Pilar
El Libro de Estilo de este peri¨®dico, que tanto he glosado, y que tanto respeta mi estilo, que no es el suyo, dice eso de que "los rumores no son noticia". Perfecto. ?Y el insulto es noticia, se?or Libro?Porque hay peri¨®dicos madrile?os de la gama sepia que han convertido el insulto recuadrado en. un nuevo g¨¦nero period¨ªstico, o sea Pilar Mir¨®, de la que dicen tal que ayer que se est¨¢ moviendo "contra la libertad de expresi¨®n". Comprendo que es m¨¢s distra¨ªdo hacer un peri¨®dico con insultos que con noticias (tambi¨¦n el se?or Mi?¨®n tuvo m¨¢s distra¨ªdo al personal, en las Cortes, con sus chistes de La Latina, que el se?or Boyer con sus n¨²meros que cantan solos). Lo que pasa es que hay que saber insultar. "La calumnia es una forma m¨¢gica de adivinaci¨®n", dec¨ªa un maestro de columnistas muy, tra¨ªdo, llevado e incluso arrastrado estos d¨ªas por los saltatumbas y revuelcamuertos de la literatura.
Lo ¨²nico que no se le puede perdonar a una calumnia es que no sea adivinatoria, premonitoria, y lo que dentro del recuadro period¨ªstico se escribe sobre Pilar es que no se acerca a ella ni por c¨¢lculo de probabilidades.
Yo mismo he criticado, jam¨¢s insultado, a Pilar Mir¨®, desde que es directora generala de la cosa, pero el que yo tenga derecho a meterme con Pilar no quiere decir que lo tenga cualquiera.
Ella, como ¨²ltima respuesta, me ha enviado un cactus furioso, en vez de flores. Pinchaba mucho, pero mis gatos se lo comieron igual y parece que les ha sentado. El recuadro que digo resume la labor directorial de Pilar Mir¨® como "inexperiencia y ligereza", y uno, que es m¨¢s machista que nadie, se asombra. de c¨®mo el subconsciente macho y jungiano del espa?ol emite siempre ligereza, para bien o para mal, cuando hay que hablar de una mujer, aunque sea Cristina Almeida, cuyo retorno municipal a?oro, por cierto.
La mujer es "inexperta y ligera" desde los griegos (y dejemos en paz la muerte y el gallo de S¨®crates, uno de los momentos m¨¢s grandes y expectantes de Occidente). La mujer es tonta, dicho de una vez. A eso va el recuadro. La mujer ha estado siempre recuadrada de patriarcalismo y luto ancestro. Pilar, dice el recuadro, que no calla, "nunca debi¨® aceptar el puesto que le toc¨® en la loter¨ªa pol¨ªtica". Cuando los puestos los da el inmanentismo, ¨¦quite o no, son tareas-de-servicio-y-sacrificio-por-la-Patria. Cuando los puestos los da el psocialismo, democr¨¢tico votado por mucho m¨¢s de la media Espa?a votante, los puestos son una loter¨ªa. Toma ya. Seguidamente, el locuaz/mendaz recuadro, llama a Pilar "equilibrista", sin duda por las freudianas -en este caso freudianas- connotaciones circenses y er¨®ticas de la mujer joven y en maillot, all¨¢ en lo alto de la cuerda. Las pobres no sirven m¨¢s que para equilibristas o Madres Teresas. Son "inexpertas y ligeras". Despu¨¦s de equilibrista, a Pilar se le llama "pueril". O sea pueris. O sea ni?o. O sea ni?a. Las mujeres son ni?as sempiternas, y una ni?a es que no puede llevar una Direcci¨®n General como lleva el aro.
Pilar, una de las mujeres m¨¢s libres que uno ha conocido desde que desconoce a las mujeres, que ya va para largo, est¨¢ "contra la libertad de expresi¨®n". Y ha cometido "un acto de presi¨®n, al viejo estilo franquista". Los socialistas est¨¢n resultando en Espa?a los antifranquistas enfranquizados y, en las Cortes, los antigolpistas que dan golpes de Estado. Por decirlo en el lenguaje cinematogr¨¢fico de Pilar, "los regadores regados".
Lejos de mi el polemizar con ning¨²n peri¨®dico, que todos son posibles pupitres de trabajo, pero, si vamos de machistas, uno es m¨¢s macho que nadie, aunque sin recuadro, y aqu¨ª a Pilar s¨®lo la critico yo y s¨®lo la defiendo yo, aparte que quiera defenderse sola.
Si a m¨ª me ha mandado un cactus agresivo y sacaojos s¨®lo por quererla con cari?o verdadero, al recuadro puede mandar una divisi¨®n acorazada de plantas carn¨ªvoras que se coman a los pendolistas por do m¨¢s pecado hab¨ªan. Aunque me parece que son de los que no pecan.
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