Barney Clark, el primer hombre que vivi¨® con un coraz¨®n artificial, muri¨® 112 d¨ªas despu¨¦s de la hist¨®rica operaci¨®n
Barney Clark, el primer y ¨²nico hombre receptor de un coraz¨®n artificial, muri¨® en la noche del mi¨¦rcoles al descender bruscamente el flujo de sangre que le suministraba su trasplantado coraz¨®n de poliuretano. Clark, dentista jubilado de 62 a?os de edad, natural de Des Moines (en el Estado norteamericano de Washington), falleci¨® "en paz y con dignidad", seg¨²n manifest¨® un portavoz del centro m¨¦dico de la Universidad de Utah, donde 112 d¨ªas antes hab¨ªa sido realizada la operaci¨®n y en cuya unidad de cuidados intensivos se hallaba el paciente.
La agon¨ªa se inici¨® en la ma?ana del pasado mi¨¦rcoles, cuando sufri¨® un s¨²bito agravamiento, el s¨¦ptimo en su convalecencia despu¨¦s del trasplante. Su ritmo cardiaco descendi¨® bruscamente y experiment¨® problemas de flujo sangu¨ªneo por espacio de media hora.Los m¨¦dicos que atend¨ªan a Clark informaron que hab¨ªa sido necesario internarle en la unidad de cuidados intensivos, pero que confiaban en resolver las dificultades del paciente sin necesidad de recurrir a una nueva intervenci¨®n quir¨²rgica. No obstante, manifestaron que eran conscientes de que la dolencia podr¨ªa provocar la muerte de Barney Clark, que se hallaba todav¨ªa en proceso de recuperaci¨®n.
El equipo m¨¦dico encargado de vigilar el estado de Barney Clark, coordinado por Chase Peterson, vicepresidente de la Universidad de Utah, declar¨® que el repentino agravamiento del enfermo podr¨ªa obedecer a una dolencia intestinal, y que el estado de Clark era demasiado d¨¦bil como para someterle a una operaci¨®n.
Nerviosismo en el hospital
Al sobrevenir la crisis, los especialistas del centro m¨¦dico se congregaron junto a la cabecera del enfermo durante tres horas y, al parecer, en el hospital se produjo un gran nerviosismo por el empeoramiento de la salud del hombre con el coraz¨®n de poliuretano.En el momento de su muerte, su esposa, Una Loy, se hallaba a su lado, al igual que el doctor William Devries, quien le hab¨ªa practicado la operaci¨®n de trasplante el 2 de diciembre pasado. El d¨ªa en que tuvo lugar la primera implantaci¨®n de un coraz¨®n de pl¨¢stico en el cuerpo de un ser humano, en el cuerpo del norteamericano Barney Clark, los especialistas que realizaron la operaci¨®n permanecieron casi diez horas en el quir¨®fano. Posteriormente, ser¨ªan necesarias tres nuevas operaciones.
La segunda de las operaciones se realiz¨® tan s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de efectuado el injerto del Jarvik 7 en el t¨®rax de Clark, para solucionar un problema pulmonar.
Diez d¨ªas despu¨¦s, el 14 de diciembre, el enfermo fue llevado otra vez en la sala de operaciones. Los m¨¦dicos tuvieron que reparar una v¨¢lvula del coraz¨®n mec¨¢nico, que se hab¨ªa agrietado. Pero las intervenciones no acabaron ah¨ª. El 9 de enero del presente a?o, fue necesaria otra operaci¨®n para poner fin a una seria hemorragia nasal.
A pesar de los problemas, el coraz¨®n artificial de Barney Clark segu¨ªa funcionando, y todo parec¨ªa indicar que ten¨ªa grandes posibilidades de sobrevivir. Sin embargo, d¨ªas antes de su muerte, Clark presentaba un fuerte debilitamiento de sus ri?ones, que le imped¨ªa orinar. Asimismo, sufr¨ªa una infecci¨®n bacterial de colon, una infecci¨®n viral generalizada y una presi¨®n excesivamente alta en su arteria pulmonar, adem¨¢s de dificultades circulatorias, que fueron las que, finalmente, provocaron su muerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.