La 'opci¨®n cero' es beneficiosa para Espa?a
Cualquier avance que alcancen Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica en la negociaci¨®n sobre los euromisiles beneficiar¨¢ a Espa?a. Para todos los expertos espa?oles consultados, tanto militares como civiles, la denominada opci¨®n cero propuesta por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, ser¨ªa la m¨¢s adecuada para nuestro pa¨ªs. Un acuerdo en este sentido entre las dos grandes potencias supondr¨ªa que nuestro territorio nacional se ver¨ªa amenazado por varias decenas de cabezas nucleares menos que las que actualmente pueden estar apuntando a diferentes lugares vitales de las regiones espa?olas.En la actualidad, y seg¨²n un reciente informe de la OTAN, la Uni¨®n Sovi¨¦tica cuenta con 38 bases de lanzamiento de misiles nucleares SS-20 de alcance intermedio. Cada base dispone de nueve rampas m¨®viles de lanzamiento, lo que supone un total de 342 misiles. Dado que cada misil tiene tres cabezas nucleares, la cifra disponible de unidades at¨®micas de este tipo asciende a 1.026. Las 38 bases est¨¢n repartidas en cinco grupos situados en el extremo oriente de la URSS, Novosibirsk, este y oeste de los Urales, y pr¨®ximos a Europa. Salvo los situados en el extremo oriental, todos los dem¨¢s pueden alcanzar objetivos europeos. De acuerdo con diversos pron¨®sticos realizados en los ¨²ltimos meses, unos 240 misiles (720 cabezas nucleares) est¨¢n programados para alcanzar blancos de Europa, es decir, apuntan a objetivos vitales para Europa occidental.
Dado que el alcance de tales misiles supera los 5.000 kil¨®metros, los SS-20 situados al oeste de los Urales son capaces de alcanzar la Pen¨ªnsula ib¨¦rica y los ingenios situados m¨¢s cerca de Alemania Federal, en Bielorrusia o Ucrania, podr¨ªan llegar incluso al archipi¨¦lago canario. Sin embargo, en el caso de que se alcanzara la opci¨®n cero, que supondr¨ªa el desmantelamiento de todos los misiles de alcance medio en poder de Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Espa?a s¨®lo estar¨ªa al alcance de los misiles intercontinentales, que, aunque de mucha mayor potencia, son m¨¢s f¨¢cilmente detectables y, por lo tanto, existe un margen, aunque m¨ªnimo, de poder destruirlos en el aire antes de que alcancen sus objetivos.
Los blancos espa?oles
Los militares sovi¨¦ticos entienden que las cinco categor¨ªas principales de objetivos para sus ingenios nucleares son ¨¦stas: asentamientos de los misiles nucleares del bloque occidental, centros de comunicaciones, estaciones de producci¨®n energ¨¦tica, concentraciones de fuerzas militares convencionales, puntos de mando y control y centros pol¨ªtico-administrativos.
Las prioridades en la elecci¨®n de una u otra categor¨ªa de blancos dependen de la urgencia, la importancia real de los objetivos y el ¨ªndice de seguridad de alcanzar el blanco. Conjugados todos estos factores de manera correcta, podr¨ªa llegar a saberse con certeza cu¨¢les son los puntos del bloque occidental apuntados o amenazados en la actualidad por los misiles sovi¨¦ticos.
En el caso de Espa?a, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, seg¨²n se desprende de sus planteamientos doctrinales y de la disposici¨®n de sus fuerzas, considera la Pen¨ªnsula ib¨¦rica, integrada o no en la OTAN, como zona de retaguardia en un hipot¨¦tico enfrentamiento entre bloques, por lo que no quedar¨ªa marginada si se planteara un masivo ataque con armas nucleares. Expertos en la materia han se?alado que Espa?a es vista por los estrategas rusos como posible pa¨ªs de refuerzos, categor¨ªa en la que tambi¨¦n quedar¨ªa incluido Portugal. Desde este planteamiento, los puntos espa?oles amenazados por las armas nucleares sovi¨¦ticas ser¨ªan los principales puertos mar¨ªtimos de posible utilizaci¨®n por fuerzas de otros pa¨ªses que intentaran acceder a Europa (fundamentalmente Bilbao, Vigo, El Ferrol, C¨¢diz, Valencia, Cartagena y Barcelona).
