Tadeusz Kantor cree que la muerte define el arte esc¨¦nico
La primera venida a Espa?a de Tadeusz Kantor dej¨® a Barcelona en la cuneta, por decisi¨®n de las autoridades correspondientes, que no quisieron gastarse el dinero en el director polaco. Ahora el espectador barcelon¨¦s podr¨¢ presenciar por primera vez un espect¨¢culo suyo, La clase muerta, que se presenta esta noche y que se mantendr¨¢ en escena desde el 9 hasta el 13 de marzo. Kantor se define como incorformista y antioficialista.El t¨ªtulo del montaje incluye la menci¨®n a un concepto, a un estado, que para Kantor es definitorio del arte: la muerte. Idea que le surgi¨® viendo a un actor acercarse al proscenio. "Lo vi como si se me acercara la muerte, alguien que viene de la eternidad. Al cabo de los a?os record¨¦ aquella impresi¨®n fugaz y descubr¨ª que la raz¨®n suprema del actor radica en la presentaci¨®n de la imagen del hombre en este momento, el de la muerte,. en que vemos por primera vez al ser humano. Es como un shock metaf¨ªsico con el que reencontramos la imagen perdida del hombre. Mientras vivimos nos relacionamos con los otros, pero no captamos esta imagen".
El actor, dice Kantor, debe tener la condici¨®n de parecido a la muerte, y explica que comprendi¨® que este problema tan profundo pod¨ªa explicarse a trav¨¦s de cosas sencillas, "a trav¨¦s de la noci¨®n de realidad baja, presente en mis pinturas, en mis happenings, en mi teatro, en la tradici¨®n literaria polaca y, en general, en todo el arte. Donde hay la noci¨®n de muerte existe la de realidad baja. En La clase muerta el modelo del actor es el del hombre muerto. Cuando en la calle vemos a la v¨ªctima de un accidente, nos acercamos curiosos, pero, al mismo tiempo, somos rechazados por su contemplaci¨®n. Esta ambig¨¹edad la siente el espectador de teatro. Si el muerto estuviera vivo, sentir¨ªa verg¨¹enza. Al igual que el actor en el escenario". Tambi¨¦n el arte existe en funci¨®n de la muerte. "Dicen que la cultura est¨¢ a punto de morir, pero estas predicciones no se han verificado. Quiz¨¢s en el arte hay algo condenado desde el principio, incurable, pero no es su decadencia, es la presencia de la muerte".
Kantor, preguntado sobre las influencias recibidas, cita el dada¨ªsmo. "Aprecio el trabajo de Artaud, a quien, Breton expuls¨® del grupo surrealista. Yo soy descendiente de los dada¨ªstas porque, para m¨ª, la realidad es el punto de partida, no tanto el sue?o o la imagen fundada en el inconsciente. Tambi¨¦n tengo un d¨¦bito con Duchamp y con la tradici¨®n polaca. Algunos literatos polacos anuncian las nociones de muerte, martirio y sufrimiento antes de que Artaud formule su teatro de la crueldad".
El pintor y hombre de teatro polaco rechaza etiquetas vanales como la de ser un vanguardista. "Se dice que la vanguardia no existe, que tenemos posvanguardia. La vida del arte es el desarrollo permanente y si hay desarrollo existe la vanguardia, incluso en ¨¦pocas en que desaparece esta noci¨®n. Lo peligroso es la vanguardia como moda. Lo que s¨ª es cierto es que me siento al margen de esas modas. Mi teatro rechaza la oficialidad, la institucionalizaci¨®n y el conformismo bajo cualquier forma". Su condici¨®n de pintor considera que no debe obligarle a mimetismos cuando dirige una pieza teatral. "La pintura, en el siglo XX, es el lugar neur¨¢lgico de la vanguardia, pero para hacer teatro es necesario el riesgo. Si rehuyes la b¨²squeda y el descubrimiento, entras en la v¨ªa estrecha del profesionalismo".
Kantor regresa eternamente a sus postulados est¨¦ticos. "Gordon, Craig explica que en alg¨²n lugar, cerca del Ganges, dos mujeres penetraron en el templo de la Divina Marioneta que guardaba los secretos del aut¨¦ntico teatro. Le envidiaron y mandaron crear otro templo y con su vulgar parodia naci¨® el teatro moderno. Mi idea m¨ªtica del nacimiento del teatro, que explico en provecho propio, es que, en los inicios, exist¨ªa la comunidad con sus rituales. De pronto, alguien se cansa de la comunidad, quiere ser her¨¦tico, individuo, y sale del c¨ªrculo. Sab¨ªa que deb¨ªa aislarse, diferenciarse y, al mismo tiempo, ser cre¨ªble para los dem¨¢s. Ah¨ª nace el teatro, el actor distinto y que resulta parecido al espectador". Y, obviamente, esta condici¨®n de actor la cumple el hombre muerto, que se ve como objeto. No es un problema funerario, sino de vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.