G¨®mez-Mart¨ªnez, en una brillante versi¨®n de Mahler

Termin¨® la temporada de abono de la Sinf¨®nica y Coro de RTVE con la Tercera sinfon¨ªa, de Gustav Mahler, dirigida por Miguel Angel G¨®mez-Mart¨ªnez y con la colaboraci¨®n de la contralto Patricia Payne y la Escolan¨ªa de Nuestra Se?ora del Recuerdo, que dirige C¨¦sar S¨¢nchez. Como estos conciertos se transmiten por radio directamente y a¨²n dir¨ªa que es el p¨²blico invisible el principal destinatario de unas agrupaciones de radio y televisi¨®n, quise, por una vez, asistir a la clausura ante el receptor y no en la sala. Creo, por otra parte, que las agrupaciones de RTVE nacieron en su d¨ªa con demasiado complejo de p¨²blico y demasiado poco de medios de comunicaci¨®n. Sin embargo, ?cu¨¢ntos espa?oles conocer¨¢n la Tercera sinfon¨ªa tan s¨®lo a trav¨¦s de las transmisiones? Bien que el directo tiene un valor incomparable al diferido y no digamos a la grabaci¨®n discogr¨¢fica.G¨®mez-Mart¨ªnez obtuvo un se?alado triunfo con una de las sinfon¨ªas mahlerianas en las que el sentido del misterio -en algunos casos convertido en algo on¨ªrico en el que la memoria del inconsciente juega con temas conocidos- resulta evidente y posee atractivo. A lo largo de los seis movimientos, el mundo po¨¦tico tan querido por Mahler -objetivo unas veces apoyado en Nietzsche o en los Wunderhorn, otras- nos invita a la experiencia de vivirlo m¨¢s que de escucharlo. Una sinfon¨ªa de Mahler supone una "invitaci¨®n al viaje": es un universo en el que se entra del mismo modo que, penetiamos en un bosque. Una vez instalados en ¨¦l, las duraciones temporales adquieren otro valor. Quiz¨¢ esta nueva visi¨®n de las relaciones entre nosotros y el tiempo a trav¨¦s de la m¨²sica constituye tino de los anticipos fundamentales de Mahler ante un futuro que iba a organizar el tempo musical a su manera.

Tiene G¨®mez-Mart¨ªnez una visi¨®n de la obra bastante clara y, en casos como el monumental primer movimiento, todav¨ªa un tanto falta de flexibilidad. Se entreg¨® a un mayor expresivismo en la segunda parte ("lo que me cuentan...") para dar con la mejor impostaci¨®n dram¨¢tica en los tres ¨²ltimos n¨²meros, los dos con contralto y coro y el concentrado y tenso final. Patricia Payne cant¨® muy bien su lied sobre Nietzsche y la escolan¨ªa y coros la canci¨®n de Knaben Wunderhonr. La orquesta, que hab¨ªa tocado la partitura en 1978, por vez primera, actu¨® con segura calidad, sobre todo en las cuerdas. El p¨²blico despidio a los int¨¦rpretes y a su director, G¨®mez Mart¨ªnez, con una ovaci¨®n que dur¨® varios minutos y, todo ha de decirse, el locutor Rafael Taibo hizo una presentaci¨®n y comentarios tan acertados como en los dem¨¢s programas de la temporada.