Tras este primer objetivo espa?ol para los sovi¨¦ticos, en segundo lugar figurar¨ªan las bases a¨¦reas equipadas con importantes centros de comunicaciones. Dentro de esta categor¨ªa, s¨®lo estar¨ªa incluida la base aeronaval de Rota, ya que en la misma se encuentra el m¨¢s importante n¨²cleo de comunicaciones estadounidense en nuestro pa¨ªs. Este centro, seg¨²n ha sido reconocido por los propios norteamericanos, es utilizado por las fuerzas armadas norteamericanas para enlazar el continente americano con Italia y Turqu¨ªa, y en el mismo trabajan m¨¢s de seiscientas personas. Dentro de este cap¨ªtulo, tambi¨¦n podr¨ªan incluirse, aunque con menor prioridad, las bases a¨¦reas de Torrej¨®n y Zaragoza.
Como tercer objetivo sovi¨¦tico en nuestro pa¨ªs figurar¨ªan los centros de producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica, entre los que destacan las centrales convencionales situadas en las cuencas del Ebro y del Duero y las principales centrales nucleares de Asc¨® (Tarragona), Santa Mar¨ªa de Garo?a (Burgos), Almaraz (C¨¢ceres) y Valdecaballeros (Badajoz). El resto de centros energ¨¦ticos ser¨ªan objetivos de segunda prioridad en este cap¨ªtulo.
El cuarto objetivo quedar¨ªa constituido por las principales industrias de armamento, fundamentalmente establecidas en Sevilla, Pa¨ªs Vasco, Valladolid y Madrid. Estos blancos ser¨ªan escasamente prioritarios, ya que los citados centros industriales quedar¨ªan anulados al ser destruidas las principales fuentes de energ¨ªa. La prioridad, en cualquier caso, depender¨ªa de la propia duraci¨®n del conflicto. En el caso de ser prolongado, los centros productores de armamento adquirir¨ªan mayor importancia como objetivos.
Grandes poblaciones
Cabe destacar que, en contra de lo que en ocasiones se ha difundido, la filosof¨ªa sovi¨¦tica en materia de armamento nuclear nunca ha incluido expl¨ªcitamente objetivos de poblaci¨®n, es decir, grandes ciudades. Sin embargo, algunos de estos n¨²cleos de poblaci¨®n estar¨ªan amenazados por las consecuencias de explosiones nucleares, bien por encontrarse cercanos a bases militares o a centros de producci¨®n energ¨¦tica, o bien por estar situados en ellos importantes centros de poder pol¨ªtico- admini strativos.
Por otro lado, algunas regiones espa?olas podr¨ªan verse afectadas por consecuencias de explosiones nucleares, aunque ¨¦stas no se produjeran en nuestro pa¨ªs. Se recuerda, por ejemplo, que Francia dispone de una base con misiles nucleares de alcance medio en las cercan¨ªas de Marsella, concretamente en la zona de Albion, donde est¨¢n situados dieciocho misiles. La zona, adem¨¢s, est¨¢ cercana a la base aeronaval de Toulon, en la que los franceses disponen de aviones capaces de transportar armas nucleares, y de submarinos nucleares de la clase Rubis. En el hipot¨¦tico caso de una guerra nuclear entre bloques, se da por hecho que alg¨²n misil sovi¨¦tico ser¨ªa lanzado contra esa ¨¢rea. Si, en el momento de la explosi¨®n, los vientos fueran del norte, como es habitual, la nube de restos radiactivos originados por la explosi¨®n alcanzar¨ªan una amplia zona del noreste espa?ol.
