦gimen de Franco y por Hitler. Muchos pol¨ªticos brit¨¢nicos reconocen tambi¨¦n la influencia de un libro de Koestler, Thieves in the night (Ladrones en la noche) (1949) en la decisi¨®n internacional de crear el Estado de Israel.
La opini¨®n p¨²blica inglesa le conoc¨ªa no s¨®lo como un gran escritor sino tambi¨¦n como un arriesgado aventurero. Koestler viaj¨® por la URSS y por China en 1932, se subi¨® a un zepel¨ªn sobre el Artico en 1931, fue corresponsal de guerra en la guerra civil espa?ola por cuenta del News Chronicle y luch¨® en la II Guerra Mundial en la Legi¨®n Extranjera.
Como intelectual, Koestler di¨® un giro completo en su carrera de escritor y pol¨ªtico en los a?os 60: "He escrito todo lo que ten¨ªa que decir sobre democracia y totalitarismo, comunismo y progreso, temas que me han obsesionado durante veinticinco a?os de mi vida", afirm¨®. A partir de ese momento centr¨® su inter¨¦s en temas cient¨ªficos y en la parasicolog¨ªa. En una entrevista relat¨® su experiencia en una c¨¢rcel de M¨¢laga: un d¨ªa, a la hora en que los condenados a muerte eran llevados al pared¨®n, sinti¨® una llave en la puerta de su celda. El carcelero se di¨® cuenta s¨®lo en ese momento de que estaba equivocado. Fue entonces, seg¨²n algunos de sus amigos, cuando volvi¨® a interesarse en la psicolog¨ªa que hab¨ªa estudiado en Viena.
El inter¨¦s que demostr¨® en sus ¨²ltimos a?os por la parapsicolog¨ªa y la percepci¨®n extrasensorial le caus¨® no pocos problemas con los cr¨ªticos, que le reprochaban malgastar su talento en "tonter¨ªas".
En 1978 public¨® un libro, Janus, que resum¨ªa los veinte ¨²ltimos a?os de su vida y en el que afirmaba que pose¨ªa una doble personalidad: escritor pol¨ªtico y cient¨ªfico. Arthur Koestler gustaba decir que estaba en un estado de "indignaci¨®n cr¨®nica" desde su juventud en Budapest. "La forma m¨¢s elevada de creatividad humana es intentar salvar el espacio entre el plano trivial y el plano tr¨¢gico de la vida", dijo en una entrevista publicada en 1978.
Arthur Koestler hablaba siete lenguas. "El cielo para m¨ª" -dijo una vez- "es poder escribir mil palabras al d¨ªa". Seg¨²n relat¨® en una entrevista, escribir constitu¨ªa para ¨¦l un gran esfuerzo y nunca pod¨ªa escribir m¨¢s de doscientas palabras que considerara "satisfactorias". Los cr¨ªticos afirman, sin embargo, que pose¨ªa una riqueza de lenguaje no igualada por otros escritores de su siglo. Cuando le preguntaron qu¨¦ epitafio querr¨ªa para su tumba, dijo: "Hizo todo lo que pudo pero supo que no hab¨ªa sido suficiente".
Paul Preston, quien no conoci¨® personalmente a Koestler, opina que "fue fundamentalmente un escritor pol¨ªtico". Para el historiador ingl¨¦s "era un escritor importante aunque literariamente no fuera un gran novelista".
Dilema del ser humano
Acaso m¨¢s que cualquier otro escritor, Koestler personific¨® el dilema del ser humano en el siglo XX. Su obra refleja e intensifica los choques sociales y morales de la ¨¦poca, el conflicto militar e ideol¨®gico entre totalitarismo y libertad, y la lucha de fuerzas antag¨®nicas como la ciencia y la religi¨®n, entre la acci¨®n y la contemplaci¨®n. El profesor Ram¨®n Tamames coment¨® ayer que "pocas personas hoy pueden entender el mundo de nuestro tiempo si no han le¨ªdo obras como Espartaco, en la que se refleja la rebeld¨ªa contra la opresi¨®n, o El cero y el infinito, un intento de encontrar la verdad entre la confusi¨®n, o si no han le¨ªdo la autobiograf¨ªa de Koestler editada en seis tomos por Alianza y en la que se descubre la senda de una aventura vital de nuestro siglo, en pos de la verdad y de la solidaridad".
Con el comienzo de la guerra civil, Koestler vino a Espa?a como corresponsal del News Chronicle, de Londres. Sus art¨ªculos sobre la ayuda alemana e italiana a los franquistas convirtieron a Koestler en presa de los fascistas, que le capturaron en febrero de 1937, acus¨¢ndole de ser esp¨ªa brit¨¢nico -con la misi¨®n de vigilar y reunir datos sobre los planes alemanes de capturar Gibraltar. En M¨¢laga fue condenado a muerte. Tres meses despu¨¦s de su captura, el Gobierno ingl¨¦s consigui¨® su libertad,, siendo canjeado por la viuda del capit¨¢n de aviaci¨®n franquista Haya. Koestler firm¨® un documento prometiendo no volver a pisar tierra espa?ola. Y es precisamente su estancia en Espa?a la que, para el historiador Manuel Tu?¨®n de Lara, "supuso uno de los momentos m¨¢s importantes de su vida ya que va a vivir de una manera directa cantidad de problemas, complejos y contradicciones que era lo que necesitaba para ver el aspecto del problema: el fascismo. Pero tuvo tambi¨¦n la lucidez para saber enfrentarse al otro aspecto del problema: su condici¨®n de intelectual y comisario pol¨ªtico". Para el historiador espa?ol, con Koestler "quedar¨¢ el testimonio del enorme desgarramiento intelectual que se sinti¨® en el primer tercio de este siglo y, m¨¢s concretamente, en los a?os treinta".
Las otras guerras
Un a?o antes del pacto de no agresi¨®n ruso-alem¨¢n, en 1939, Koestler hab¨ªa dejado el partido comunista. Se fue a Par¨ªs para editar un peri¨®dico alem¨¢n que atacaba a Hitler y Stalin por igual. A comienzos de la segunda guerra mundial, Koestler fue detenido e internado en el campo de detenci¨®n de Le Vernet, experiencia que contar¨ªa en Scum of the earth (La espuma de la tierra) (1941).
En 1941 Koestler escribi¨® Darkness at noon (El cero y el infinito), una novela basada en los juicios estalinistas de 1937. Cuenta la tragedia de un viejo bolchevique encarcelado por una nueva generaci¨®n de comunistas y obligado a confesar cr¨ªmenes contra el Estado de los cuales es inocente. Cosech¨® un gran ¨¦xito -fue traducida a treinta idiomas- y se considera como una profund¨ªzaci¨®n magistral en la mente totalitaria. M¨¢s tarde publica Arrival and departure (Llegada y salida) (1943), de tema antitotalitario, y The yogi and the commisar (El yogui y el comisario) (1945), colecci¨®n de ensayos que trata del papel de la inteligeritzia ante los cambios sociales, la revoluci¨®n y la guerra.
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