Una advertencia al Gobierno y a su pol¨ªtica

La mayor¨ªa municipal que, ayer, conquist¨® la derecha francesa no afecta al poder de Estado que detenta la izquierda desde el mes de mayo de 1981. A pesar de ello, el cuerpo electoral de este pa¨ªs ha elegido a los alcaldes y, al mismo tiempo, con la severidad que refleja el resultado global de la consulta, le ha dirigido una advertencia al Gobierno y a su pol¨ªtica nacional.La mayor¨ªa socialista y comunista, como la oposici¨®n conservadora liberal, admiten la politizaci¨®n nacional del voto municipal. Durante la campa?a electoral, y a todo lo largo de la noche de ayer, los m¨²ltiples debates sobre el escrutinio de la primera ronda del voto se centraron en el mismo tema predominante: las cuestiones nacionales econ¨®micas y sociales. La elecci¨®n de los concejales pas¨® a segundo t¨¦rmino, como si hubiese sido un pretexto para abordar el problema de fondo que domina a Francia y al resto del mundo en estos momentos de crisis.

El reflujo de la mayor¨ªa gobernante a¨²n es pronto para analizarla en detalle, pero las primeras evaluaciones dejan entender que no se debe esencialmente a una abstenci¨®n del electorado de la izquierda, sino a un cambio de opini¨®n de una parcela de los franceses que eligieron presidente a Fran?ois Mitterrand en 1981. Todo indica, pues, que la politizaci¨®n de los comicios municipales ha producido el efecto consecuente: la desaprobaci¨®n por parte de una mayor¨ªa del pa¨ªs, de la gesti¨®n de los socialistas desde hace casi dos a?os.

Los resultados definitivos no se conocer¨¢n hasta el domingo pr¨®ximo, y los diversos aspectos a estudiar del comportamiento del electorado a¨²n son parciales. Pero una cosa es cierta ya: las municipales han evidenciado un cambio de la relaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas. El acontecimiento es matizable si se tiene en cuenta que, en Francia, como en casi todos los pa¨ªses democr¨¢ticos europeos, los comicios locales suelen sancionar al poder. Pero el Gobierno y su pol¨ªtica econon¨®mica-social en las pr¨®ximas semanas ser¨¢ objeto de debates arduos en el seno de la mayor¨ªa. Los comunistas y una fracci¨®n "izquierdista" de los socialistas son partidarios de la radicalizaci¨®n, frente a los, que preconizan m¨¢s rigor econ¨®mico y m¨¢s moderaci¨®n.