Ante un ataque nuclear
La incidencia del peligro nuclear en Espa?a es m¨¢s dram¨¢tica si se tiene en cuenta que, como se ha reconocido en numerosas ocasiones, la poblaci¨®n espa?ola quedar¨ªa absolutamente indefensa ante un ataque nuclear, debido a las pr¨¢cticamente nulas previsiones en este terreno. Las previsiones no s¨®lo no alcanzan a la poblaci¨®n, sino tampoco a la mayor¨ªa de los centros de poder y comunicaciones. ¨²nicamente los palacios de la Zarzuela y la Moncloa, junto con las sedes de los Cuarteles Generales del Ej¨¦rcito de Tierra y de la Armada, cuentan con centros paralelos antinucleares desde los que se podr¨ªan continuar ejerciendo las correspondientes misiones.
Sin embargo, la utilizaci¨®n de las m¨ªnimas medidas de protecci¨®n depender¨ªa de las posibilidades de alerta. En la Pen¨ªnsula, el sistema de alerta y control a¨¦reos, denominado Combat Grande, fue instalado por la firma estadounidense Hughes y a¨²n no se encuentra desarrollado en su totalidad. El sistema, seg¨²n t¨¦cnicos militares consultados, es bastante avanzado, pero est¨¢ basado en diferentes radares situados en lugares excesivamente visibles y susceptibles de ser atacados con facilidad.
A pesar de esto, est¨¢ previsto que el Combat Grande, conectado ya al sistema portugu¨¦s de alerta y control, pueda ser conectado con el franc¨¦s, denominado Strida, e incluso con aviones norteamericanos AWACS, equipados con potentes radares de prealerta. Una vez enlazados todos los sistemas, el lanzamiento de un misil sovi¨¦tico hacia cualquier parte de Europa, desde la URSS o desde un submarino, ser¨ªa detectado en escasos segundos por sat¨¦lites equipados con infrarrojos, y todos los Estados conectados a la red ser¨ªan advertidos inmediatamente. Cabe sehalar, a pesar de todo, que un misil de alcance medio disparado desde Bielorrusia contra un objetivo espa?ol no tardar¨ªa m¨¢s de quince minutos en alcanzar un objetivo espa?ol, y algo menos de treinta minutos si se tratara de un misil intercontinental.
Silencio oficial
Aun cuando las consecuencias de un conflicto nuclear ser¨ªan fatales para Espa?a, por lo que nuestro pa¨ªs est¨¢ afectado directamente por las actuales conversaciones de Ginebra, el Gobierno espa?ol mantiene un silencio oficial sobre los intentos concretos de reducci¨®n de armas nucleares. Tan s¨®lo el embajador De la Iglesia ha se?alado el pasado 3 de marzo ante el Comit¨¦ de Desarme de la ONU: "El nuevo Gobierno de Espa?a est¨¢ dispuesto a contribuir, con todos los medios que est¨¢n a su disposici¨®n, al ¨¦xito de las negociaciones encaminadas a la adopci¨®n de medidas que permitan frenar la carrera de armamentos". En la rueda informativa del pasado d¨ªa 14, el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, afirm¨® con rotundidad que en Espa?a no se instalar¨¢n misiles nucleares y, por su parte, el ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, asegur¨® el pasado mes de febrero ante la Comisi¨®n de Defensa del Congreso de los Diputados: "En absoluto, los planes de modernizaci¨®n contemplan la construcci¨®n de ning¨²n tipo de arma nuclear".
A pesar del evidente distanciamiento a la hora de las manifestaciones p¨²blicas, entre el Gobierno actual y los anteriores, en el terreno de los hechos no existe tal distanciamiento hasta el momento. Por un lado, el Gobierno socialista a¨²n no ha decidido la firma del Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares, firmado en 1968 y puesto en vigor desde 1970. Por otro, Espa?a a¨²n no se ha manifestado oficialmente respecto a las conversaciones de americanos y sovi¨¦ticos sobre la reducci¨®n de armamento nuclear en Europa, a pesar de que las mismas tienen una incidencia clara sobre nuestro pa¨ªs.
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