El futuro de la moneda

Hasta esta madrugada del domingo, o acaso entrada la tarde, los ministros de finanzas de la Comunidad Econ¨®mica Europea, reunidos en Bruselas, no habr¨¢n llegado a establecer un compromiso. Cabe incluso la posibilidad de que Francia est¨¦ en desacuerdo y abandone el sistema monetario, seg¨²n amenaz¨® Delors antes de comenzar la reuni¨®n, convocada de urgencia a instancias del Gobierno de Bonn. El objeto de esta convocatoria no es otro, como es sabido, que el de fijar un nuevo reajuste de paridades, en vista de los actuales desequilibrios sobrevenidos, singularmente entre el marco alem¨¢n y el franco franc¨¦s.Con toda raz¨®n, Helmut Khol crey¨® oportuno plantear la disputa con anticipaci¨®n a la celebraci¨®n de la cumbre de los jefes de Gobierno, prevista en la misma capital belga la semana entrante, la cual debiera sancionar los acuerdos previos del comit¨¦ monetario, que tiene varios precedentes. ?ste ser¨ªa el s¨¦ptimo reajuste desde que Giscard d'Estaing y Schmidt inauguraron el sistema. Pero, en esta ocasi¨®n, el encuentro cobra un aire de confrontaci¨®n dram¨¢tica, pues las causas de la necesidad de nuevas paridades no tienen or¨ªgenes externos.

En el fondo, nos hallamos ante un debate provocado por situaciones derivadas de la aplicaci¨®n de ideolog¨ªas y criterios opuestos, liberal-conservador en Bonn y socialista en Francia. Receta realista y flexible para los alemanes, f¨®rmulas, si no dogm¨¢ticas, cuando menos ambiguas, tintadas de un rosa ligeramente demag¨®gico para estos tiempos, para los franceses. ( ... )

La realidad no es otra. En consecuencia, Mitterrand y el Gobierno Mauroy se han visto en esta hora de la verdad ante la inevitable disyuntiva de devaluar el franco -la tercera vez en menos de dos a?os- o de forzar a que sean los alemanes los que reval¨²en su moneda. Como es comprensible, el Gobierno de Bonn no est¨¢ de: acuerdo en tener que pagar un precio tan elevado por sus propios; aciertos econ¨®micos.

Deval¨²e o no su moneda, Par¨ªs, con Mauroy a la cabeza del Gobierno, o el que le suceda, adopta r¨¢ medidas restrictivas importantes que representen un ahorro sustancial de divisas, no s¨®lo en el terreno de las importaciones, pues tambi¨¦n afectar¨¢ al turismo de los franceses en el extranjero. Convencidos est¨¢n, en efecto, los expertos fiscales de que cargar el peso sobre los grandes capitales no resuelve la situaci¨®n; que, fatalmente, tambi¨¦n tendr¨¢n que aumentar su contribuci¨®n los econ¨®micamente d¨¦biles. ( ... )