El Capitolio teme una 'vietnamizaci¨®n' de Centroam¨¦rica
El enfrentamiento pol¨ªtico entre la Casa Blanca y el Congreso, a prop¨®sito de la multiplicaci¨®n. de la ayuda multar a El Salvador, se avecina como una de las mayores confrontaciones entre la actual Administraci¨®n Reagan y el Capitolio. Sobre todo, porque el presidente, ante el deterioro de la situaci¨®n en El Salvador, advierte que podr¨ªa actuar sin el consentimiento del Congreso, utilizando 75 millones de d¨®lares de fondos previstos para "casos de emergencia militar".
Un total de 15 a?os de escalada militar en Vietnam cost¨® a Estados Unidos 30.000 millones de d¨®lares, el env¨ªo de 500.000 soldados y la muerte de m¨¢s de 50.000 en el sureste asi¨¢tico. Vietnam estaba a 15.000 kil¨®metros de la frontera de Estados Unidos. ?Por qu¨¦, ahora, desde la ¨®ptica de la Casa Blanca, el Congreso estadounidense deber¨ªa oponerse a la rid¨ªcula cantidad de 110 millones de d¨®lares y 55 consejeros militares para El Salvador? Y, sin embargo, el Congreso quiz¨¢ rechace la petici¨®n del presidente Reagan -a pesar de que Centroam¨¦rica se valora en Washington como la tercera frontera de EE UU- precisamente porque contin¨²a fresca la memoria del desastre norteamericano en Vietnam.Pero el presidente Reagan, aconsejado por los estrategas duros de su Administraci¨®n, el consejero para la Seguridad Nacional, William Klark, y por la embajadora ante la ONU, Jeane Kirkpatrick, prefiere intervenir directamente en el conflicto centroamericano, amenzando pol¨ªticamente con llevarlo a t¨¦rmino con o sin el consentimiento del Congreso. Por ello presenta el caso de El Salvador como un peligro para la "seguridad- nacional" de Estados Unidos. Esgrime la teor¨ªa de los domin¨®s, como ocurri¨® en el sureste asi¨¢tico.
"Ha exagerado", "Es un chantaje", dicen, casi a coro, las voces liberales del Congreso norteamericano, inquietas por la situaci¨®n en Centroam¨¦rica, pero dudosos de que la doctrina Reagan, de escalada militar, sea la mejor f¨®rmula.
La doble operaci¨®n de apoyo militar autolimitado y preparaci¨®n de nuevas elecciones en El Salvador puede verse hipotecada por varias razones.
Primero, en lo militar, es dudoso que el apoyo y el entrenamiento norteamericano devuelva la moral al Ej¨¦rcito salvadore?o. Los 12.000 miembros del Ej¨¦rcito de El Salvador est¨¢n a la defensiva contra unos 6.000 miembros de la guerilla.
La actividad de los consejeros, oficialmente no autorizados a participar en combates, est¨¢ actualmente limitada a la ciudad de San Salvador. En el futuro puede que salgan hacia otras ¨¢reas del pa¨ªs. Hecho que incrementar¨¢ el riesgo de lo que algunos congresistas temen en EE UU: que haya las priineras v¨ªctimas de boinas verdes norteamericanos en Centroam¨¦rica. Lo que podr¨ªa utilizarse por parte de Reagan como un pretexto para aumentar un n¨²mero de consejeros. Por otra parte, siempre en el plano militar, EE UU y El Salvador preparan campa?as de "pacificaci¨®n rural" de id¨¦ntico corte a las relizadas en Vietnam. para intentar acabar con la cooperaci¨®n entre guerrilleros y campesinos.
A nivel pol¨ªtico, el dilema en el Congreso queda perfectamente definido por las palabras del l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes, Thomas O'Neill. "Todo el mundo tiene el sentimiento de que nos encontramos ante una situaci¨®n an¨¢loga a la de Vietnam. Al mismo tiempo" a?adi¨® O'Neill, "nadie quiere que este pa¨ªs caiga en manos de los marxistas".
El paquete de 110 millones de d¨®lares de ayuda militar para El Salvador cuenta, no obstante, con grandes posibilidades de que, al final, sea aprobado con ciertos condicionantes pol¨ªticos.
Las promesas de apoyar nuevas elecciones en El Salvador, junto a un intento de negociaci¨®n con los. l¨ªderes pol¨ªticos moderados de la guerrilla, podr¨ªan ser el envoltorio pol¨ªtico de la nueva, estrategia de ayuda militar estadounidense.
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