El Papa se?ala a los dirigrentes Centroamericanos la urgente necesidad de justicia social
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A las cinco de la madrugada de ayer, el Papa estaba ya en pie. A la misma hora, exactamente a las 5.13 horas, en el cementerio general de la ciudad de Guatemala, adonde Juan Pablo II Negar¨¢ el domingo por la noche, seis j¨®venes eran fusilados por el Gobierno, acusados de "acciones terroristas". El Vaticano emiti¨® ayer un comunicado en el que se dice que por encargo expreso del secretario de Estado, Agostino Casaroli, el nuncio en Guatemala, Oriano Quilici, solicit¨® audiencia urgente con el presidente de la Rep¨²blica para pedir la conmutaci¨®n de las penas.
El Papa, subrayan los comentarios en San Jos¨¦, "ha dado un buen tir¨®n de orejas" a los responsables de los Gobiernos de Centroam¨¦rica, habl¨¢ndoles desde el primer d¨ªa de la urgencia de poner en pr¨¢ctica la "justicia distributiva" en unos pa¨ªses donde esta palabra es todav¨ªa "una herej¨ªa".En vano la Corte Interamericana. de los Derechos Humanos, que hab¨ªa condenado esta decisi¨®n, intent¨® hasta el ¨²ltimo momento que se anulara o se aplazara la sentencia de muerte, firmada por el dictador R¨ªos Montt.
Los primeros comentarios al en¨¦rgico discurso que, a su llegada al aeropuerto, dirigi¨® el Papa al presidente de Costa Rica fueron ayer un¨¢nimes en subrayar que Juan Pablo II ha dado raz¨®n en parte a los movimientos de la guerrilla, .aceptando la estrategia del di¨¢logo que muchos de ellos piden y que rechazan los Gobiernos", pero que, al mismo tiempo, ha condenado desde el primer d¨ªa "sus. m¨¦todos de liberaci¨®n a trav¨¦s de la violencia de las armas".
La noticia de las ejecuciones en Guatemala cay¨® como una bomba en los ambientes informativos internacionales que siguen paso a paso la visita del Papa, y fue interpretada en seguida por los observadores como un s¨ªntoma de la tensi¨®n con la que ciertos Gobiernos se preparan a recibir al Papa despu¨¦s de este oasis de Costa Rica; un pa¨ªs del cual, en un documento de sus diez obispos, se afirma que su mayor riqueza es "su estabilidad institucional, su democracia y su paz".
Juan Pablo II tuvo que acostar se la noche de su llegada una hora antes de lo previsto, porque el largo viaje y la primera jornada de trabajo en San Jos¨¦ de Costa Rica le hab¨ªan dejado rendido. Un grupo de j¨®venes del Opus Dei empez¨® a cantar y a gritar durante habitaci¨®n en la nunciatura: "Juan Pablo II, as¨®mate un segundo" Ten¨ªan la intenci¨®n de estar all¨ª toda la noche "velando su sue?o" como afirm¨® la radio. El Papa se asom¨® un momento y les dijo que estaba muy cansado: "No os olvid¨¦is", afirm¨®, "que ahora en Roma son las tres y media de la madrugada".
Con los j¨®venes
Dos fueron ayer los momentos m¨¢s intensos de la visita del Papa a Costa Rica: la misa ante m¨¢s de medio mill¨®n de personas en el campo de la Sabana y el encuentro con los j¨®venes en el estadio nacional.
Ante la muchedumbre de la Sabana, el Papa present¨® el tema de la Iglesia como madre. Dijo Juan Pablo II que la Iglesia la construyen cuantos son fieles a sus compromisos familiares y respetan la vida, rechazando, dijo, "el crimen del aborto". Pero a?adi¨® que la construyen tambi¨¦n "quienes se empe?an en mejorar o cambiar lo que obstaculiza o ahoga el pleno desarrollo del hombre y de todos los hombres".
La gente le escuchaba con gran paciencia y le aplaud¨ªa como "a un santo", dec¨ªa una monja jovenc¨ªsima, mientras su compa?era la correg¨ªa: "No como a un santo, hermana,Sino como al mensajero de Jes¨²s. Es m¨¢s que un santo. A m¨ª me electriza s¨®lo el mirarlo, tan dulce y tan fuerte". Cuando la monjita vio al periodista tomar apuntes se avergonz¨® y escondi¨® su cara ruborizada entre las manos.
A los j¨®venes, el Papa les habl¨®de todos los problemas que hoy agitan a estos pa¨ªses:"?%Qu¨¦ deciros, amados j¨®venes, de los horrores del odio y de la violencia?", y a?adi¨® Juan Pablo II: "Es una triste realidad que en este momento gran parte de Am¨¦rica Central est¨¢ cosechando los amargos frutos de la semilla sembrada por la injusticia, por el odio y la violencia".
Visita al hospital
El Papa visit¨® ayer a primera hora el Hospital Nacional de Ni?os de Costa Rica, donde recorri¨® varias salas y habl¨® a los enfermos. Se detuvo en la sala destinada a los peque?os pacientes de c¨¢ncer y rez¨®.
Les exhort¨® a construir un mundo m¨¢s justo que el de sus antecesores: "Si no lo hac¨¦is", afirm¨® el Papa, "la sangre seguir¨¢ corriendo, y ma?ana, las l¨¢grimas dar¨¢n testimonio del dolor de vuestros hijos". Les remach¨® que "la violencia no es cristiana ni evang¨¦lica", y a?adi¨®, mientras los aplausos de los j¨®venes dificultaban o¨ªr sus palabras: "Os inv¨ªto, como hermano y como amigo, a luchar con toda la energ¨ªa de vuestra juventud contra el odio y la violencia, hasta que se restablezcan la paz y el amor en vuestras naciones". Y les dijo tambi¨¦n que deb¨ªan ser capaces de "resistir a las filosofias del ego¨ªsmo, del placer, de la desesperanza, del odio y de la nada".
A estos j¨®venes -a quienes les est¨¢n llegando continuamente invitaciones, mensajes y llamadas con diversas recetas de m¨¦todos y estrategias pol¨ªticas y sociales para construir un mundo m¨¢s justo-, el Papa quiso tambi¨¦n ofrecerles ayer el camino que, seg¨²n ¨¦l, es el m¨¢s adecuado para construir un mundo sin violencias ni injusticias.
"Esto lo podr¨¦is realizar", les dijo Juan Pablo II, "por el camino espl¨¦ndido de la amistad aut¨¦ntica, de la amistad que aprend¨¦is de Cristo, y rechazando con gallard¨ªa a cuantos recurren al odio y a sus manifestaciones como instrumentos para forjar una nueva sociedad".
Hoy, Nicaragua
Hoy, el Papa llegar¨¢ a Nicaragua, una de las etapas m¨¢s delicadas de su viaje. Ha sido confirmado que el ministro de Cultura, el monje cat¨®lico y famoso poeta Ernesto Cardenal, estar¨¢ con el Gobierno en el aeropuerto. ?Le saludar¨¢ el Papa?
Durante el viaje en avi¨®n desde Roma a Costa Rica, como pudo saber EL PAIS, el Papa quiso retocar algunos de los discursos que hoy pronunciar¨¢ en Nicaragua, junto con su secretario de Estado, el cardenal Agostino Casaroli, el hombre de la ostpolit¨ªk vaticana, es decir, del di¨¢logo con los pa¨ªses de reg¨ªmenes socialistas.
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