Un juez progresista
Perfecto Andr¨¦s,ha dado el salto al Consejo General del Poder Judicial desde el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero dos de Logro?o, en donde estaba destinado desde hace casi dos a?os. En los medios judiciales es una persona conocida por sus publicaciones en revistas, peri¨®dicos y Prensa especializada de temas judiciales, as¨ª como por sus relaciones con Magistratura Democr¨¢tica italiana, alguna de cuyas aportaciones te¨®ricas ha producido y presentado en Espa?a.En 1973, ingresa Perfecto Andr¨¦s en la carrera judicial, hecho que coincide con su entrada en Justicia Democr¨¢tica, movimiento en el que ha participado hasta su disoluci¨®n. Actualmente, forma parte de la comisi¨®n permanente de la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura.
A sus 39 a?os, Perfecto Andr¨¦s ha formado parte del movimiento del renovaci¨®n de la judicatura espa?ola, a nivel interno, y de la apertura hacia la sociedad de la actividad judicial.
"Se ha dicho que la actividad del juez es t¨¦cnica, neutral e incontaminada, y que la ejercen hombres que carecen de sexo, pol¨ªticamente hablando", dijo ayer Perfecto Andr¨¦s a EL PAIS. "Sin embargo, hoy, la teor¨ªa del derecho ha puesto de manifiesto que ¨¦ste es algo m¨¢s que una mera t¨¦cnica, que las categor¨ªas jur¨ªdicas son susceptibles de interpretaciones diversas y que responden tambi¨¦n a contenidos ideol¨®gicos. En toda sentencia .hay un componente subjetivo que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, es fundamentalmente pol¨ªtico-cultural, en el sentido de opci¨®n ideol¨®gica personal, porque los conceptos jur¨ªdicos no son un¨ªvocos. De ah¨ª que dos jueces, aplicando la misma ley, puedan decidir de.forma distinta, y ambas" jur¨ªdicamente, sean correctas".
El sentido reverencial de la justicia, su distanciamiento y el secreto de sus actuaciones han tratado de poner al juez, seg¨²n Perfecto Andr¨¦s, a salvo no de la pol¨ªtca sino de la din¨¢mica social.
"Una tarea fundamental del juez en un Estado democr¨¢tico" dice, "es acabar con esa separaci¨®n actual entre la sociedad y el aparato judicial. En una sociedad pluralista, la gente tiene derecho a reconocerse en sus jueces, y esto no suceder¨¢ mientras que el aparato judicial no refleje el pluralismo que existe en la sociedad. La justicia y el derecho, por definici¨®n, no son ajenos al contexto en el que se producen".
Adem¨¢s de la instauraci¨®n del jurado, que Perfecto Andr¨¦s considera un postulado irrenunciable, la cr¨ªtica p¨²blica ser¨ªa fundamental para contrarrestar la carga de subjetivismo que existe en cualquier decisi¨®n judicial. "La cr¨ªtica de las resoluciones de los jueces es algb b¨¢sico en un modelo de Estado en el que ¨¦stos no son elegidos", dice. "Me parece muy empobrecedora la idea de que el prestigio de la Magistratura tenga que vivir siempre a la sombra del C¨®digo Penal, que necesite verse amparado sistem¨¢ticamente por la amenaza del delito de desacato para los que ejercen la cr¨ªtica. El prestigio no es algo que se tenga a priori, sino que se consigue con el encuentro con la realidad como en cualquier otra profesi¨®n" a?ade.
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