El resultado electoral franc¨¦s puede forzar una remodelaci¨®n del Gobierno
El ¨¦xito de la oposici¨®n conservadora-liberal en el plano nacional, al final del escrutinio del voto municipal del pasado domingo, es indiscutible, se reconoce con unanimidad. El presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois, Mitterrand, considera normal que el Gobierno tome en cuenta la alerta que ha significado el resultado de las urnas.
Las causas de la derrota socialista remodelar¨¢n, muy posiblemente, el Gobierno, su pol¨ªtica y el comportamiento de la mayor¨ªa gubernamental. Los bancos centrales de Francia y de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) unificaban ayer sus esfuerzos para defender el franco galo contra la especulaci¨®n.Seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales conocidas ayer referentes a los comicios municipales, la oposici¨®n con servadora-liberal, en la Francia metropolitana, ha conseguido el 61,71 % de los concejales que ya fueron elegidos en la primera ronda. La izquierda totaliza el 38,40%.
La derecha ha ganado, efectivamente, diecis¨¦is de las sesenta ciudades de m¨¢s de 30.000 habitantes, que hab¨ªa perdido en las municipales anteriores de 1977. Ocho de estas ¨²ltimas pertenec¨ªan a los socialistas, y otras tantas, a los comunistas. Las ciudades de esta categor¨ªa son las que revelan tradicionalmente la connotaci¨®n pol¨ªtica nacional del escrutinio local.
Por ello, tanto la mayor¨ªa gobernante como la oposici¨®n, con vistas a la segunda y ¨²ltima ronda del domingo, predican la movilizaci¨®n a la desesperada: la primera, para frenar la tendencia favorable a la derecha, y la segunda, para reforzarla. No parece sencillo para el giscardismo-chiraquismo convertir su ¨¦xito de anteayer en una cat¨¢strofe para la' izquierda gobernante.
La clave est¨¢ en Grenoble
Nadie pone en duda que el voto del domingo fue una seria advertencia para el poder socialista. Nadie discute, tal como lo impide la Constituci¨®n, la legitimidad del poder que detentan los socialistas y comunistas. Y nadie tampoco oculta que el sufragio municipal ha sido tambi¨¦n una advertencia sin equ¨ªvoco a la gesti¨®n del Gobierno.
La pregunta de hoy es el porqu¨¦ de la derrota de la izquierda. Todos los analistas recordaban el nombre de Grenoble como punto clave para la explicaci¨®n del tropiezo del Gobierno.
Grenoble, administrada desde hace dieciocho a?os por un alcalde socialista, Hubert Dubedout, se hab¨ªa convertido en la gran ciudad modelo del socialismo moderno franc¨¦s. Grenoble es el para¨ªso de la tecnolog¨ªa y el de los cuadros y t¨¦cnicos del mismo ramo.
Grenoble ten¨ªa fama de ser la ciudad mejor administrada. Y Dubedout se citaba como alcalde ejemplar no s¨®lo por el mundo socialista, sino tambi¨¦n por sus adversarios. El domingo, Dubedout fue derrotado en la primera vuelta por el hasta ahora desconocido gaullista Alain Carrignon.
Este golpe de efecto de la ciudad piloto se valora como una se?al de alerta que el mundo franc¨¦s de los cuadros y clases medias, que votaron a Mitterrand en 1981, ha proyectado intencionadamente sobre todo el pa¨ªs.
Pero hay adem¨¢s un miedo a las luchas ideol¨®gicas entre las tendencias de los socialistas y las que, larvadamente, puede provocar en cualquier momento el partido comunista, lo que provoca inquietud tanto en la derecha como en los socialista modernos, que consideran que tales querellas est¨¢n al margen de Io que realmente importa.
La relaci¨®n de fuerzas internas en cada uno de los dos bandos que monopolizan pr¨¢cticamente al abanico pol¨ªtico galo (derecha e izquierda) no es f¨¢cil de cuantificar debido a que, en la inmensa mayor¨ªa de las elecciones locales, los socialistas y comunistas, como los chiraquistas y giscardianos, concurr¨ªan unidos. A partir de casos espec¨ªficos de algunas grandes ciudades, y de las pocas elecciones primarias celebradas, los socialistas habr¨ªan perdido menos que sus aliados comunistas, y el partido neogaullista (RPR), gana buenas posiciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.