Mu?ecos animados
Una tribu de hombres pac¨ªficos, la de los Gelfling, ve declinar sus d¨ªas aguardando la posibilidad de un nuevo encuentro entre los tres soles. Si ello ocurre y consiguen tambi¨¦n recomponer el Cristal, ahora en poder de la perversa tribu de los Skeksis, volver¨¢n a dominar el desvencijado castillo que anta?o, cuando ellos mandaban, viv¨ªa en todo su esplendor.Un joven miembro de los Gelfling es encargado de tan peligrosa haza?a. Se enfrenta a numerosos peligros y, al vencerlos, encuentra la amistad de Kira, ni?a rubia, siempre acompa?ada de un tan extra?o como tierno bicho. Pero los tres soles avecinan su encuentro y la arriesgada marcha hacia el castillo debe hacerse sin pausas: no hay tiempo para el amor hasta despu¨¦s de la victoria.
Cristal oscuro
Direcci¨®n: Jim Henson y Frank Oz. Gui¨®n: David Odell. Fotograf¨ªa: Oswald Morris. M¨²sica: Trevor Jones. Int¨¦rpretes: The London Symphony Orchestra. F¨¢bula norteamericana, 1983. Locales de estreno: Pompeya, Gayarre, Sainz de Baranda
Ciertamente, la an¨¦cdota de Cristal oscuro no sorprende por su originalidad, pero no es ella la meta de sus autores. Henson y Oz han pretendido asombrar a su p¨²blico con el brillante mecanismo de unos mu?ecos parlantes que protagonizan toda la historia. Aun cuando en ocasiones se denuncie la existencia de un ser humano dentro de la coraza de alguno de esos personajes, la mayor¨ªa de ellos cobran vida con una tan compleja como desconocida maquinaria. Limitados los mu?ecos en expresiones, tienen, en cambio, la posibilidad de ofrecer im¨¢genes de, gran ingenio: han sido creados desde la m¨¢s completa libertad inventiva.
En el tratamiento de los personajes perversos es donde los autores han sido aut¨¦nticamente divertidos, como, por otra parte, ha ocurrido siempre en el cine fant¨¢stico. El Bien no admite m¨¢s formas que las que se refieren al t¨®pico. El Mal, en cambio, tiene adjetivos diversos, desconocidos, vivos: desde el origen del cine, en definirlo han volcado su talento los mejores creadores del dibujo animado Walt Disney incluido.
Se corre el peligro de que el espectador se habit¨²e a la existencia de los mu?ecos y pretenda introducirse en la an¨¦cdota que interpretan. Puede encontrarse entonces con momentos de escaso inter¨¦s, repetitivos o confusos. Al escribir el gui¨®n, los autores prescindieron de la inventiva, refugi¨¢ndose en lo obvio. Nadie es perfecto.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.